Madrid (EFE).- El exjefe de ETA Ibon Fernández Iradi, ‘Susper’, se ha desmarcado este lunes en la Audiencia Nacional de cualquier relación con los explosivos y armas con los que el comando Buruntza cometió una veintena de atentados, y ha reiterado que él se ocupaba de «captaciones» y de «búsqueda de infraestructura».
El juicio a ‘Susper’ como acusado de delitos de tenencia y depósito de explosivos, armas de guerra y armas de fuego ha quedado este lunes visto para sentencia tras una jornada que ha contado con su declaración, con la que ha tratado de sacudirse la acusación del fiscal.
Tras escucharle, la Fiscalía ha elevado a definitivas sus conclusiones y ha confirmado su petición de 30 años de prisión para él, mientras que su abogada ha pedido la absolución al considerar que la tesis del fiscal tiene «fallas».
Para la Fiscalía, hay «pruebas» suficientes que conduzcan a una condena; para la defensa, «no se puede atribuir» a ‘Susper’ «esas armas y explosivos» incautados al comando Buruntza.
No era su «tarea»
Tras ratificar varios agentes sus informes periciales, ‘Susper’, que lleva varios meses en régimen de tercer grado con un dispositivo telemático que le permite no dormir en prisión, ha tomado la palabra para negar cualquier «relación» con las armas y explosivos del comando, porque no era su «tarea».

Condenado por su pertenencia a ETA y por transmitir al comando la instrucción de la banda terrorista de atentar contra una empresa, según él mismo ha explicado, Fernández Iradi ha reiterado en varias ocasiones que él se dedicaba a captaciones, búsqueda de garajes, apartamentos, colaboradores.
No eran labores de logística, según ha tratado de aclarar al fiscal, sino de infraestructura. Una explicación que, sin embargo, ha despertado dudas en la presidenta del tribunal, Teresa Palacios, que ha preguntado quién se encargaba entonces de la logística.
Según el acusado, él sabe que en ETA había un aparato de logística en Francia, pero nunca oyó hablar de logística en Guipúzcoa.
Dos o tres semanas en el ‘centro de operaciones’
Ha explicado que viajó desde Francia a España, en marzo de 2000, en coche con el etarra Patxi Xabier Makazaga, Txema, condenado a 43 años de cárcel como miembro del citado comando, y que solo estuvo dos o tres semanas en el piso del Paseo Bulandegui, de la localidad guipuzcoana de Zizurkil.
Ahí es donde la Fiscalía sitúa el centro de operaciones del comando y donde se halló abundante material explosivo y numerosas armas. ‘Susper’ ha dicho que nunca vio armas ni explosivos ni tuvo a ellos mientras estuvo en el apartamento, en el que, a preguntas de la magistrada, no ha sabido precisar en qué estancia durmió exactamente.
Ha dicho que sabía que del comando realizaban «acciones» terroristas, pero ha reiterado que esa no era su función, y ha supuesto que le asignaron la labor de captación al tener un «perfil» de conocer a mucha gente y «condicionado» por los problemas de salud que padecía y que le hacían ir a Francia en ocasiones por citas médicas, momento en el que aprovechaba para reunirse con responsables de ETA.
Tras esas dos o tres semanas en el citado apartamento, ha relatado que se fue a vivir unos diez meses con Ainhoa García Montero, Laia, con quien mantuvo una relación y que también fue condenada a 22 años por integrar el comando.
Vivió con ella hasta que volvió a Francia, donde fue detenido en 2002, y durante esa estancia con Laia, volvió «puntualmente» al piso de Zizurkil, para hablar con Makazaga de «captaciones».
La magistrada Palacios ha cuestionado por qué viajó desde Francia junto a Makazaga, a quien sí se le asignaron acciones operativas, y por qué luego se reunió con él esporádicamente en ese piso, si él no tenía dichas tareas. «Se supone que algunas personas que yo podría captar luego podrían ubicarse con Makazaga», ha indicado.
Y ante las huellas suyas halladas en dos manuales de la banda terrorista incautados en el piso, ha supuesto que se deben a que en Francia leyó dichos documentos, que después trasladaron al apartamento por «orden» de la organización.
Con un «no tengo más que añadir» con el que ‘Susper’ ha rechazado hacer uso de la última palabra, el juicio ha quedado visto para sentencia.