Ávila (EFE).- La iglesia de San Ignacio de Loyola acoge en Ávila una exposición de cuarenta y nueve piezas que muestran la evolución de la iconografía del calvario, desde los inicios del arte románico hasta el siglo XXI, como preludio de la Semana Santa de Ávila, declarada de Interés Turístico Internacional.
Organizada por la Junta de Cofradías, ha sido inaugurada con la presencia de las principales autoridades locales y provinciales, entre las que figuraba el obispo de la Diócesis, Jesús Rico, y permanecerá abierta hasta el lunes de Pascua (1 de abril).

Un bosque de cruces
«Otro calvario» es el título de esta cuarta entrega que el año pasado, en la anterior edición, ya incluyó algunas obras procedentes de Arévalo (Ávila), y que este año también cuenta con piezas de pequeñas localidades como Fontiveros, Fuente El Sauz y Flores de Ávila.
El presidente de la Junta de Cofradías, Jesús Manuel Jiménez, ha invitado a los visitantes a disfrutar y reflexionar sobre el «significado espiritual y artístico» de unas obras entre las que destaca una veintena de cruces y crucifijos.
El comisario de la exposición, Fernando Rodríguez-Piñero, ha hablado del «bosque de cruces» que el visitante se va a encontrar en la nave principal, nada más acceder al interior del templo.

Piezas inéditas
Ha destacado el hecho de que, fuera del contexto expositivo de Las Edades del Hombre, esta muestra reúna por primera vez un conjunto de obras «de gran calidad», algunas de las cuales se ven por primera vez como el «Cristo de Burgos», de Mateo Cerezo (siglo XVI), cedido por las hermanas del convento de La Encarnación, en Ávila.
Igualmente, puede verse otro Cristo de Burgos, de Manuel Balluerca, del siglo XVI, procedente del convento de Mosén Rubí, también de la capital abulense, desde donde aparece también el emblemático Cristo de los Ajusticiados (siglo XVI), emblema de la Semana Santa abulense.
El comisario ha destacado la presencia de piezas románicas, dos de ellas cedidas por la cofradía de Nuestra Señora de Las Vacas, así como la importancia de la denominada Escuela de Ávila que a su juicio «es muy importante para entender el desarrollo escultórico de Ávila y de Castilla, y más tarde de la Escuela Sevillana».
Fuera de la clausura
El repertorio cuenta con la particularidad de ofrecer la posibilidad de contemplar piezas que se encuentran en clausura, junto a otras que se ven todos los días pero pasan desapercibidas, ha añadido.
Es la cuarta edición de una iniciativa que arrancó en 2021, al no poderse desarrollar los desfiles procesionales por la pandemia, lo que hizo que se expusieran los pasos en la Catedral de Ávila, que ahora deja paso a la iglesia de San Ignacio de Loyola.
El conjunto narra cómo la historia ha contado el Calvario y los hechos que lo rodean: la Crucifixión u otros episodios como La Piedad o La Soledad de la Virgen.
Figuran también elementos de retablos o piezas que salen de la clausura para esta ocasión, junto con obras que se presentan al público por primera vez tras someterse a un proceso de restauración, como el Calvario de Pedro de Salamanca, del Museo Catedralicio de Ávila.
Montañés y Gregorio Fernández
Los visitantes podrán ver igualmente la Piedad atribuida a Copín de Holanda de la iglesia de Fuente El Sauz (Ávila), un relieve de Juan Rodríguez de la parroquia de Flores de Ávila (Ávila) o el grupo románico de la Virgen y San Juan, de la ermita de Nuestra Señora de Las Vacas, en la capital abulense, además de obras de Gregorio Fernández o de la escuela sevillana de Martínez Montañés.
En esta exposición también podrá verse una pieza procedente de Fontiveros (Ávila), junto a otras que se encuentran en iglesias y conventos de la ciudad como La Encarnación, Santo Tomás o Mosén Rubí.
Este año, los organizadores de esta muestra titulada «Otro calvario», cuentan con la colaboración de la Escuela de Arte y Superior de Conservación y Restauración de Bienes Culturales de Ávila, cuyos alumnos participan en el montaje de la muestra. EFE