Miriam Burgués |
Madrid (EFE).- Un escenario de inestabilidad política en Alemania por la dificultad para formar gobierno tras las elecciones del próximo domingo preocupa en Europa en un contexto de máxima tensión diplomática y comercial con Estados Unidos y con una guerra por solucionar en Ucrania.
«El destino de Alemania es el destino de la Unión Europea, esos destinos se entrecruzan», resume a EFE Vicente Palacio, director de Política Exterior de la Fundación Alternativas.
Y la cuestión, a su juicio, es ver si después de las elecciones del domingo «convergen» los intereses de ambas partes, si las políticas de Alemania «se alinean» con las de la UE, tocada por una crisis de competitividad que le está haciendo repensar su modelo económico, criticada sin pudor por el nuevo Gobierno estadounidense comandado por Donald Trump y apartada de las negociaciones entre Washington y Moscú sobre la guerra en Ucrania.

Miguel Otero, investigador principal del Real Instituto Elcano, recuerda por su parte a EFE que Alemania «vive un momento difícil» por la situación económica (para este año se prevé un crecimiento de apenas el 0,3 %), la creciente polarización, las injerencias en la campaña de Rusia y del magnate Elon Musk, y la amenaza estadounidense de aranceles, entre otros factores.
En este contexto, el país «anhela» un gobierno de Estado, una gran coalición «que proporcione estabilidad» y que Otero ve factible que se produzca a través de un acuerdo entre el candidato conservador y favorito en las encuestas, Friedrich Merz, y el actual canciller, el socialdemócrata Olaf Scholz.
Según Otero, en los debates televisados entre ambos no ha habido enfrentamientos muy duros e incluso su «lenguaje corporal» sugiere que están dispuestos a entenderse, fundamentalmente para dejar fuera a la ultraderecha, segunda en intención de voto en las encuestas.
Una Alemania «más proactiva»
«Merz quiere una Alemania más proactiva» en política exterior, comenta Otero, para quien el probable nuevo canciller siente que el país ha tenido una actitud «más reservada» durante el mandato de Scholz frente a Francia, el otro peso pesado de la UE e impulsor esta misma semana de una reunión de urgencia de líderes europeos en París para hablar de Ucrania.
La clave estará en si el nuevo canciller «tiene las mayorías para impulsar una agenda audaz que profundice la cooperación europea», apunta al respecto a EFE Guntram Wolff, investigador principal del Centro Bruegel, con sede en Bruselas.
Según Rafael Loss, experto del Consejo Europeo de Relaciones Exteriores (ECFR, en inglés), «hay un amplio consenso» entre los alemanes acerca de que la cooperación con los socios de la UE es necesaria, particularmente en seguridad por la guerra en Ucrania, aunque una ultraderecha «fuerte» tras las elecciones «dejará su huella en la política alemana».

«Alemania podría centrarse más en sí misma, podría tener menos tolerancia para los procesos de consulta en la UE, habitualmente largos, y en su lugar favorecer coaliciones con aquellos (países) dispuestos a avanzar en temas puntuales», argumenta Loss a EFE.
Lo que tiene claro Loss es que la celebración de estas elecciones, con independencia del resultado, permitirá a Berlín «restablecer sus desgastadas relaciones con vecinos como París y Varsovia».
Migración y cambio climático
A juicio del experto del ECFR, si Merz se impone es probable que sus propuestas sobre migración y política climática «produzcan fricciones» con la UE.
Loss sostiene que hay preocupación, por ejemplo, acerca de que los planes de Merz para controlar la inmigración ilegal entren en conflicto con las leyes europeas, mientras que Wolff cree que tendrán implicaciones para los países vecinos y «aumentará la presión para aplicar controles más estrictos en las fronteras externas de la UE».
En cuanto al clima, Wolff no espera que, en general, Merz vaya a oponerse a las políticas climáticas europeas y confía en que herramientas para reducir las emisiones, como el sistema ETS, sigan vigentes, pero ve posible que intente modificar las metas para la eliminación progresiva de los combustibles fósiles.
Otero señala, por su parte, que tanto Merz como la actual presidenta de la Comisión Europea, la alemana Ursula von der Leyen, son de la misma familia política y representan a «esa democracia cristiana que piensa que la agenda progresista ha ido demasiado lejos».