Barcelona (EFE).- La escritora Sílvia Soler publica su nueva novela, ‘Cor fort’, la historia de Teresa Fluvià, una mujer que en los años cincuenta del siglo pasado quedó embarazada cuando contaba diecinueve años y decidió ser madre soltera, desafiando las normas sociales de la época.
En un encuentro con periodistas, la novelista ha explicado que empezó a armar esta historia a partir de la «ambivalente» expresión catalana ‘fer el cor fort’ (hacer de tripas corazón) y sin intención de hacer un homenaje a las mujeres de la generación de su madre, nacidas a principios del siglo pasado, pero al terminarla se dio cuenta de que sí destacaba el papel de muchas mujeres que a lo largo de sus vidas han comandado sus familias desde sus hogares llevando el peso de todo.
«Las mujeres -ha argumentado- han cargado de alguna manera sobre sus espaldas muchas cosas, han ido haciendo de tripas corazón y la mayoría llegan al final, agotadas, no sólo físicamente. Porque cuando has hecho muchas veces de tripas corazón, al final el corazón estalla, literal o simbólicamente».
Una mujer referente para generaciones posteriores
Publicada por Univers, en su nuevo título Soler muestra la peripecia vital de Teresa Fluvià, a quien el lector conocerá primero como vendedora de pollos en el mercado del ficticio pueblo costero de Sorrals, que ya apareció en ‘L’estiu que comença’, y, posteriormente, casada con Miquel Savall, hijo único de una de las familias más ricas de la localidad.
A lo largo de estas páginas, además, verá cómo forma su propia familia y cómo acaba siendo un referente para las generaciones posteriores, especialmente, para sus nietas.
«Quería que la historia atravesara tres generaciones, especialmente porque tenía muchas ganas de explicar los cambios entre estas tres generaciones, entre los años cincuenta a la actualidad, a partir de cuestiones cotidianas, como que la primera de ellas va al ‘envelat’, la hija participa en guateques, y la nieta va a la discoteca», ha apuntado.
Sin tener muchos planes a priori, Soler se deja llevar y, en este caso, crea una familia con todas sus ramificaciones, con un «salto social» incluido, lo que comportará para la protagonista pasar de una humilde vivienda a una casa con jardín, que cree que será la última de su vida.
No esconde que cuando ya tenía la novela prácticamente acabada fue al cine a ver ‘Casa en flames’ y, mirando la escena final protagonizada por la actriz Emma Vilarasau, con el dedo corazón en alto, pensó que ambas obras estaban en «sintonía».

Las vidas pequeñas también tienen una novela
Con referencias literarias constantes, desde Jane Austen a Mercè Rodoreda, Sílvia Soler defiende que se narre sobre las «vidas pequeñas», sobre trayectorias que no se salen de lo normal, porque, al final, lo que le ocurre a su creación literaria Teresa Fluvià «le puede haber pasado a muchas mujeres en este país».
Hace unos días, ha rememorado, presentó la nueva novela de Elizabeth Strout, ‘Explica-m’ho tot’, y en la conversación que mantuvieron la norteamericana le dijo que el arte de explicar historias también comporta que se pueda explicar la vida de «cualquiera, aunque sea anodina, y hacer una novela». «Esta obsesión la tengo yo», apostilla.
Respecto a la importancia de la familia en sus historias, Sílvia Soler ha destacado que es un colectivo que lo «tiene todo» y que le permite centrarse en todo lo que le interesa, desde el amor, el desamor o los fracasos a la alegría y las frustraciones.
«La familia es tu lugar en el mundo y te ha hecho crecer y ser de una determinada manera», ha sostenido la autora catalana, que ya espera volver a ar de forma directa con sus lectores a partir de los clubes de lectura sobre su nuevo título y durante el día de Sant Jordi, aunque las largas colas que se forman para las firmas le impiden profundizar.
Soler defiende que las novelas no terminan hasta que cada uno de los lectores las abordan, siendo «muy interesante ver lo que cada uno encuentra».