La exdirigente etarra Iratxe Sorzabal durante el juicio en la Audiencia Nacional. EFE/Borja Sánchez Trillo

La Audiencia Nacional reconoce que la exjefa de ETA Iratxe Sorzabal fue maltratada y la absuelve

Madrid (EFE).- La Audiencia Nacional ha absuelto a la exjefa de ETA Iratxe Sorzabal de un delito de estragos por la colocación de un artefacto explosivo en 1995 en la frontera de Irún (Guipúzcoa), al dar por probado que asumió la autoría de este atentado al ser sometida a malos tratos cuando fue detenida por la Guardia Civil.

En una sentencia, la Sección Segunda de la Sala de lo Penal señala que la prueba practicada en el juicio, en concreto, el informe pericial de la defensa elaborado por un médico forense del Instituto Vasco de Medicina Legal, lleva a la conclusión de que la acusada fue sometida a tratos inhumanos durante su detención, en marzo de 2001, que le llevaron después a asumir la autoría de este y otros atentados.

ETA Sorzabal
La exdirigente etarra Iratxe Sorzabal durante el juicio. EFE/J.P. Gandul

La Fiscalía pedía para la acusada, que en 2022 fue condenada a 24 años y medio de cárcel por un doble atentado en Gijón, una pena de 12 años de cárcel y que indemnizara con distintas cantidades a las empresas afectadas por la explosión, así como que se le prohibiese volver al lugar de ese atentado por un periodo de cinco años.

Su confesión es nula

La sentencia, de la que ha sido ponente el juez Fernando Andreu, sostiene que el manuscrito (kantada) que escribió tras esa detención, y en el que reconocía la autoría de este y otros atentados, es nulo “de pleno derecho al haberse obtenido mediante la violación de los derechos fundamentales de la acusada (artículo 1.1 LOPJ) pues es consecuencia de malos tratos (aplicación de electrodos) que sufrió durante su detención».

Unos malos tratos, añade, que tenían por objeto que prestase declaración en los términos que se le indicaban, «sin que exista ninguna otra prueba de cargo destructora de la presunción de inocencia que le favorece”.

Según ella misma relató en el juicio, durante los cinco días que estuvo detenida en dependencias de la Guardia Civil, le obligaron a aprender de memoria lo que después escribió en una carta dirigida a la dirección de ETA, en la que daba detalles de diversos atentados.