Fermín Cabanillas | Sevilla (EFE).- El escritor y exministro marroquí Mohammed Achaari ha apostado por afrontar la inmigración no como un drama, sino como una oportunidad de progreso, y ha defendido que las relaciones de España con Marruecos no tienen nada que ver con las del resto de Europa con su país, “por vecindad, sobre todo”, dos países que «tienen mucho que hacer juntos».
Lo ha dicho en una entrevista con EFE en la sede de la Fundación Tres Culturas del Mediterráneo, en Sevilla, donde este miércoles ha dialogado sobre cultura, relaciones internacionales y otros temas de actualidad.
La charla ha tenido como trasfondo su libro ‘El arco y la mariposa’ (editorial Turner), una novela en la que describe el proceso de transición en Marruecos a través de temas controvertidos y cruciales para la sociedad árabe.
A lo largo de sus páginas, a través de una serie de personajes entrelazados, trata asuntos como el terrorismo, la emigración y el avance del integrismo en una sociedad que se esfuerza por ser moderna, “y muestra lo que pasó, a veces de forma dulce y otras dura”, exponiendo la enseñanza de lo que rodeó a los atentados de Casablanca del 16 de mayo 2003, perpetrados por suicidas yihadistas de la Salafia Jihadia el viernes 16 de mayo de 2003.
Sin intención de ser una enseñanza
“Escribí el libro como una obra literaria, sin intención de ser una enseñanza para nadie, pero si es así, mejor, estoy feliz de introducir a algunas personas en cuestiones que tocan temas de la historia”, y que, a través de sus páginas, conozcan vertientes para ellos desconocidas “de la evolución, de ciudades, de países, de cosas que atañen a la sociedad, como el apego de la juventud a los valores universales de Marruecos”.
Mohammed Achaari explica que en su novela hay muchos personajes porque “todos intervienen en la historia desde el inicio, de una u otra forma”, y echa la vista atrás para señalar que los atentados de Casablanca marcaron un antes y un después en los crímenes en Marruecos, porque «hasta entonces se hablaba de cifras en los medios cuando había un atentado, de un islamista, pero sin nombres», pero aquel atentado mostró por primera vez “las caras y los nombres de los terroristas”.
“A la gente le sorprendió ver que era un hombre con la cara como ellos, que podía ser alguien de su barrio, su ciudad, además de que las víctimas eran gente del barrio, que conocían”, y que una de ellas fuese un amigo del escritor fue lo que le hizo pensar en “construir su libro cogiendo como protagonista a un intelectual de izquierdas que ha vivido siempre en el amor al otro, en compartir”, pero cuya vida da un giro de 180 grados.
Un día encuentra un papel en su casa que le informa de que los talibanes han asesinado a su hijo, “y en ese momento su vida se para, y pasa de ser un hombre a ser una cosa”, y sobre él describe “un recorrido por la reconstrucción de su vida, su ciudad y la vida de los que le rodean”.
España y Marruecos, mucho más que una relación comercial
Mohammed Achaari reflexiona en la entrevista sobre las relaciones entre España y Marruecos, de la que dice que “va mucho más allá de una relación económica y financiera”, y afirma que, por vecindad, “la relación entre los dos países no tiene nada que ver con la que tiene Marruecos con el resto de Europa”.
En ese contexto, recuerda la importancia de la inmigración, lamenta las muertes que, a diario, se cuentan sobre gente que no llega a culminar su viaje en patera, pero pone como ejemplo el municipio onubense de Lepe, con más de 3.000 marroquíes entre sus vecinos, algunos de segunda generación ya, y recuerda que “por encima de una imagen trágica, puede ser formidable como medio de desarrollo, y como parte del futuro común de los dos países”.
“Es fundamental el respeto al otro y la voluntad común de ir hacia adelante de la mano del dialogo, la paz y compartir, y la experiencia ha demostrado que con esta perspectiva ganamos mucho y sobre todo ganamos tiempo para resolver los problemas”, ha sentenciado. EFE