Las restauradoras Sayuri Pompa Fujimura (d) y Nerea Díez de Pinos López (i), trabajando con el bastidor de tensado japonés karibari. EFE/Javier Cebollada

El Museo de Zaragoza aplicará técnicas de restauración japonesa para sus grabados

Zaragoza (EFE).- Las restauradoras Sayuri Pompa Fujimura y Nerea Díez de Pinos López están trabajando con el bastidor de tensado japonés karibari en la recuperación de piezas de la colección de Japón del Museo de Zaragoza, una técnica que en el futuro podrá emplearse para restaurar los importantes grabados de Francisco de Goya o de otros autores más contemporáneos de la colección.

El pasado mes de diciembre las dos restauradoras elaboraron los dos karibari (“pegado temporal” en japonés) que en el caso del Museo de Zaragoza serán utilizados primero para la restauración de las piezas de la colección permanente, como biombos y kakejikus.

El director general de Cultura del Gobierno de Aragón, Pedro Olloqui, ha conocido este miércoles los trabajos que están llevando a cabo Nerea Díez de Pinos López, conservadora restauradora de obra Gráfica del Museo de Zaragoza, y Sayuri Pompa Fujimura, conservadora-restauradora de arte y especialista en hyogu (kakejikus y biombos japoneses), en las obras de arte las restauradoras a pesar de las obras de reacondicionamiento que se están realizando en el edificio.

«El Museo de Zaragoza sigue abierto por obras y tenemos unas enormes ganas de reabrirlo», ha recordado Olloqui quien ha apuntado que la presencia de Sayuri Pompa Fujimura trabajando en el espacio museístico es posible gracias a las becas anuales del Gobierno de Japón que «potencian el trabajo» que se está haciendo en él.

Las restauradoras Sayuri Pompa Fujimura (i) y Nerea Díez de Pinos López (c), trabajan con el bastidor de tensado japonés karibari.
Las restauradoras Sayuri Pompa Fujimura (i) y Nerea Díez de Pinos López (c), trabajan con el bastidor de tensado japonés karibari. EFE/Javier Cebollada

Estampas de grabados de Goya

Además de para restaurar las piezas de la colección de Extremo Oriente que lo precisan, con esta técnica también se podrá trabajar próximamente en las estampas de los grabados de Goya y de arte contemporáneo que tiene el museo, ha comentado Olloqui.

Sayuri Pompa Fujimura ha explicado que se trata de técnicas tradicionales japonesas de restauración para la intervención y la importancia del uso del karibari porque produce un tensado uniforme «de una forma controlada en la estructura» que permite el paso de la humedad por ambos lados.

Por su parte, Nerea Díez de Pinos ha valorado la presencia de la restauradora japonesa para conocer esta nueva técnica junto a alguien especializado porque «estaba deseando hace años poder construir los karibari», aunque también ha reconocido que no se podrá emplear en todo tipo de grabados.

Técnica de papel «muy avanzada»

También ha subrayado en primer lugar la gran diferencia entre la técnica para elaborar papel «muy avanzada» de Japón frente a la occidental, e incluso ha incidido en como a lo largo de los años la calidad del papel utilizado para las diferentes reimpresiones de los grabados de Goya ha cambiado.

«Hay muchas diferencias en la calidad del papel. No tienen nada que ver las primeras ediciones en las que no hay pasta de madera en la composición de esos papeles por lo que no tienen un problema de acidificación, pero en cambio, a lo largo del tiempo Calcografía Nacional hizo distintas tiradas y ahí observamos un gran problema de acidificación en el material por el que está constituido ese papel», ha explicado.

Los karibari han sido usados tradicionalmente en Japón por los hyogushi, artesanos/restauradores de biombos y kakejikus (pinturas o caligrafías en formato rollo colgante). La particular estructura interna del karibari, muy similar a la de un biombo, permite tensar con gran eficacia y de forma homogénea y respetuosa tanto papeles como textiles laminados en un proceso húmedo.

Las restauradoras Sayuri Pompa Fujimura (i) y Nerea Díez de Pinos López (c), están trabajando con el bastidor de tensado japonés karibar, en el Museo de Zaragoza.
Las restauradoras Sayuri Pompa Fujimura (i) y Nerea Díez de Pinos López (c), están trabajando con el bastidor de tensado japonés karibar, en el Museo de Zaragoza. EFE/Javier Cebollada

El laminado, conocido en Japón como urauchi, consiste en la adhesión de un papel (habitualmente papel japonés washi) con engrudo de almidón de trigo, que aporta soporte y estructura al material. Este proceso es clave para la integridad de los elementos que conforman los kakejiku y biombos.

En las últimas décadas se han introducido técnicas tradicionales de restauración japonesas como el uso del papel washi o el tensado con karibari en estudios de conservación y restauración de obra gráfica occidentales, que han adoptado estos procedimientos tanto para la intervención de obra asiática, como occidental.

La previsión es que en los próximos meses Nerea Díez de Pinos emplee los karibari para laminar y tensar obra gráfica occidental. Es de especial interés por la posibilidad de tensar obra de gran formato, un proceso que puede ser más complicado con metodología occidental.