Guadalajara (EFE).- El reloj del Ayuntamiento de Guadalajara ha dejado de emitir sus toques de campanas para marcar las horas desde las 10:30 horas de este jueves, ante el peligro de estabilidad de la torre del campanario que el consistorio va a reformar de forma urgente.
Se trata de una medida cautelar y obligada para evitar que las vibraciones afecten a la estructura del campanario, que van a reformar y restaurar de forma urgente tras confirmarse que la estructura de la torre está seriamente dañada, hasta el punto de que podría colapsar, según ha informado el Consistorio en nota de prensa.
“Tras confirmarse el grave deterioro de la torre y el campanario por su mala conservación, hasta el punto de presentar serios riesgos de seguridad, hemos actuado con urgencia y el Ayuntamiento de Guadalajara ya ha tramitado un contrato de emergencia, con una inversión de 159.424,13 euros, cuyas obras deben empezar antes de un mes y estar acabada en tres meses”, ha informado el concejal de Infraestructura, Santiago López Pomeda.
La filtración de agua, una de las causas del deterioro
El informe técnico apunta que dada la filtración de agua que se produce en la cubierta, así como la exposición al ambiente de la estructura metálica que corona la torre del campanario del Ayuntamiento y el estado de conservación del conjunto «se han producido patologías de calado» y que entre otras consecuencias “podría colapsar dicha estructura, bien volcando o bien colapsando hacia abajo con apertura de muros del torreón”.
Entre las partes afectadas estaría la estructura de acero que corona el campanario, el apoyo del forjado y su estructura metálica de vigas, la estructura de las escaleras y s de madera a la torre, las instalaciones eléctricas y la instalación de pararrayos.
Por todo ello, los técnicos determinan que “el conjunto del campanario supone un grave peligro tanto para la estabilidad estructural como para la utilización y mantenimiento de este y son necesarias obras de emergencia que eviten el grave peligro que corre su estado actual”, ha asegurado López Pomeda.
Se desmontará el sistema del reloj
Entre las obras previstas, se demolerá la cobertura actual de la cubierta y las escaleras de y se desmontará el sistema del reloj para luego reponerlo, con el objeto de reforzar los forjados y vigas, restaurando toda la estructura metálica.
No obstante, el concejal de Infraestructuras ha apuntado que los técnicos han advertido de que «en caso de que el escenario sea que la estructura metálica que corona el campanario esté en condiciones pésimas y no se pueda reforzar, se descalzará toda la estructura completa para ser bajada y trasladada a taller».
Y como medida cautelar, los técnicos recomiendan que se desconecten los os que hacen repicar las campanas, para que las vibraciones no afecten a la estructura, una medida que se ha implantado desde este mismo jueves.
«La seguridad es lo primero», ha subrayado López Pomeda, que ha indicado que se acallan las campanas pero el reloj seguirá funcionando hasta que se tenga que desmontar de la torre, que será a principios de agosto.