Madrid (EFE).- La ministra de Educación, Pilar Alegría, ha insistido hoy a las comunidades autónomas en la necesidad de dar una respuesta «común y coordinada» acerca del uso de los teléfonos móviles en los centros educativos.
Alegría ha presidido hoy miércoles una reunión de trabajo con representantes de las comunidades para avanzar en la regulación de estos dispositivos en los recintos escolares, un encuentro que las comunidades gobernadas por el PP han criticado porque «llega muy tarde».
«La reunión ha puesto de manifiesto la preocupación compartida por el Ministerio y las comunidades sobre este aspecto. De hecho, a raíz de la sectorial del 13 de diciembre, siete territorios (incluidos Ceuta y Melilla) han puesto en marcha su propia regulación en esta materia, mientras que el resto están en proceso de debate (…)», y otros cuatro ya tenían sus propias normativas, añade Educación.

Alegría ha explicado a las comunidades la propuesta de su cartera y ha subrayado la importancia de “hacer frente a esta preocupación e inquietud social de manera coordinada. Se trata de contar con una postura común, escuchándonos los unos a los otros, que permita un consenso de mínimos para que luego las comunidades, dentro de su autonomía, puedan realizar sus recomendaciones o instrucciones».
La propuesta del Ministerio consiste en un uso cero del móvil en Infantil y Primaria, y en limitarlo a actividades pedagógicas cuando el docente así lo considere en ESO, Bachillerato y Formación Profesional, con excepciones.
Además, hay comunidades que han planteado que en etapas de enseñanzas postobligatorias sean los centros los que puedan establecer el uso.
Las comunidades regularán a nivel autonómico
Tal y como informó la ministra de Educación, Formación Profesional y Deportes la idea no es acometer una legislación estatal sino que cada comunidad lo regule a nivel autonómico -las comunidades tienen transferida la competencia en educación, excepto Ceuta y Melilla-.
Este mismo mes, el día 8, los colegios e institutos gallegos y murcianos abrieron sus puertas tras el parón navideño con el veto a los móviles en los centros públicos durante toda la jornada escolar, incluidas actividades no lectivas.
Se unían así a los de Madrid, Galicia y Castilla-La Mancha, que llevan muchos años prohibiendo estos aparatos a no ser que tengan una finalidad pedagógica por parte del profesorado. En el caso gallego lo que se ha hecho ahora es ampliar también la prohibición a los periodos no lectivos (por ejemplo recreos y comedor).
Tras el debate reabierto por familias y docentes en estos últimos meses, al que se sumó después el Gobierno, Andalucía también anunció que daría instrucciones a los centros para limitar los dispositivos y Cataluña se pronunció a favor de un marco regulatorio.
En la mayoría de las autonomías son los centros educativos lo que los regulan en sus reglamentos internos de organización.
Documento aprobado por el Consejo Escolar
El documento aprobado por unanimidad el pasado día 25 por la Comisión Permanente del Consejo Escolar del Estado aconseja:
En infantil y primaria
. Prohibir que los alumnos de infantil y primaria lleven móviles al colegio, a no ser que esté autorizado por motivos de salud o personales.
En secundaria
. Los estudiantes de secundaria que decidan llevar móvil tendrán que apagarlo desde la entrada al instituto hasta su salida -incluso en el tiempo de recreo o comedor- salvo cuando el profesorado lo requiera para fines pedagógicos o cuando los menores lo necesiten por motivos personales debidamente justificados.
Enseñanzas postobligatorias
Para las enseñanzas postobligatorias, como la formación profesional o la universidad, serán los propios centros los que decidan cómo regular la cuestión.
. Regular el uso de móviles en los centros de enseñanza es una medida que debería contar con «criterios básicos comunes» y, al igual que en otros países europeos, hacerse dentro de los reglamentos de régimen interior de cada centro.
. Aconseja acompañar la regulación con otras acciones -refuerzo de departamentos de orientación y tutorías, revisión de tiempos y horarios, alternativas de ocio en el recreo, etc.- y un proceso de formación que contribuya a una educación digital del alumnado, profesorado y familias.
. Aunque se valora las ventajas de la utilización educativa de los dispositivos, también advierte de los problemas derivados del uso inadecuado de teléfonos, tabletas o relojes inteligentes por las distracciones que ocasionan al alumnado.