La princesa Leonor de Borbón (i) y el presidente la República Portuguesa, Marcelo Rebelo de Sousa (d), durante su visita al Oceanário de Lisboa. EFE/Ballesteros

La princesa Leonor cierra su viaje a Lisboa en el Oceanário junto a Rebelo de Sousa

Lisboa (EFE).- La princesa Leonor puso fin este viernes a su viaje a Lisboa con una visita al Oceanário, uno de los más grandes del mundo, situado a orillas del río Tajo, donde recorrió parte de sus instalaciones y mantuvo un encuentro con jóvenes científicos que trabajan en la protección del medio marino.

La visita la hizo acompañada por el presidente de Portugal, Marcelo Rebelo de Sousa, después del almuerzo mantenido en el Palacio de Belém, donde la heredera al trono español pronunció un discurso en el que remarcó el carácter histórico de su viaje, el primero oficial que protagoniza al extranjero.

El Oceanário fue uno de los escaparates de la Exposición Mundial que tuvo lugar en Lisboa en 1998 y abrió sus puertas al público en octubre de ese año tras la clausura del evento.

Como en el resto de la visita a Lisboa, el ministro español de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, acompañó a la princesa al acuario, que fue sede de la II Conferencia de los Océanos organizada por Naciones Unidas en 2022.

Aunque no estaba previsto en el programa, el presidente luso se trasladó con la heredera al aeropuerto militar Figo Maduro para despedirse de ella antes de que subiera al avión para regresar a Madrid.

Visita al Monasterio de los Jerónimos

La princesa abrió este viernes su agenda en Lisboa en el Monasterio de los Jerónimos, con una ofrenda floral ante la tumba del padre de las letras portuguesas, Luís de Camões.

Leonor de Borbón se trasladó al monasterio tras aterrizar en el aeropuerto militar Figo Maduro de la capital portuguesa, donde le recibió el presidente del país, Marcelo Rebelo de Sousa, algo que no estaba previsto inicialmente en el programa.

Acompañada por el ministro español de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, la princesa llegó al emblemático edificio, al que accedió por una alfombra roja para dirigirse a honrar la memoria del célebre poeta, del que este año se cumple el 500 aniversario de su nacimiento.

Se trata de un acto reservado a los jefes de Estado que visitan Portugal, pero ante el carácter histórico de la visita de la hija mayor de Felipe VI, se ha incluido en su programa, aunque sin la presencia de Rebelo de Sousa.

La princesa Leonor de Borbón durante su visita al Monasterio de los Jerónimos de Lisboa
La princesa Leonor de Borbón durante su visita al Monasterio de los Jerónimos de Lisboa. EFE/ Ballesteros

La tumba de Camões

Bajo un toque de corneta, la heredera al trono se acercó a la corona de flores blancas situada junto a la sepultura, adornada con la bandera española y un lazo con el color de su estandarte y el rótulo ‘S.A.R. La princesa de Asturias’.

La tumba de Camões, decorada con una estatua suya y una inscripción de su obra más conocida, ‘Os Lusíadas’, está situada en el coro bajo de la iglesia, cerca de la del explorador Vasco de Gama, a quien se dedicó la construcción del monasterio tras ser el primer europeo en llegar a la India por la ruta que bordea África.

También hay enterrados otras figuras ilustres y varios reyes portugueses, entre ellos, Manuel I, quien encargó levantar el edificio en 1501, dos años después del regreso del navegante de completar la llamada Ruta de las Especias, que convirtió a Portugal en una potencia naval y comercial en el siglo XVI.

En el monasterio, declarado Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO en 1983, recibieron a la princesa su directora, Margarida Donas, y el prior de Santa María de Belém, José Manuel dos Santos.

Antes de entrar, Leonor de Borbón saludó con la mano a los turistas españoles que la vitorearon desde el otro lado de la calle.

La princesa Leonor
La princesa Leonor recibe la Gran Cruz de la Orden de Cristo por el presidente de Portugal, Marcelo Rebelo de Sousa. EFE/EPA/Miguel A. Lopes

Tras la ofrenda al literato (1524-1580), la heredera al trono hizo una visita por la iglesia, que cruzó por la nave central hasta el claustro, y al término del recorrido, firmó en el libro de honor.

Gran Cruz de la Orden de Cristo

Desde el monasterio, la princesa de Asturias se ha trasladado escoltada por un escuadrón de caballería al Palacio de Belém, situado a poca distancia, donde Rebelo de Sousa le ha dado la bienvenida oficial con honores y le ha impuesto la Gran Cruz de la Orden de Cristo, una de las más altas condecoraciones que concede la Presidencia portuguesa.

También van a mantener una reunión junto a las dos delegaciones, seguido de un almuerzo en el que la princesa va a pronunciar un discurso en el que realzará el simbolismo de la visita.

La princesa Leonor llega hoy a Portugal en su estreno en un viaje al extranjero
La princesa Leonor llega hoy a Portugal en su estreno en un viaje al extranjero. EFE/Chema Moya

Leonor, “muy feliz” en Portugal

Leonor aseguró sentirse “muy feliz” por que Portugal haya sido su primer viaje oficial en el extranjero y subrayó que las relaciones con España van más allá de su vecindad, al traducirse en “una amistad sincera y un respeto profundo y mutuo” entre los dos países que le hacen “sentirse como en casa”.

La heredera al trono español agradeció ante el presidente de Portugal, Marcelo Rebelo de Sousa, “la hospitalidad y el inmenso cariño” brindados en su estancia en Lisboa.

Tras recordar que hace diez años, Portugal, “este querido país”, fue el primer destino de sus padres como reyes de España tras la proclamación de Felipe VI, la princesa de Asturias resaltó: “No puedo negar lo especial que es también para mí estar aquí hoy”
De aquel viaje, añadió, don Felipe y doña Letizia le hablaron de Portugal con “gran afecto, ‘com saudade’”, y del cariño que recibieron en sus calles.

A su juicio, España y Portugal “comparten una vecindad que va mucho más allá de la simple proximidad geográfica”.

Calificó esta relación de “multidimensional”, lo que -prosiguió- “se traduce en una amistad sincera y un respeto profundo y mutuo” entre los dos países ibéricos.

Almuerzo

En el almuerzo, en el que también intervino Rebelo de Sousa, participaron el ministro español de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, y su homólogo portugués, Paulo Rangel, así como los respectivos embajadores y los jefes de la Casa del Rey y la Casa Civil portuguesa, entre otras autoridades.

La comida sucedió a la reunión de Rebelo de Sousa y la princesa con dos delegaciones y de la imposición de la Gran Cruz de la Orden de Cristo, una de las más altas distinciones de la república portuguesa, que también recibieron Felipe VI (1988) y Juan Carlos I (1996).

También dieron un paseo por los jardines de la residencia oficial que reflejó el aprecio del presidente portugués hacia la hija de Felipe VI, fruto de la estrecha amistad que le liga a él desde que llegó al cargo en marzo de 2016.

La agenda de la heredera al trono en Lisboa, de apenas seis horas, se completará con la visita al Oceanário, también en compañíadel presidente portugués, con un encuentro con jóvenes científicos que trabajan en programas de conservación del medio marino.

Elección de Portugal como debut

La elección de Portugal como debut de la princesa en el exterior responde a los lazos históricos y a las intensas relaciones entre los dos países, así como a la estrecha amistad entre Felipe VI y Rebelo de Sousa.