El escritor y periodista Andreu Claret posa durante la presentación de su nueva novela, 'La casa de les tres xemeneies'. EFE/Toni Albir

Andreu Claret mira a la Barcelona de los años sesenta en ‘La casa de les tres xemeneies’

Barcelona (EFE).- El periodista y escritor Andreu Claret ofrece su mirada sobre la Barcelona de los años sesenta en ‘La casa de les tres xemeneies’, su nueva novela, con un protagonista que, igual que él, llega a la capital catalana de joven, procedente de Francia, hijo de republicanos exiliados, encontrándose con una ciudad «oscura» y «sometida».

Claret ha explicado este martes en un encuentro con periodistas que a pesar de los años que han transcurrido desde 1964 tiene muy claro lo que sintió cuando bajó de un tren en la Estació de França, procedente de Toulouse, donde su familia se había exiliado, y «flipó» con una ciudad que sus allegados habían «idealizado», pero que a él no le gustó nada.

Publicada por Columna, en esta historia coral el lector conocerá a Ramon Cardona, de 19 años, cuando, en 1962, el año de la gran nevada y las riadas del Vallès, llega a Barcelona desde París con la ilusión de redescubrir la tierra de origen de sus padres y descubre una ciudad «compleja y contradictoria», viviendo en un bloque en el barrio del Poble Sec, de alquilado en una habitación de una de las familias allí residentes, los Peramiquel.

«Este muchacho -ha confesado- soy un poco yo mismo, aunque él viene a Barcelona en 1962 y yo lo hice dos años después. Se encuentra con una ciudad oscura, con una costra franquista, y se deprime mucho hasta que empieza a conocer gente. Gracias a ellos, se da cuenta de que debajo de esa costra hay mucho movimiento y gente que intenta sacar la cabeza».

Vecinos muy distintos, desde un travestí a un requeté

Inspirándose en ‘El edificio Yacobián’, del escritor egipcio Alaa Al Asweny, ha ubicado sus personajes en un edificio del Poble Sec, muy cercano al «canalla» Paral·lel, donde viven desde un travestí que trabaja en una sala de fiestas del Barrio Chino, a una familia catalanista y libertaria, los Peramiquel.

En otro de los pisos residen los Martínez, procedentes de la emigración española, mientras que en la última planta están los Parramon, antaño ricos gracias al estraperlo y, a principios de los sesenta, arruinados y con un hijo arribista, aliado con el portero de la finca, un antiguo requeté.

Andreu Claret, que fue delegado de la Agencia EFE en el África subsahariana, en América central y en Cataluña, aborda cuestiones como las de la represión de las mujeres y el control social, con alusiones al Patronato de Protección de la Mujer, la resistencia y la lucha contra el franquismo y tampoco obvia la pérdida de la inocencia y la maduración personal.

Aunque no lo tenía previsto cuando empezó la escritura de la novela, con un mapa de la Barcelona de 1961 enganchado detrás de su mesa, uno de los personajes le llevó hasta las riadas de la comarca del Vallès, donde murieron más de mil personas.

«Es una manera de reivindicar un hecho de poca trascendencia en la literatura catalana y que, igual que ha pasado ahora con la dana en València, sirvió para que mucha gente se organizara y se solidarizara con los afectados», ha apuntado.

Una novela esperanzada

Por otra parte, ha resaltado que aunque describe un momento en el que el franquismo «reprime, encierra a gente en la prisión e incluso mata», la novela quiere ser «esperanzada» y mostrar, sobretodo, a mujeres y jóvenes que luchan para cambiar las cosas.

Andreu Claret ha descubierto que aunque tenía la historia pensada de hace años ha sido en los dos últimos cuando ha acelerado para armar este artefacto literario, cuando «el mundo ha oscurecido mucho y, por eso, hay esta nota esperanzadora en la novela, para salir del paso de todo lo que está ocurriendo ahora». EFE