Fotografía de archivo de Antonio Pampliega, periodista autor de "El quinto hombre".EFE/Isaac Arocas/ARCHIVO

La «memoria incómoda» del ex corresponsal de guerra Antonio Pampliega

Alfredo Valenzuela | Sevilla (EFE).- El ex corresponsal de guerra Antonio Pampliega estuvo secuestrado durante diez meses por Al Qaeda en Siria entre 2015 y 2016, una experiencia que lo transformó de periodista en escritor. Y que años más tarde le ha llevado a enfrentarse con el tema de la Guerra Civil en «El quinto nombre» (Península). Es una historia real en la que la memoria histórica se le ha tornado «memoria incómoda».

Antonio Pampliega nació en 1982 en Mejorada del Campo (Madrid), que es el pueblo en el que se sitúa la historia que cuenta en «El quinto nombre». Y que le ha llevado varios años de investigación desde su residencia actual de Antequera (Málaga). Desde esta le ha dicho a EFE que no ha dejado de ser periodista porque «ser periodista es buscar la verdad por incómoda que sea».

El ex corresponsal de guerra encontró por casualidad unos hechos que sucedieron en su pueblo en octubre de 1936. Entonces el sacristán de Mejorada del Campo, Tomás Martínez Negro, padre de tres niños, fue asesinado a sangre fría por un piquete de cinco milicianos. Todos ellos eran vecinos del pueblo.

Apellido infrecuente

Entre los integrantes del piquete había uno apellidado Pampliega, apellido infrecuente que sin embargo es común en su pueblo. De modo que el amigo que puso al autor en la pista de esta historia lo hizo pensando que podía tratarse de un familiar suyo. Sin embargo, su abuelo, con el mismo apellido, combatió con el ejército republicano pero permaneció ajeno a estos hechos-.

Tomás Martínez Negro, que además de sacristán era profesor de música, tenía, según Pampliega, «todas las papeletas para acabar asesinado como un perro». «Era un hombre religioso y no era del pueblo», lo que sumado a la presión de los milicianos de la localidad próxima de Campo Real, donde los milicianos habían fusilado a tres personas, hicieron que el comité revolucionario local acabara fijándose en él.

Avanzada ya la guerra y octubre de 1936, la muerte del sacristán de Mejorada del Campo fue tan absurda como tantas muertes violentas de la Guerra Civil. De hecho, cuenta Pampliega, desde Madrid llegaron comunicaciones para que en el pueblo fusilaran a varios vecinos por sus vinculaciones derechistas. Estas órdenes nunca fueron ejecutadas por los milicianos locales.

Presentación pospuesta

Pampliega ha dicho a EFE que han decidido posponer la presentación de su libro en Mejorada del Campo, prevista para este mes de octubre. La causa dada por el ex corresponsal de guerra es por el enrarecimiento provocado por mensajes a través de las redes sociales.

Un hombre de edad muy avanzada, hijo de uno de los inculpados por los tribunales franquistas por la muerte del sacristán le ha hecho llegar a Pampliega el mensaje: «¿Qué necesidad había de hablar de esto?», mientras que la nieta menor del sacristán asesinado se ha puesto en o con él en cuanto ha publicado su libro para decirle que su familia lleva años de gestiones para que a su abuelo sea reconocido como «mártir».

Y aquí es donde Pampliega dice encontrar paradojas que hacen aún más incómoda la denominada memoria histórica. «No se sabe dónde está enterrado el sacristán porque en el cementerio de Mejorada hay varias fosas comunes. Aunque ninguna de ellas de víctimas de la Guerra Civil, la única víctima allí fue él».

Y otra paradoja que ha surgido inmediatamente después de la publicación de «El quinto nombre»: Tomás Martínez Negro tuvo una calle en el pueblo, pero en 1976 cambiaron el nombre por el de ‘Democracia’, mientras que unos años después otra de las calles del pueblo tuvo el nombre del miliciano que capitaneó el piquete que fusiló al sacristán, ya que durante la guerra civil alcanzó el rango de capitán del ejercito republicano y lo fusilaron al acabar la contienda. EFE