Bilbao (EFE).- El edificio del barrio bilbaíno de Rekalde okupado como gaztetxe (centro social juvenil) desde hace diez años ha sido desalojado este viernes en medio de un fuerte dispositivo policial y varios centenares de manifestantes que protestaban contra esa medida.
La desocupación de Etxarri -nombre del gaztetxe- ha culminado tras la salida voluntaria de los cuatro jóvenes que habían pernoctado esta noche en su interior en un intento de evitar que la Ertzaintza cumpliera la orden judicial de desalojo.
Estos jóvenes han sido identificados y se les ha abierto un expediente sancionador por vulnerar la Ley de Seguridad Ciudadana, según ha informado el departamento vasco de Seguridad.

Tras su salida, los manifestantes se han disuelto sin incidentes y únicamente han quedado patrullas de la Ertzaintza en la zona.
Esta operación ha contado con la presencia de una comitiva judicial y ha dispuesto de un amplio despliegue policial, que ha incluido veinte furgonetas, numerosos agentes, un helicóptero y drones, motivado por las manifestaciones en contra del desalojo.
Más de doscientos jóvenes han presenciado el operativo policial desde primeras horas de la mañana con gritos a favor del local juvenil.
Tras finalizar el desalojo, el portavoz del gaztetxe, Iker Villanueva, ha declarado a los medios de comunicación que han convocado una manifestación esta tarde para denunciar «la brutalidad policial contra los manifestantes».
Ha considerado responsables de lo ocurrido «al Ayuntamiento de Bilbao y al concejal de Urbanismo» por «todos los planes elaborados para la zona, que van a constituir un pelotazo urbanístico que solo beneficia a las empresas privadas».
Enfrentamientos entre manifestantes y ertzainas
El desalojo se produce después de los enfrentamientos registrados anoche entre manifestantes y ertzainas, con el resultado de cinco detenidos y doce policías contusionados.

Los cinco jóvenes han quedado en libertad y deberán comparecer ante el juez por los presuntos delitos de desórdenes públicos y atentado contra agentes de la autoridad.
En esos disturbios, grupos de jóvenes quemaron contenedores y lanzaron objetos a los agentes, que respondieron con cargas policiales en unos altercados que se prolongaron durante casi una hora y media.
Los agentes habían acordonado el inmueble para intentar evitar que alguien entrara en el edificio, ante la previsión del desalojo inminente durante la jornada de hoy.