Palencia (EFE).- Los cinco habitantes de Villacibio (Palencia) podrán volver a presumir del oleo de San Esteban y a Lantadilla regresarán en buenas condiciones San Juan y la Virgen, gracias al taller de restauración de la Diputación y el Obispado, único en Castilla y León, que ya ha recuperado más de 400 piezas religiosas.
Estas y otras 30 piezas de arte sacro pueden contemplarse desde este jueves y hasta el 15 de septiembre en la exposición Patrimonio Restaurado que han inaugurado la presidenta de la Diputación de Palencia, Ángeles Armisén, el obispo de Palencia, Mikel Garciandía y el delegado Diocesano de Patrimonio, José Luis Calvo, en el Centro Cultural Provincial.
En su décima edición, este taller, que promueven y financia la Diputación de Palencia y el Obispado, ha trabajado con 45 obras procedentes de 38 iglesias de 36 localidades de la provincia, de las que una treintena se exhibe en el Centro Cultural Provincial.
«Es algo más que una exposición de obras de arte religioso», ha manifestado Ángeles Armisén, para quien esta muestra hace visible la colaboración entre los titulares de los bienes y la diputación y su esfuerzo para preservar el patrimonio, gracias a un convenio que «es único en Castilla y León».
«Es una exposición única a nivel nacional «, ha añadido el delegado de Patrimonio, quien ha destacado la inversión económica que se hace para mantener estos bienes, pero sobre todo «la inversión de futuro para conservar y mostrar el patrimonio».

Obras de mucho valor en pueblos casi despoblados
Las obras restauradas proceden de pueblos grandes con mucho patrimonio y de parroquias más pequeñas situadas a lo largo de todo el territorio palentino.
os cinco habitantes de Villacibio podrán contemplar en toda su magnitud el oleo de San Sebastián y San Roque, hasta ahora deslucido en su iglesia de San Miguel; en Abarca de Campos, sus 40 habitantes, podrán presumir del San Juan de madera dorada y policromada del siglo XVI y en Boadilla de Rioseco del extraordinario relieve de La Transfiguración.
Hay obras con un significado «muy especial» como el lienzo de La liberación de los cautivos de la orden de la Merced, obra de Blas de Cervera, ubicado en la iglesia de San Facundo y San Primitivo de Cisneros que estaba «en unas condiciones penosas», como ha reconocido José Luis Calvo.
Era el único elemento que quedaba sin restaurar en la Capilla de la Virgen del Castillo y estaba en un estado deplorable y deslucía muchísimo el retablo», ha explicado a EFE la alcaldesa de Cisneros, Rosa Aldea.
Rosa Aldea ha reconocido la suerte de este municipio de 400 habitantes, que se ha beneficiado de varias restauraciones, siendo de especial relevancia la de la Virgen de Villafilar, del siglo XII, que estaba en un estado lamentable y hoy luce dentro del museo territorial Campos del Renacimiento como una de las tallas más antigua de la provincia de Palencia.
Juan Carlos Martínez, párroco de Frómista y de otros nueve pueblos, ira el San Juan y la Virgen María del Calvario de la iglesia de Lantadilla. «Para el pueblo es algo magnífico porque hemos podido completar el calvario del siglo XV», explica a EFE.
«En Lantadilla vivimos 270 personas y no podríamos acometer este tipo de restauraciones, por eso es tan importante que la Diputación y el Obispado hagan este esfuerzo», continúa.
En orfebrería destaca la Cruz Procesional del siglo XVI de la iglesia de San Esteban de Quintana del Puente que estuvo «emparedada» durante doscientos años, desde la invasión de los ses en 1808, y que se descubrió hace 15 años. «Es una joya recuperada en doble sentido, no solo por la restauración sino por el gran descubrimiento al hacer obras en un pared y descubrir esta joya», ha explicado Calvo.

También lucen con todo su esplendor la Cruz del siglo XIV del Museo Diocesano de Palencia, esmaltada y con una iconografía única, y la Cruz del antiguo convento de Santa María de la Vega de Renedo de la Vega, que data del año 1.500 y «con toda seguridad es la cruz gótica más importante de toda la Diócesis de Palencia», como señala el delegado diocesano.
Un taller que crea empleo
Para los trabajos de restauración se ha contratado a doce restauradores, diez especialistas en pintura y escultura y dos en orfebrería, que han afrontado todo un desafío profesional para devolver a cada pieza su belleza original.
La joyera y orfebre Mar Coromina, una de las restauradoras contratadas, ha destacado la importancia de este tipo de talleres que ofrecen «una oportunidad laboral» pero también «una oportunidad para estar en o con este tipo de piezas, a las que de otra manera es muy difícil acceder».
A nivel profesional destaca, entre los trabajos realizados, la restauración de un relicario del Lignum Crucis, que fue realizado en el siglo X en plata bañada en oro con filigrana y que guarda la iglesia de San Pedro de Cisneros. «Ha sido un trabajo complicado pero muy gratificante porque ves cómo construían y la combinación de estilos, épocas y manos que han intervenido», asegura.
Para ella, «ser parte de ese proceso de mantenimiento para que las piezas sigan su viaje en el tiempo es todo un privilegio». EFE