Por : José Miguel Blanco, Laura Zornoza y Rodrigo Zuleta
Bruselas / Berlín / Madrid (EuroEFE).- El líder popular europeo Manfred Weber es una figura clave para entender los nuevos equilibrios de poder en Bruselas y el impás que ha mantenido en suspenso a la nueva Comisión Europea los últimos días: en sus manos están las llaves para avanzar con la mayoría proeuropea o formar alianzas con la extrema derecha.
El conservador alemán, que este miércoles llegó a un acuerdo con socialdemócratas y liberales para desbloquear la nueva Comisión Europea y otorgar a la española Teresa Ribera el cargo de vicepresidenta, es el presidente de la familia parlamentaria popular desde 2014, una labor que desde 2022 compagina también con presidir el propio Partido Popular Europeo (PPE) a escala comunitaria.
En contraposición a su predecesor, el polaco Donald Tusk, bajo Weber el PPE se ha abierto a cooperar con la extrema derecha para tratar de frenar legislación ambiental o endurecer políticas migratorias, algo que ha irritado a socialdemócratas y liberales, que forman junto a los populares la coalición que permitió obtener un segundo mandato a Ursula von der Leyen al frente de la Comisión.
Tensión con Von der Leyen
El Pacto Verde Europeo es precisamente uno de los legados de la primera Comisión Europea de Von der Leyen, su compatriota y compañera de partido. Ambos son, además, viejos rivales: en 2019, Weber tenía todo encaminado para convertirse en presidente de la Comisión Europea, tras haber conseguido el apoyo del PPE para convertirse en su cabeza de lista.
En su contra jugó que el sistema de cabezas de lista a nivel europeo no es vinculante y en última instancia corresponde decidir a los jefes de Estado y de Gobierno de la Unión Europea.
Pese a ir amadrinado por la entonces canciller germana, Angela Merkel, en los pasillos de Bruselas se topó con el veto del presidente francés, Emmanuel Macron, y del húngaro Viktor Orbán.
Finalmente, emergió un consenso en torno al nombre de Von der Leyen con el visto bueno de la propia Merkel, y Weber quedó en fuera de juego.
Ascenso de Weber a la cúpula del PPE
Tras tres años algo alejado de los focos de la política comunitaria, Weber logró en 2022 la presidencia del partido y con él una mano de hierro sobre los designios de la familia política europea más poderosa.
Además de las últimas elecciones europeas, en las que su grupo se consolidó como el mayoritario en el hemiciclo, casi una quincena de países europeos tienen ahora líderes del Partido Popular Europeo.
Eso permite que Weber pueda ahora mirar a su izquierda -pactando con sus aliados tradicionales de centro- pero también a su derecha, porque la aritmética parlamentaria le permite pactar con los ultraconservadores del ECR y con los dos grupos de extrema derecha.

Con esta controvertida alianza han salido adelante un número no desdeñable de votos en los primeros compases de la nueva legislatura: una resolución sobre Venezuela, una medida para debilitar la ley de deforestación de la UE o unas enmiendas sobre migración en un texto presupuestario, planteadas por el mismo partido de ultraderecha alemán, la AfD, a la que Weber dice no querer ver ni en pintura.
Von der Leyen, reelegida presidenta de la Comisión para cinco años más, dijo en campaña que trabajaría con todo aquel que fuese «proeuropeo, anti Putin y a favor del Estado de derecho«. Esta es la línea a la que se ha adherido el propio Weber, pero siempre tendrá la puerta abierta a dejar de lado al bloque más progresista si las negociaciones se complican.
El alemán, que en principio aspirará a ser reelegido como presidente del PPE en los primeros meses de 2025, también mira de reojo a lo que suceda en las elecciones alemanas en febrero, y en teoría quiere evitar la imagen negativa que supondría para esa campaña si se acerca demasiado a la extrema derecha en Bruselas.
La efímera maniobra contra Ribera
Su iniciativa en las últimas semanas para bloquear la candidatura de Teresa Ribera a la Comisión Europea se entiende como un acercamiento al PP español, la segunda delegación más fuerte del partido a nivel europeo tras los propios alemanes y a quien necesitará de su lado para la reelección, aunque finalmente los populares españoles se hayan quedado solos en su rechazo a la candidata española.
Fuentes del PPE no creen que ninguna candidatura alternativa a Weber dé un paso adelante hasta que queden pocas semanas para el congreso del partido, pero no descartan que surja algún perfil inesperado.
Nacido el 14 de julio de 1972 en Niederhatzkofen (Baviera), Weber ha hecho la mayor parte de su carrera en Europa, donde forma parte de la Eurocámara desde 2004 de forma ininterrumpida, después de dos años como diputado en el parlamento regional bávaro.
