Madrid (EFE).- Las incidencias registradas en el sistema sanitario como consecuencia del apagón han sido «limitadas», según el Ministerio de Sanidad, tras reducir las cirugías no urgentes, priorizar a las personas electrodependientes y garantizar el suministro de gasóleo para hospitales y centros de salud para asegurar una autonomía mínima de 24 horas.
En estas tareas se centraron las principales actuaciones de contingencia desplegadas por el Ministerio de Sanidad en coordinación con las comunidades, según el balance de la jornada que ha hecho el departamento que dirige Mónica García.
Coordinación y respuesta
Nada más producirse el corte en el suministro, Sanidad activó los mecanismos de coordinación y respuesta con las distintas direcciones generales autonómicas implicadas, gracias a lo cual se pudo asegurar la actualización permanente de los sistemas electrónicos y de comunicaciones del Sistema Nacional de Salud o aplazar la adjudicación de plazas de Enfermería.
La comunicación con las comunidades «fue constante» hasta última hora, cuando la ministra -que también participó en las reuniones en Red Eléctrica de España y del Consejo de Seguridad Nacional- mantuvo conversaciones directas con aquellas que solicitaron la activación del nivel 3 de alerta.
Paralelamente, en el Ministerio se habilitaron varias salas para que los funcionarios que no podían regresar a casa pudieran descansar, una medida que permitió también asegurar la disponibilidad continua de trabajadores clave para la gestión de la situación. El secretario de Estado, Javier Padilla, pasó allí la noche coordinando las actuaciones.
Sanidad e Interior y la Unidad Militar de Emergencias (UME) centralizaron la información crítica y coordinaron el suministro de combustible a hospitales y centros sanitarios, incluyendo varios centros de diálisis concertados en Madrid, asegurando así el funcionamiento de los grupos electrógenos.

Estos pacientes, precisamente, son unos de los que más riesgo corren en situaciones así porque se tienen que dializar cada dos días y, si no lo hacen, pueden morir, recuerdan desde la Fundación Renal Española.
Aquellos que reciben su tratamiento en hospitales quedan integrados dentro del protocolo de emergencias y utilizan sus grupos electrógenos, pero también los hay que se dializan en centros externos o en su casa donde, si no hay electricidad, no pueden hacerlo.
La fundación tiene 19 centros en España y todos tienen generadores, con lo que ayer pudieron dializar a la mayoría, pero advierte que, si hubiese seguido el apagón, no les habría alcanzado el combustible.
Aunque el sistema de receta electrónica estuvo operativo, sólo aquellas oficinas que disponían de algún tipo de a la corriente pudieron utilizarlo, informan desde el Colegio Oficial de Farmacéuticos de Madrid.
También se dispensaron los fármacos prescritos en papel que ocasionalmente tuvieron que recetar los médicos de Familia, limitados a medicamentos agudos como analgésicos, antibióticos o antihistamínicos.
Los centros de salud permanecieron abiertos en todo momento, aunque sí que tuvieron que reducir su actividad a la atención de las urgencias, dejando de lado otras tareas burocráticas y de gestión como la tramitación de bajas.
También los centros y hospitales privados pudieron seguir operando: los hospitales, centros médicos, residencias de mayores y algunas clínicas dentales, por ejemplo, continuaron ofreciendo sus servicios gracias a la autonomía energética que confieren los grupos electrógenos, que permitieron garantizar el suministro de medicación y de alimentos a los pacientes y residentes.