Barcelona (EFE).- Las estaciones de la Red de Vigilancia y Previsión de la Contaminación Atmosférica de la ciudad de Barcelona han vuelto a cumplir en 2024, y por segundo año consecutivo, con el valor límite de dióxido de nitrógeno (NO2) que marca la Unión Europea.
Se trata de los datos provisionales correspondientes al 2024 recabados por la Agencia de Salud Pública de Barcelona (ASPB), que durante el segundo semestre de este año publicará el informe completo de evaluación de la calidad del aire en la ciudad.
Así lo ha afirmado este jueves la teniente de alcalde del Ayuntamiento de Barcelona, Laia Bonet, durante la presentación de los datos principales de la calidad del aire en la capital catalana de 2024, en el que se ha consolidado la tendencia descendiente de los últimos años.
«La salud de la ciudadanía es una prioridad para este gobierno, y eso pasa indudablemente por mejorar la calidad del aire en la ciudad», ha explicado Bonet durante el acto, celebrado en los jardines de Montserrat Figueres de Barcelona.
Descensa generalizado
De acuerdo con los datos presentados, todas las estaciones de la red cumplen con el valor límite actual de NO2 que marca la Unión Europea y registran un descenso general con respecto a las cifras del año anterior, así como ha ocurrido con las partículas PM10, que vuelven a cumplir este año con los límites europeos.
La estación del Eixample, una de las zonas más afectadas de la ciudad por el abundante tráfico, marca una media de 33 microgramos por metro cúbico (µg/m3) de NO2, la cifra histórica más baja, siete puntos por debajo del actual límite europeo, que está fijado en los 40 µg/m3.
Le sigue de cerca la estación de Gràcia-Sant Gervasi, con 27 µg/m3, y la de Poblenou, con 23, mientras que las que registraron cifras más bajas fueron la de Palau Reial (16), la de Sants (19) y la de Vall d’Hebron (20).
Este hito se ha logrado, según Bonet, por medidas impulsadas por el gobierno municipal para aumentar el uso del transporte público, la electrificación de flotas, la apuesta por vehículos más sostenibles o la Zona de Bajas Emisiones.
Dos años cumpliendo los límites
El Informe de evaluación de la calidad del aire que elabora anualmente la ASPB ya constató que en 2023 se registraron los mejores resultados desde que existe el recuento y que, por primera vez, a excepción de los años de mayor impacto de la covid-19, se cumplieron los niveles europeos vigentes.
En este sentido, la concejal de Salud, Marta Villanueva, ha informado de que, gracias a esta tendencia descendiente, la mortalidad atribuible a la contaminación del aire «fue un 32 % inferior en 2023 con respecto al período 2018-2019, lo que evitó 600 muertes» en la capital catalana.
«También se han reducido los casos de cáncer infantil, de asma infantil, y de cáncer de pulmón (todos ellos en torno al 30 %)», ha detallado Villanueva.
Desde el consistorio también han informado de que, evaluando datos de los 40 años del informe en Barcelona, la esperanza de vida ha aumentado en 6,6 años en las mujeres y 7,7 años en hombres.
El impulso del Plan Clima
Sin embargo, esta mejora no evita que la contaminación continúe teniendo un impacto sobre la salud de la ciudadanía, una amenaza para la que el gobierno municipal plantea nuevas medidas poniendo el foco en el año 2030.
De hecho, ese año la normativa europea se actualizará y los valores máximos quedarán fijados en 20 µg/m3 de NO2, la mitad que el máximo actual, de 40 µg/m3.
La aceleración de medidas es precisamente lo que prevé el Plan Clima, una serie de actuaciones que cuenta con una inversión de 1.800 millones de euros para alcanzar la neutralidad climática en 2030.
Entre las acciones, destaca una flota municipal más sostenible y especialmente los buses de Transports Metropolitans de Barcelona (TMB), con el objetivo de llegar a 2030 con un 75 % de autobuses de emisión cero y el 100 % en 2036, o fortalecer el transporte público de la ciudad con la conexión del tranvía por la Diagonal. EFE