El folclorista salmantino Ángel Rufino de Haro, El Mariquelo, ha dedicado un recuerdo a las víctimas de las riadas en su tradicional ascensión al reloj de la torre de la catedral nueva de Salamanca, cada 31 de octubre, para rememorar el terremoto de Lisboa de 1755. EFE/J.M. García

El Mariquelo marca la hora de la solidaridad por todas las víctimas de las riadas

Salamanca (EFE).- Un año más el folclorista Ángel Rufino El Mariquelo ha ascendido con su gaita charra y tamboril hasta lo más alto de la catedral de Salamanca, donde se ha asomado desde el reloj para marcar la hora de la solidaridad con todas las víctimas de las riadas en la Comunidad Valenciana, Andalucía y Castilla-La Mancha.

Esta peculiar y peligrosa ascensión rememora anualmente el célebre Terremoto de Lisboa que el 1 de noviembre de 1755 arrasó la capital lusa y causó 100.000 muertos, parte de ellos en España donde dejó huellas como la grieta, ya cinchada, que recorre la torre de la catedral hasta la que ha subido El Mariquelo.

El folclorista salmantino ha completado este mediodía de jueves su trigésimo octavo ascenso a la Torre de las Campanas la catedral nueva, este año dedicado a las víctimas de las riadas además de visibilizar también, durante su discurso, a los enfermos de Piel de Mariposa, Mal de Alzheimer y a los afectados por ictus.

El folclorista salmantino Ángel Rufino de Haro, El Mariquelo, ha dedicado un recuerdo a las víctimas de las riadas en su tradicional ascensión al reloj de la torre de la catedral nueva de Salamanca, cada 31 de octubre, para rememorar el terremoto de Lisboa de 1755. EFE/J.M. García

Ascensión solidaria

Como cada año, a las 11.30 horas, El Mariquelo ha iniciado su particular itinerario hacia el lugar donde se encuentra la campana denominada como ‘María de la O’, a unos doscientos metros de altura.

Unos minutos después, ya habiendo pasado por el patio superior del monumento y trampilla del reloj, ha completado su misión después de recorrer los trescientos escalones hasta la zona más alta de la catedral, haciendo sonar las campanas como forma de agradecimiento.

Allí ha pronunciado su rutinario alegato, teniendo más que presente la actualidad y todas las personas afectadas con las inclemencias meteorológicas en la Comunidad Valenciana, Castilla-La Mancha y Andalucía, refiriéndose más principalmente a la primera, de la que procede parte de su familia, y a la que ha querido conmemorar tocando con su gaita y tamboril el himno de esa comunidad.

Sus palabras han articulado también un mensaje de paz para todos los conflictos bélicos y la reivindicación para enfermos de Piel de Mariposa, Mal de Alzheimer, afectados por ictus y las diferentes asociaciones que velan por ellos, soltando además unos globos verdes en su honor.

Numerosas personas han asistido a ese alegato que ha concluido con una charrada y la suelta de las palomas mensajeras.

La tradición

Ángel Rufino de Haro recuperó en 1985 esta tradición llevada a cabo décadas atrás por su familia, que cuidaba el templo salmantino. Ha llegado a la catedral tras partir del Puente Romano y transitar por la Plaza Mayor, la del Corrillo y la calle de la Rúa hasta llegar a la catedral, acompañado siempre de varios grupos folclóricos.

Ese 1985 asumió el papel de heredero de los Mariquelo, y comenzó a subir hasta la veleta de la Catedral, aunque ya en los últimos años se queda en la campana por el mal estado en que se encuentran los últimos metros del hierro exterior de la cúpula del templo. EFE