Vista de la Laguna de Zóñar en Córdoba. EFE/Salas

Cuarenta años de protección legal de los humedales cordobeses que salvaron a la malvasía

Álvaro Vega I Aguilar de la Frontera (Córdoba), (EFE).- Las lagunas del sur de la provincia de Córdoba cumplen cuarenta años desde que el Parlamento de Andalucía aprobó, el 19 de octubre de 1984, la ley por la que declaró las de Zoñar, Amarga, Rincón, Tiscar, Los Jarales y El Conde como reservas integrales al formar «una unidad básica para la supervivencia del pato malvasía, actualmente en trance de desaparición».

La malvasía cabeciblanca se avista por primera vez en la laguna de Zóñar, el única lago natural de Andalucía, en 1973 por el zoólogo Francisco José Purroy. El 19 de noviembre de 1977 tres estudiantes de Biología realizaron el censo con el menor número de ejemplares de la especie, 22, tras una cacería de un pato que por sus características no sirve para su consumo humano.

El 23 de diciembre de 1974 se había constituido la Asociación de Amigos de la Malvasía, una pieza fundamental en la lucha por la preservación de este especie.

De hecho, fue esta entidad la que en junio de 1983, al año de constituirse el Parlamento de Andalucía en su primera legislatura, la que pidió a la Junta la creación de las reservas naturales, para lo que, incluso, llegó a presentar un anteproyecto.

Nacimiento del movimiento medioambientalista andaluz

Hoy día, cuatro décadas después de la protección del hábitat que le sirvió de refugio y medio siglo más tarde de que el entonces nuevo movimiento medioambientalista andaluz se organizase para proteger la Oxyura leucocephala, como es su nombre científico, el Libro Rojo de las Aves de España, que elabora Seo Birdlife, la mantiene en la categoría de ‘En peligro’, aunque lejos del miedo de que dejase de existir.

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Vista de la Laguna de Zóñar en Córdoba. EFE/Salas

La Asociación de Amigos de la Malvasía, junto a un grupo de personas que a lo largo de estos años han participado el en el proceso, han recibido un reconocimiento este miércoles por la Junta de Andalucía en el ‘Acto conmemorativo del 40 aniversario de la protección de los humedales cordobeses’.

Entre los distinguidos se encuentran los cuatro presidentes que ha tenido del patronato, un órgano de participación que, conforme a la Ley de 1984, tiene entre sus funciones «velar por el cumplimiento de las normas establecidas en la zona de protección», y los cuatro directores conservadores que han tenido las reservas, pero también propietarios de lagunas y otras personas protagonistas de su preservación.

Al mismo tiempo, el patronato ha presentado el libro con el que celebra este cuarenta aniversario en el que han participado científicos de centros de investigación y universidades y un periodista.

La consejera de Sostenibilidad y Medio Ambiente, Catalina García, ha valorado, antes de comenzar la celebración, todo el trabajo realizado en estos años para que este sea un lugar «único para la biodiversidad» por la «fauna y la flora que tiene en su interior», por lo que ha agradecido la labor de todas las personas e instituciones para su conservación.

El pato buceador del pico azul

Ha añadido que se trata de un espacio «único para Córdoba y para todos los andaluces» y, por tanto, «importantísimo para el Gobierno andaluz», y ha destacado que se está llevando a cabo hasta el próximo año una inversión de dos millones de euros para «ayudar a esas políticas de conservación y de protección».

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Vista de la Laguna de Zóñar en Córdoba. EFE/Salas

El acto, celebrado en el edificio conocido como ‘El Lagar’ por las condiciones meteorológicas, situado casi al borde de la laguna de Zóñar, ha sido un reconocimiento a las cuatro décadas de protección legal y las más de cinco de lucha por salvar a un pato singular, «con aspecto inconfundible, con una cola larga y afilada que suele mantener erguida y una voluminosa cabeza rematada por un robusto y abombado pico», que se convierte de «color azul brillante» en el macho en el período reproductor, según lo describe Seo Birdlife.

La salvación de la malvasía cabeciblanca, que ha tenido a lo largo del tiempo elementos que la ponían en peligro, incluida la introducción en España de una especie invasora, la malvasía canela, que amenazaba con su hibridación, es una historia de compromiso social y político, que este miércoles se ha puesto de relieve.

Actuación más allá de las reservas

A lo largo de los años, la labor de protección de los humedales de Córdoba ha ido ensanchando sus límites. Tras las primeras seis lagunas en los términos de Aguilar de la Frontera, Lucena, Puente Genil y Luque, otra ley de Andalucía declaró en 1989 paraje natural a dos láminas de agua creada por la acción humana, aunque núcleos de una presencia permanente y significativa de avifauna, incluida la malvasía, el embalse de Cordobilla, en Puente Genil y Aguilar de la Frontera y Badolatosa (Sevilla) y el de Malpasillo, entre este último municipio y Lucena.

Además, la Junta de Andalucía también mantiene en vigilancia el resto del rico patrimonio de humedales de Córdoba que no se encuentra protegido como reserva natural, esté o no incluido en el Inventario de Humedales de Andalucía.

En este listado aparecen veintidós espacios del sur de Córdoba, que se sitúan, además, fundamentalmente en los términos de Cabra y Baena, pero también en Santaella y Montilla.

Los servicios de Medio Ambiente de la Junta también tienen monitorizadas, pese a no estar en el Inventario, otros humedales, como el Grande del Arrecife (La Carlota), las Quemadillas (Córdoba), la Mohedana (La Guijarrosa), los Arenales (Puente Genil), Albina (Lucena) o el de las Pinedas (La Carlota). EFE