La reina emérita Sofía (de espaldas) recibe en audiencia a representantes de la Asociación Héroes de 4 patas. EFE/ J.J. Guillén

Poppet y Zeus, dos «héroes» perrunos jubilados recibidos por la reina Sofía

Madrid (EFE).- Poppet y Zeus, dos perros de trabajo jubilados ya de sus tareas de búsqueda de personas y detección de explosivos, han acudido este lunes al Palacio de la Zarzuela donde la reina Sofía ha recibido en audiencia al grupo de voluntarios de la asociación ‘Héroes de 4 patas’, una ONG que busca hogar a este tipo de canes.

‘Héroes de 4 patas’

El grupo de voluntarios, encabezados por su presidenta, Rosa Chamorro, ha explicado a doña Sofía la labor que realizan en ‘Héroes de 4 patas’, una asociación sin ánimo de lucro que nació en 2015 gracias a la iniciativa de varios de la Policía Nacional y al voluntariado.

Junto a ellos han estado presentes dos perros adoptados por la asociación: Poppet un pastor belga malinois, de 8 años, especialista en búsqueda de personas en grandes áreas, ya jubilado; y Zeus, un pastor alemán también retirado y de 9 años, que perteneció al Ejército del Aire y del Espacio concretamente al Escuadrón de Ayuda al Despliegue Aéreo, cuya especialidad era la detección de explosivos.

La reina emérita Sofía (i) recibe en audiencia a representantes de la Asociación Héroes de 4 patas en el Palacio de la Zarzuela
La reina emérita Sofía (i) recibe en audiencia a representantes de la Asociación Héroes de 4 patas en el Palacio de la Zarzuela. EFE/ J.J. Guillén

Zeus participó además en diferentes misiones internacionales y ha saltado en paracaídas con su instructor.

«¿Muerde?», ha preguntado la reina Sofía antes de acariciar a uno de ellos. «No, ya ha desayunado», ha bromeado uno de los voluntarios en la audiencia, a la que han acudido también representantes de las familias de adopción de los perros.

Búsqueda de un hogar para ellos

La asociación ‘Héroes de 4 Patas’, que impulsa la instauración del ‘Día Mundial del perro de trabajo’, tiene como objetivo encontrar un hogar a los perros que han dedicado su vida al servicio de la sociedad en labores de búsqueda y rescate, tras su jubilación.

Debido a que en España no existe un marco legal que regule la situación de estos cánidos, al finalizar sus años de trabajo dependen de sus guías o de la unidad para la que trabajaban para encontrar un hogar, explica la asociación que se creó para hacer frente a esta situación.