Álvaro Vega | Córdoba (EFE).- Una intervención textil, desarrollada en la sede de Córdoba de Casa Árabe, une a través el bordado palestino y el flecado cordobés la cultura de los dos pueblos en «una obra que aporta una visión de vanguardia, de resistencia y de unión al pueblo palestino».
Así lo ha señalado a EFE Almudena Castillejo, artista visual y una de las dos autoras de esta interpretación artística del Tatriz, el bordado tradicional palestino, cuya confección desde las zonas rurales «se ha difundido por todo el país y entre los de la diáspora», según reconoce su declaración como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad por la Unesco, que se llevó a cabo en 2021.
La obra, ‘Hilos de memoria, una ventana abierta al futuro de Palestina’, está realizada sobre una malla metálica, donde se ha bordado de manera «completamente diferente porque la trama y la urdimbre que no era como es el tejido», ha señalado a EFE Begoña Castillejo, la artista textil que es coautora del trabajo. La rigidez de la base metálica les impedía poder doblarlo como se hace en el bordado de una tela.
Porque «el Tatriz se teje sobre un tejido de Panamá, que tiene una urdimbre y una trama, y lo que se van formando son cruces, hebras que se van superponiendo una a la otra», lo que se ha trasladado sobre un trozo de 1 metros por 2 de malla metálica después de un proceso de investigación.

Primera obra juntas
Almudena y Begoña son hermanas y aunque comparten pasión por el arte, una visual y otra sobre todo tipo de textil, y han participado en iniciativas comunes con otras artistas, no habían desarrollado hasta ahora un trabajo juntas.
Ambas reconocen la trascendencia que ha tenido en el trabajo la profesora y creadora hispano-palestina Maysun Cheikh Ali Mediavilla, que las ha abierto a la técnica del bordado palestino, las ha alumbrado en el proceso de investigación y «nos ha supervisado en todo momento que nuestro trabajo fuese éticamente cultural», ha precisado Almudena.
Ello porque «no queríamos saltarnos ni una puntada, ni inventarnos absolutamente nada de esa base tradicional que es el bordado palestino».
«Para nosotras es muy importante en nuestro trabajo toda la rama textil folclórica porque, además, han estado arraigadas al trabajo de la mujer en el hogar y sacarlo fuera es importantísimo a través de nuestras intervenciones de arte urbano textiles», ha subrayado Almudena Castillejo.
Sobre estos criterios, ha incidido, «hemos bordado una valla en un formato diferente al que puede ser el tradicional de la tela, pero que nos sirve para metamorizar esa idea de esa frontera que el ser humano va trazando sobre un papel».
Formas geométricas tradicionales
La obra fue realizada con motivo del Día Mundial del Arte, el 15 de abril. Se expone dentro de la apertura extraordinaria de Casa Árabe en el marco del Festival de Patios Cordobeses.
Representa una puerta en la que se entrelazan formas geométricas tradicionales del Tatriz. Para ello han escogido dos elementos, la palma de la mano, que un caso abraza y en otro se abre a recibir, y una escalera. Esta puede verse como de subida o bajada, “según tu lectura, pero siempre está abierta”, ha explicado Almudena.
Para unir las culturas palestina y cordobesa «decidimos cerrar este Tratiz con el flecado, algo complemente propio de nuestra cultura». Los flecos rojos que se prolongan desde la malla hasta el suelo. Y «simbolizan el derramamiento de sangre que está sufriendo el pueblo palestino en este exterminio».
La puerta o valla metálica, en cuya composición se han utilizado los colores que comparten las dos culturas, «no es en ningún momento fronteriza. Queda volátil, puede atravesarla ya sea por la izquierda, por la derecha, verla hacia atrás», ha aclarado Almudena.

Formato diferente
Han bordado una valla en un formato diferente al que puede ser el tradicional de la tela, pero que les sirve para metamorfosear esa idea de esa frontera que el ser humano va trazando sobre un papel.
Las puntadas de esta pieza respetan «la misma dirección y el mismo sentido» que tiene el tatriz, en una composición simétrica, ha asegurado Begoña. Para ella la manera de plasmar el Tratiz en esta obra «era completamente diferente» al modo en que se teje sobre tela. Ello es “porque la trama y la urdimbre que tenemos no era como es el tejido. En esta ocasión era completamente rígida y no ten los huecos por donde meter la hilatura».
De ahí la investigación que le llevó a «trabajar con trapillo, que son piezas de tiras de tela». Estas se producen en fábrica «para tejer cosas en grande». EFE