Su presencia es importante dentro de su partido, la Unión Socialcristiana (CSU). Forma parte de su cúpula desde 2015 como uno de sus vicepresidentes, y preside la comisión programática.
La CSU sólo se presenta a elecciones en Baviera y forma siempre un grupo parlamentario conjunto en el parlamento federal con la Unión Cristianodemócrata (CDU), a la que pertenece Von der Leyen.
Tradicionalmente, la CSU ha estado a la derecha de la CDU. Uno de sus líderes históricos, Franz Josef Strauss, decía que no podía haber ningún partido legitimado democráticamente en Alemania que estuviera a la derecha de la CSU.
Eso fue hasta que llegó la ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD), que ahora es segunda en intención de voto para las elecciones alemanas de febrero y que se creó como una reacción contra el giro al centro de la CDU en los años de Merkel, que coincidió con el despegue político de Weber.
En 2018, el nombre de Weber estuvo en las quinielas para presidir la CSU, pero declinó para tratar de convertirse en presidente de la Comisión Europea.
El mensaje de los socialdemócratas
Con Weber ha pasado mucho tiempo negociando en los últimos días la presidenta del grupo socialdemócrata en el Parlamento Europeo, Iratxe García, quien este jueves dijo que los populares europeos tendrán que demostrar «en el día a día» que «asumen la responsabilidad de avanzar con la mayoría proeuropea» tras el acuerdo firmado para desbloquear la legislatura.
«Con independencia de lo que ponga o no ponga en un papel, lo que tenemos que hacer es ser conscientes todos de la responsabilidad que tenemos», instó García en declaraciones a la prensa.
La española consideró que el texto firmado este miércoles, que recoge las líneas políticas sobre las que se comprometen a trabajar los tres partidos pero no excluye explícitamente que los populares puedan recurrir a su mayoría alternativa con la extrema derecha, «no arregla todo» pero «es una base de confianza mutua de empezar a trabajar».
Hemos logrado un acuerdo con los populares europeos y liberales para desbloquear la futura Comisión Europea, con Teresa Ribera como vicepresidenta primera.
— Socialistas Europarl (@Socialistas_PE) November 20, 2024
Actuamos con responsabilidad por la estabilidad de la UE, que el PP ha puesto en riesgo.
🗣️@IratxeGarper… pic.twitter.com/ZXhGqPzbqd
Sin los vetos cruzados, el Partido Popular Europeo dio su visto bueno a Ribera -con la oposición del PP español- y los socialdemócratas y los liberales votaron a favor de los candidatos que les resultaban problemáticos: el vicepresidente designado italiano, el ultraconservador Raffaelle Fitto, y el comisario designado para Sanidad y Salud Animal, el húngaro Olivér Várhelyi.
«Si el resultado final es un acuerdo, es que todos hemos sido conscientes de que teníamos esa responsabilidad. Las confianzas se pierden y se ganan. Es verdad que cuesta tiempo y lo que hemos dicho ayer es que queremos seguir trabajando unidos. Habrá que hacer un trabajo en ese sentido muy delicado del día a día», señaló.
García, cuyo grupo había planteado inicialmente la vicepresidencia de Fitto como una línea roja, reconoció que en sus filas hay delegaciones «más y menos de acuerdo» con el pacto (que no ha gustado a los ses y alemanes), pero afirmó que la prioridad era sacar adelante la nueva Comisión Europea.
«Por encima de las prioridades de la comodidad de un grupo están las prioridades de entender que Europa necesita avanzar«, señaló.
Por su parte, el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, agradeció este jueves la «altura de miras» del PPE al avalar a Ribera como vicepresidenta de la Comisión Europea, frente al intento de bloqueo de los conservadores españoles y su líder, Alberto Núñez Feijóo.
En declaraciones a la prensa, Sánchez se refirió al acuerdo para el desbloqueo del nombramiento de los de la Comisión, entre ellos el de Ribera.
Sánchez expresó su satisfacción por ese desbloqueo y se mostró convencido de que va a ser una «magnífica» vicepresidenta primera de la Comisión, tras haber sido una «extraordinaria» vicepresidenta tercera y ministra de Transición Ecológica, cargos que desempeña actualmente.
«Estoy convencido de que va a hacer que Europa y España avancen en todos los desafíos que tenemos por delante con justicia social», añadió, antes de atribuirle el papel de líder de la transformación energética y la transición ecológica en España.
Volvió a lamentar Sánchez que el Partido Popular español, que forma parte del PPE, haya intentado que no fuera nombrada para la Comisión.
Editado por Lucía Leal y Sandra Municio