Barcelona (EFE).- Más que un problema de agua, Cataluña «tiene un problema de infraestructura de agua», asegura el conseller de Agricultura, Òscar Ordeig, que apuesta por la modernización de todo el regadío de aquí a 2040 para dotar al campo de un sistema de abastecimiento más eficiente y sostenible.
En una entrevista con EFE, Ordeig (Vic, 1978) afirma que solo el 50 % del regadío de Cataluña está modernizado, un porcentaje que se reduce hasta poco más del 20 % en la zona de Girona y que dista mucho de la situación que presenta una provincia vecina como Huesca, con el 80 % de su red ya renovada.
«Así no vamos a ningún sitio. Debemos tener el cien por cien de la red modernizada», señala el titular de Agricultura, Ganadería, Pesca y Alimentación, que destaca la importancia de garantizar que «cada gota va donde toca», especialmente en el actual contexto de cambio climático, con temperaturas más altas y precipitaciones más escasas.
Para hacer posible esta «transición», apunta Ordeig, son necesarias importantes inversiones público-privadas, blindando para ello partidas presupuestarias anuales, y un ambicioso plan de actuaciones que ya se ha puesto en marcha.

El nuevo Plan de Regadíos 2025-2040
Así lo contempla el nuevo Plan de Regadíos que está elaborando el Govern y que fija las prioridades en este campo para los próximos 15 años, entre 2025 y 2040.
El objetivo es contar con una red completamente actualizada para ese horizonte, que ha de permitir a los agricultores ser más eficientes en el uso del agua, mejorar su productividad y ser más resistentes al calentamiento global y los períodos de sequía, como el que ha vuelto a vivir estos últimos meses Cataluña.
«Ahora estamos mejor, hemos levantado las restricciones, pero ahora más que nunca es muy importante hacer los deberes en materia de infraestructura hidráulica», advierte el también diputado del PSC en el Parlament por Lleida, que recuerda que la agricultura y la ganadería suponen más del 70 % del consumo de agua.
«La red actual está obsoleta en muchos puntos y no podemos seguir regando como regamos», subraya.
La idea, indica el conseller, es que aquellas comunidades que lleven a cabo la modernización de sus regadíos puedan ver flexibilizadas las restricciones de agua en situaciones de sequía.
«Si tú has modernizado, cuando vengan las restricciones tendrás que reducir menos que si no lo has hecho. En este caso te cortarán el grifo rápido. Vamos hacia aquí», detalla el titular de Agricultura.
Este Plan de Regadíos abre también la puerta al uso en la agricultura de agua regenerada -agua residual depurada que recibe un tratamiento adicional- y aquella procedente de desaladoras.

El conseller de Agricultura, Òscar Ordeig, durante la entrevista. EFE/Quique García
Faltan infraestructuras hidráulicas
En cualquier caso, comenta Òscar Ordeig, el principal problema de Cataluña es que durante muchos años no ha generado las infraestructuras suficientes para garantizar una buena gestión de los recursos hídricos, cada vez más escasos.
«En Israel llueve menos que aquí y tienen una infraestructura infinitamente más bien preparada de modernización de regadío», señala el conseller, que recuerda que el agua «no se puede gestionar como hace veinte años» y que en esta cuestión la tecnología juega un papel crucial.
«Se tienen que producir alimentos en el mundo y con menos agua, y esto solo se puede hacer de una manera: con tecnología y conocimiento», detalla Ordeig, que apuesta por aprovechar la experiencia de la última sequía para impulsar la modernización de la infraestructura y hacer pedagogía de que «cada gota de agua cuenta».

El Govern tiene varias actuaciones en marcha con este objetivo, como las obras de conexión del río Ebro con el pantano de Els Guiamets o la renovación del «gran canal» de Cataluña, el de Urgell, que «fue pionero hace 160 años y que ha quedado obsoleto», explica Ordeig.
En unos meses también se pondrá en funcionamiento el canal Xerta-Sènia (Tarragona), después de muchos años en obras, se mejorará el Fluvià-Muga, en Girona, y arrancarán las obras del riego de la Conca de Tremp, en el Pirineo, entre otras actuaciones previstas. EFE