Barcelona (EFE).- Un estudio publicado por la Universidad Pompeu Fabra (UPF) ha identificado que los gitanos de la Península Ibérica tienen diferencias genéticas respecto a los del resto de Europa, a pesar de su origen común, pues procedían de la India.
La investigación la ha desarrollado el Instituto de Biología Evolutiva (IBE), un centro de investigación mixto del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y de la UPF, y se ha basado en el análisis del genoma de 110 gitanos ibéricos y una treintena de otros países europeos.
El IBE ha asegurado que este estudio posee el «análisis genómico más completo hasta ahora del pueblo romaní» y que, según sus investigaciones, la llegada de los gitanos a Europa se dio a finales del siglo XIV desde India y no hace 600 años, como se tenía pensado hasta ahora.
Diáspora de los gitanos
“La diáspora de los gitanos es resultado de una única ola migratoria que fue desde la India hasta los Balcanes, a donde llegaron hace mil años, y posteriormente de los Balcanes hacia el resto de Europa y la Península Ibérica, donde los encontramos desde hace más de 600 años”, ha indicado el investigador adscrito al IBE y al Departamento de Medicina y Ciencias de la Vida de la UPF David Comas.

El estudio ha indicado que el genoma de los gitanos europeos se compone de un tercio de ascendencia del sur de Asia y dos tercios del oeste de Eurasia, pero que pese a tener un origen común, aquellos que viven en la Península Ibérica muestran diferencias genéticas con respecto a los del resto de Europa.
En cuanto al mestizaje con poblaciones locales, el IBE señala que ha sido mayor en la Península Ibérica que en otras regiones del continente, pues los gitanos ibéricos poseen una menor proporción genética del sur de Asia y una mayor proporción genética del suroeste europeo.
La investigación ha revelado que, aunque dentro de la Península Ibérica los romaníes tienden a emparejarse con de su misma región, más que con otros grupos gitanos, el mestizaje en esta zona ha aumentado en los últimos siglos.
Por el contrario, aunque los gitanos del este y sur de Europa empezaron su mestizaje antes, tienen un menor nivel de mezcla en su genoma, situación que, según Comas, puede estar relacionada con «tradiciones culturales e imposiciones legislativas» que han influido directamente en los grupos gitanos de esa parte del continente.
Entre 10 y 15 millones de gitanos viven actualmente en Europa, de los cuales, cerca de un millón se encuentran en la península ibérica, donde reciben el nombre de ‘calés’.