Salvador Ruiz | Málaga (EFE).- La tesis de que el deporte es una estructura del patriarcado que discrimina a las mujeres es el eje sobre el que gira un ensayo de la escritora Herminia Luque, que se pregunta cómo la teoría feminista no cuestiona que se acepte «con naturalidad» que haya «espacios de segregación» en el ámbito deportivo.
‘Corre, Atalanta’, título de la obra que lleva como subtítulo la ‘Crítica feminista del deporte’ y que ha publicado Ediciones Cátedra en su colección ‘Feminismos’, se ha presentado en Málaga y en ella Luque (Granada,1964) sostiene que «el deporte es un espacio de desigualdad para las mujeres».
«Muy pocas actividades hoy, en una sociedad democrática, están divididas entre hombres y mujeres; a todos los trabajos se puede acceder en igualdad de condiciones», subraya la autora en una entrevista con EFE, en la que considera «muy llamativo» que, sin embargo, no se critique la desigualdad en deportes como el fútbol.
Se pregunta por qué se acepta que haya deporte de hombres y de mujeres, «clase A, uno; clase B, el otro» y, aunque no propone soluciones por no ser especialista en Ciencias de la Educación Física, pone «el dedo en la llaga» y señala «los problemas que hay, lo que significa para las chicas, cómo el deporte sirve también para crear los roles de masculinidad».
En su reflexión distingue el deporte de la actividad y el ejercicio físico y no está en contra de ese ejercicio, sino que se refiere a la competición atlética; las Olimpiadas «como el culmen de esa competición» y los deportes de equipo, que -afirma- «nacen como masculinos para entretener a los chicos», caso del fútbol o el rugby.
Buscar fórmulas inclusivas
Demanda buscar otras fórmulas «más inclusivas» y que «las mujeres no sean ‘clase B», al tiempo que precisa que en la competición «lo que hace falta es fuerza y es algo que los hombres tienen más, tienen más musculatura, más capacidad respiratoria».
«¿Por qué nos empeñamos entonces en una actividad en la que las mujeres van a estar siempre en desventaja?, ¿merece la pena consumir tantos recursos, tanto dinero?. Las mujeres nunca van a destacar ahí, no van a ser nunca más rápidas que los hombres», manifiesta.
Considera llamativo el auge del deporte femenino, pero también «muy significativo que mientras los futbolistas de Primera tienen contratos millonarios fabulosos, las chicas no tenían contratos».
«Hay un desnivel tan absoluto, una desigualdad tan de punto de partida, que ha sido este año pasado cuando se ha conseguido que ellas tengan contratos profesionales. Es un poco alucinante», incide.
Espacios marginales
Herminia Luque, que también es profesora de Geografía e Historia en un centro de Secundaria de Vélez-Málaga (Málaga), atraviesa el patio del instituto y ve que lo ocupan «los que juegan al fútbol», mientras que «el resto, los que no juegan, están en las esquinillas, en espacios marginales».
En este sentido, explica que las niñas no juegan al fútbol en esos patios escolares, «se siguen reproduciendo los roles» y «no se sienten motivadas».
Destaca que las competiciones deportivas mueven mucho dinero desde instituciones ubicadas en Suiza. Que hay países que «lavan su imagen política comprando ligas y a deportistas». Es «muy indicativo» que por un partido «muevan el telediario». Y que «tiene más importancia el fútbol que lo que pueda ocurrir en el ámbito político».
Detalla que el título del libro se corresponde con «unos versos de Rubén Darío, un poema dedicado al mito de Atalanta. En la antigüedad griega era una joven atleta importante, que corría, muy diestra en el arco, en cazar». Y a la que su pretendiente le ganó en una carrera mediante engaño.
«Tomo esa idea de engaño, de cómo las mujeres de alguna forma estamos cediendo a engaños para esa actividad deportiva que, por mucho que corras, no va a llegar a esos grados de excelencia, de profesionalización», indica.
Tesis que genera rechazo
Da por descontado que sus ideas «van a generar mucho rechazo» y, de hecho, tardó mucho en publicar el libro. Pese a que lleva trabajando en estas cuestiones desde hace más de 15 años en los que le han mirado con incredulidad y escepticismo.
«El deporte nace como actividad para los hombres y desde el hombre», insiste. Y las mujeres no participan en las primeras Olimpiadas, surgidas a finales del siglo XIX, porque estaba prohibido.
Esta veterana escritora ha publicado quince libros (novela, ensayo, teatro, biografía y aforismos) en su prolija y multigalardonada trayectoria. Ganó el Premio Málaga de Novela en 2015 con ‘Amar tanta belleza’. Y el de Narrativas Históricas de Edhasa en 2020 con ‘La reina del exilio’.
El año anterior logró el Premio de Novela Corta Ramiro Pinilla, de Getxo, con ‘Las traidoras’. Y en 2023 fue premiada en el VII Certamen Internacional de Creación Literaria Miguel Hernández de la Universidad de Jaén. Fue en la modalidad de ensayo, por ‘Carne de pensamiento’.
En 2023 publicó ‘Sororidad’, Premio de Ensayo Miguel de Unamuno del Ayuntamiento de Bilbao en su XXIII edición. En 2021 fue galardonada con el Celia Amorós de Ensayo (premios Ciutat de València) por ‘Los ojos pintados y relumbrantes de la serpiente’. Y en 2014 su trabajo ‘Siempre guapa. El imperativo estético en la sociedad contemporánea’ recibió un galardón en el XV Premio de Ensayo Carmen de Burgos de la Diputación de Almería.
También escribió una biografía novelada de Isabel II de España y en 2021 se estrenó su obra teatral ‘Blanco/Weiss’ en el Teatro Echegaray de Málaga. EFE