Luis Ortega | Córdoba (EFE).- La ‘luz de Nicea’ se mantiene viva en una simbólica exposición en la Mezquita-Catedral de Córdoba. Hace 1.300 años la Iglesia Católica celebraba su primer concilio ecuménico «internacional» en Nicea. Hoy es una ciudad turca conocida como İznik. Lo lideró el obispo Osio de Córdoba. Un evento que generó una «gran discusión» sobre la figura de Jesús, un sínodo clave en la historia del cristianismo y que se ve reflejado.
La muestra pone en relieve de modo especial el papel desempeñado por Córdoba en el siglo IV, como sede imperial romana en esa época. Al mismo tiempo, la figura de «liderazgo» el obispo Osio. Este era muy cercano al emperador Constantino. Así lo subraya a EFE el doctor en Teología y comisario de la exposición «Símbolo: Luz de Nicea», Patricio de Navascués. También explica que se trata de «recordar el pasado, aprender de él y seguir proyectando todo el futuro de la Iglesia».
La exposición está dividida en dos partes. Uuna de carácter «más didáctico e histórico» en la que se inicia al visitante en los comienzos del cristianismo. Se muestra cómo se difundió el Evangelio, la figura de un obispo en las comunidades cristianas o la razón de ser de los concilios. La otra es «más experiencial». Incluye obras contemporáneas que tratan de demostrar como esa fe que se defendió en el siglo IV «sigue siendo actual para todos los hombres».
Luz de luz
Con una tipología de piezas muy variada, la muestra alberga obras arqueológicas que evidencian la presencia cristiana muy temprana en la Bética romana. Para ello, se han seleccionado algunas piezas «de carácter pagano» pero que ilustran muy bien «algunas de las características de los cristianos».
Se han escogido algunos «símbolos» que actualmente se encuentran en el Museo Arqueológico Nacional en Madrid. También un manuscrito antiguo que ha transmitido el credo que tuvo lugar en el Concilio de Nicea y ubicado en San Lorenzo del Escorial. Asimismo una réplica a escala natural del famoso sarcófago dogmático que se encuentra en los Museos Vaticanos.

En la segunda parte de la exposición abundan más obras de artistas contemporáneos. Entre ellas, la escultora portuguesa Lilla Rodríguez, o de Vicente Molina, Benjamín Cano o Blanca Muñoz. Se trata de una serie de piezas que «ilustran mucho como la caridad de los cristianos sigue siendo hoy» cuando ya «los padres de Nicea hablaron de Jesucristo como luz de luz y Dios verdadero de Dios verdadero».
Y esa caridad cristiana se ejemplifica con unas piezas «muy singulares» realizadas por personas «que no son artistas». Es el caso de los residentes en el hogar los Franciscanos de la Cruz Blanca. Estos han elaborado una «maqueta del buen samaritano». También una «pieza humilde pero muy significativa» que muestra una cruz hecha «con maderas de pateras donde han muerto inmigrantes».
La importancia de Córdoba desde el siglo IV
Aunque el número de piezas, alrededor de 40, no es grande, el objetivo es que fuesen «muy significativas». Lo señala Navascués. Al tiempo, expone que se ha buscado también evidenciar que en el siglo IV Córdoba ya era un núcleo cristiano importante. De ahí la presencia de obras del sur de Hispania procedentes de colecciones ubicadas en la capital cordobesa o hasta del Museo Sefardí de Toledo.
La exposición estará abierta hasta el 5 de julio. Se enmarca en el Congreso Internacional sobre Nicea y Osio. Este se celebrará entre el 10 y el 13 de junio. En todo caso, la elección de la Mezquita-Catedral como sede de la exposición no es casual. Así lo indica Navascués, ya que «con casi toda probabilidad» ese obispo cordobés que presidió el primer concilio «internacional» de la iglesia también lo fue en este templo cuando era iglesia primitiva cristiana.
«Esta exposición servirá para poner en valor la importancia de Córdoba dentro del mundo cristiano en aquella época y también la figura de Osio como una de las principales dentro de la Iglesia Católica», resume Navascués, quién anima a los visitantes, creyentes y no creyentes, a descubrir en un espacio inmejorable como la Mezquita-Catedral el innegable legado histórico de la capital cordobesa desde la época romana hasta hoy.