Barcelona (EFE).- Red Eléctrica de España (REE), el transportista y operador del sistema eléctrico español, invertirá este año unos 52 millones de euros en Cataluña, lo que supone un 18 % más que el ejercicio anterior, y prepara la tramitación de grandes proyectos, principalmente la renovación de la línea que permitirá la electrificación de la industria petroquímica de Tarragona.
Trinidad Sala, delegada de Redeia en Cataluña -el grupo que integra a REE- ha asegurado en una entrevista con EFE que una parte significativa de las inversiones que están haciendo Red Eléctrica en Cataluña buscan fundamentalmente favorecer «el desarrollo industrial» de la comunidad y respaldarlo con un aumento de la capacidad de la red.
La mayoría de proyectos de Red Eléctrica en Cataluña se ejecutan en más de un ejercicio, por lo que la inversión de 2025 incluye la parte proporcional de desarrollo de cada proyecto.
En el caso de este año, uno de los proyectos más destacados que hay en construcción es el nuevo eje Mangraners-Espluga-Begues, una línea de 220 kV que empezó a construirse a finales de 2023 y que Red Eléctrica quiere poner en servicio en 2026, si bien Sala recuerda la «complejidad de ejecución del proyecto».

El proyecto, que implica conectar la provincia de Lleida con la de Barcelona, consiste en una renovación de la línea actual, de forma que se aprovecha el trazado existente para pasar de una a dos líneas y para aumentar su capacidad, todo ello con un trazado con un menor número de torres. REE calcula que este nuevo eje sumará una inversión total de 70 millones cuando esté acabado.
Fiabilidad de suministro a empresas como Seat o Mango
Asimismo, REE ha puesto en marcha recientemente la nueva subestación de Abrera (Barcelona), una instalación clave, porque da servicio a industrias de la zona, entre ellas a la planta de Seat en Martorell (Barcelona).
Aunque la potencia es la misma que la anterior instalación, con la nueva, en la que se ha invertido unos ocho millones, se logra una «mejor operación» de la subestación, porque «hasta ahora, cuando se tenía que hacer el mantenimiento en una línea, se necesitaba dejar sin servicio la subestación entera», ha explicado Sala, que ha apuntado que una parte de la inversión en este proyecto también es imputable a 2025.
Con proyectos de este tipo, se busca al mismo tiempo reforzar la seguridad y la fiabilidad del suministro eléctrico.
REE también acaba de terminar de construir la línea Mas Figueres-Palau, entre Terrassa y Palau-Solità i Plegamans (Barcelona), en la zona del Vallès, una línea de 220 kV con la que busca reforzar la seguridad de suministro a la industria de la zona, donde operan multinacionales como Mango.
La línea estará operativa este mes de febrero y ha comportado una inversión total de 7,15 millones de euros, ha detallado la delegada regional nordeste de Redeia.
Ultima la puesta en marcha de una subestación en Tortosa
REE también ultima la puesta en servicio de la subestación de 400 kV de Masdenverge, situada cerca de Tortosa (Tarragona), con el objetivo de atender y mejorar la demanda de esta zona y del polígono industrial Cataluña Sur.
La subestación, en la que se ha invertido 8,5 millones, está ya acabada y debía estar operativa desde diciembre, pero se ha tenido que retrasar unos meses su puesta en marcha para no perjudicar al servicio en la zona de Valencia, muy afectada por la dana, de forma que para blindar ese suministro finalmente se esperará hasta este mes de febrero para activarla.
Por otra parte, REE también destinará 5,8 millones a construir la subestación Francolí, situada en Vilallonga del Camp (Tarragona), y que tiene como función dar servicio al polígono petroquímico de Tarragona.
Renovación de una línea por unos 150 millones
Precisamente, REE prepara la tramitación a partir de este mes del llamado eje Escatrón (Teruel)-Els Aubals (Tarragona)-La Secuita (Tarragona), que consiste en aumentar en 2.000 MW la capacidad de esa línea para cubrir la demanda del sector petroquímico tarraconense, un proyecto que comportará una inversión de en torno a los 150 millones en la parte que corresponde a Cataluña.
Se trata por tanto de una renovación de la línea actual -se desmantelan diversas partes de la línea y se optimiza el trazado original- a la que se añade un tramo nuevo -se llega hasta La Secuita con una nueva subestación-, de forma que todo el eje es a 400 kV y a 220 kV.
«Este eje es importantísimo porque todo el sector petroquímico necesita electrificarse y dejar de usar combustibles fósiles», ha dicho la delegada, que ha resaltado que se trata del proyecto más ambicioso que afronta Cataluña a medio plazo, ya que suma unos 150 kilómetros.
Con todo, la complejidad del proyecto -afecta a dos comunidades- hace pensar en que, si todo va bien, se tardará entre un año y medio o dos para tramitarla y luego para construirla, otros dos más como poco.
Aumento de capacidad en la línea que conecta con Huesca
Por otra parte, REE ha iniciado la tramitación de la nueva línea de 200 kV entre Peñalba (Huesca) y Mangraners (Lleida) con la que se busca un aumento de capacidad, un proyecto cuya construcción se iniciaría en 2026 y que comportará una inversión de 45 millones, un 40 % de ellos en Cataluña.
No obstante, la ampliación de la subestación de Mangraners se ejecutará ya este año.
Inversión de 25 millones en renovar cables subterráneos
Asimismo, REE prepara una ampliación este año de las subestaciones de Anoia (Barcelona) y Albatàrrec (Lleida) para favorecer la evacuación de energía de instalaciones renovables, y también desde este año la compañía arrancará el proceso de renovación de tres cables subterráneos en Barcelona y varias ciudades del área metropolitana, con una inversión total prevista por unos 25,5 millones.
La compañía también prevé reforzar la interconexión con Andorra a través de la subestación de Adrall (Lleida).
La planificación energética actual, la vigente para el período 2021-2026, prevé una inversión por unos 400 millones en Cataluña.
REE es el transportista y al mismo tiempo operador del sistema eléctrico español, es decir, la compañía que debe garantizar la seguridad y continuidad del sistema eléctrico y gestionar el transporte de energía en alta tensión, para que luego las distribuidoras lleven esa energía desde las redes de transporte hasta las viviendas -mediante las líneas de distribución-, y las comercializadoras la vendan a los consumidores.