Barcelona (EFE).- Cuatro décadas después de sus primeras exposiciones individuales en el Espai 10, las artistas Fina Miralles, Susana Solano y Eva Lootz regresan a la Fundació Miró reivindicando su vigencia con ‘Entre dos patios’, una reconstrucción de las muestras que presentaron en 1979, 1980 y 1986, respectivamente.
La comisaria y jefa de exposiciones de la Fundació Miró, Martina Millà, ha considerado que ‘Paisaje’ (1979), de Fina Miralles; ‘Esculturas y dibujos’ (1980), de Susana Solano; y ‘Arenas’ (1986), de Eva Lootz, fueron tres proyectos que destacaron en su momento, cuando todas ellas eran emergentes, mientras que ahora son «tres artistazas, que han mantenido el tipo, la práctica artística hasta una edad muy respetable, lo que es bastante insólito en nuestro país».

Tres artistas fundacionales
A su juicio, se trata de tres artistas fundacionales, quienes empiezan a formarse después del «fin del mundo, de la Segunda Guerra Mundial, quienes repiensan las reglas del juego, ante un sistema heredado, con el que no se identifican».
«Las tres tienen tanto poder creativo que empiezan de cero, deconstruyendo el género paisajístico en el caso de Fina Miralles, dejando Susana Solano que los materiales hablen por sí mismos, mientras Eva Lootz apuesta para que sean las propiedades físicas de estos materiales las que lo hagan», ha aseverado.

Durante meses, en la distancia, puesto que Miralles vive en Cadaqués (Girona), Lootz en Madrid y Solano pasa muchos días viajando, las cuatro han estado trabajando en la reconstrucción de aquellas tres exposiciones que, para Millà, forman una suerte de «corpus casi coral» que ayuda a comprender sus estrategias «bastante similares» de resistencia personal a los lenguajes artísticos, la cultura y la sociedad imperantes en los años de la denominada «segunda ola feminista».
En cuanto al nombre de la exposición, que actúa como introducción de la futura exposición conmemorativa de los cincuenta años de la Fundació Miró, la comisaria ha recordado que tiene que ver con el emplazamiento original de Espai 10, entre el Patio del Olivo y el del Algarrobo, antes de la ampliación del edificio de Josep Lluís Sert a finales de los años ochenta, donde ahora se ubica la tienda de regalos.
Partir de lo más elemental
Antes de recorrer las tres salas que ocupan las tres muestras, Fina Miralles ha remarcado que su gran maestra ha sido la naturaleza. «Yo no he tenido que hacer nada, me he puesto a su disposición», ha proclamado.

Sintiéndose artista desde muy pequeña, nacida en Sabadell (Barcelona) en 1950, ha agradecido proceder de una familia «fantástica» que no le puso ningún impedimento para dedicarse al arte, afirmando que esta práctica, es lo que «te va haciendo la persona que ahora eres».
Susana Solano, barcelonesa de 1946, no ha obviado la «perseverancia» de Martina Millà para conseguir este proyecto, que le ha permitido recordar los tiempos en los que era estudiante de bellas artes, hija de una mujer que se dedicaba a la sastrería, con lo que los diferentes tipos de ropas -muy presentes en su exposición- fueron importantes para arrancar en su caso la cuestión de la creatividad.

Eva Lootz, nacida en Viena (Austria) en 1940, pero que vive y trabaja en Madrid, ha sostenido que los trabajos de las tres tienen en común que parten de «cosas muy elementales, de lo que tenemos delante de la nariz».
Interacción entre fuerzas físicas y los materiales
En ‘Arenas’, más que crear formas, quería que las fuerzas físicas que actúan sobre los materiales usados en sus obras pudieran mostrarse tal y como eran en determinadas condiciones.
En los dos cubos de madera de su instalación, buscaba experimentar con las diferentes formas de actuar de la arena, en un caso desbordándose por las esquinas, mientras que en el otro cubo la arena entra en el encofrado desde fuera, ahondando en el concepto de lo opuesto, de lo dual.