San Vitero (Zamora) (EFE).- La protección de las ovejas durante el pastoreo, la limpieza de maleza en el monte, la producción de derivados lácteos o, simplemente, el disfrute como animal de compañía de una raza asnal de gran porte y docilidad son algunos de los nuevos usos con los que se busca salvar de la extinción al burro zamorano-leonés.
Sus cualidades para esos cometidos se han puesto de relieve en la XXV Exposición Monográfica y Subasta de Burros de Raza Asnal Zamora-Leonesa, que ha congregado a cientos de personas en el recinto ferial de San Vitero (Zamora).

La mecanización de la agricultura
Esta exposición divulga los valores de una raza que entró en declive con la mecanización de la agricultura pero que gracias a sus nuevas funciones cada año incorpora a entre diez y doce nuevos criadores, según ha asegurado a EFE el presidente de la asociación Aszal, que vela por el futuro de la raza, Jesús de Gabriel.
El evento, al ritmo de gaitas y música tradicional, ha tenido como protagonistas al medio centenar de ejemplares de alto valor genético de la raza, que se han expuesto y que han dado muestras de su afabilidad al dejarse acariciar por niños y mayores y posar ante quienes se hacían selfis junto a ellos.
La feria ha servido además para dar el pistoletazo de salida a una subasta de ejemplares que se prolonga durante todo el mes y para celebrar una pasarela por la que han desfilado algunos de los ejemplares de alto valor genético.
Jesús de Gabriel ha indicado que en el libro genealógico de la raza hay inscritos unos 1.200, de los que cerca de la mitad son hembras en edad reproductiva.
Monta y turismo: otros usos para el burro zamorano-leonés
Aparte de la monta de yeguas para tener mulas o su uso con fines turísticos, el burro zamorano-leonés diversifica usos con la producción de leche de las hembras, que luego se destina a elaborar quesos de mezcla junto a leche de oveja o de vaca o jabones y productos cosméticos.
También se fomenta su utilización para la protección de rebaños, tanto de vacuno como de ovino y caprino, y se ha comprobado que es útil para limpiar parcelas del monte y eriales.
«Es un herbívoro y puede pasar diez o doce horas al día pastando», ha explicado Jesús de Gabriel, que ha indicado que se pueden dejarse sueltos e el campo con un collar de geolocalización para cuando sea necesario recogerlos.
Cosméticos y queso
Sobre el uso lácteo, ha explicado que han fundado una cooperativa de productores de leche de esta raza asnal, que una parte destinan a la elaboración de productos cosméticos y otra a producir quesos de mezcla de pasta blanda, tipo Brie.
Estos nuevos usos avanzan «muy lentamente, pero van funcionando», ha agregado el presidente de Aszal.
Aún así, la función turística y de animal de compañía sigue siendo clave, ya que «realmente la raza, se va a salvar por el gusto de tener un burro, igual que se salva un perro, por el gusto de tenerlo», ha concluido Jesús de Gabriel. EFE