Vista de una cadena de montaje de una furgoneta en una fábrica de automóviles en Vitoria, España, en una imagen de archivo. EFE / L. Rico

Bruselas presenta este miércoles su plan para aliviar al sector del motor en la transición a las cero emisiones

Bruselas (EuroEFE).- La Comisión Europea presentará este miércoles su plan para aliviar a los fabricantes automovilísticos en la transición hacia las cero emisiones, después de que la presidenta del Ejecutivo, Ursula von der Leyen, adelantara el lunes que se retrasarán los objetivos de reducción de CO2 fijados para 2025.

«En vez del cumplimiento anual, las empresas tendrán tres años. Los objetivos son los mismos, deben cumplir los objetivos, pero supone un mayor respiro para la industria», dijo Von der Leyen para justificar la extensión de los requisitos hasta 2027.

La flexibilidad ofrecida a la automoción llega tras un mes de «diálogo estratégico» entre Bruselas y los fabricantes, que argumentan que la caída interanual de las ventas de vehículos eléctricos del 5,9 % en 2024 amenaza un negocio que genera el 7 % del PIB de la Unión Europea (UE).

La medida, que para hacerse efectiva tendrá que ser aceptada tanto por el Consejo de la UE como por la Eurocámara, permitirá que los constructores esquiven las multas a las que se enfrentan si a final de año no recortan las emisiones de dióxido de carbono (CO2) de sus flotas vendidas en 2025 en un 15 % respecto a 2021, penalización que el sector elevaba hasta 16.000 millones de euros.

Pese a la rebaja, siguen intactas por ahora las obligaciones de elevar ese recorte al 55 % en 2030 y al 100 % en 2035, fecha en la que ya no se podrán comercializar en el mercado único comunitario coches y furgonetas nuevos que emitan CO2.

La decisión emana tras un mes de «diálogo estratégico» entre Bruselas y los fabricantes, un ejercicio para buscar convergencias y soluciones que la Comisión también ha llevado a cabo con otros sectores en dificultades para cumplir con el Pacto Verde Europeo, como la agricultura y el acero.

Bruselas mueve ficha

La Comisión Europea mueve ficha una semana después de que el grupo alemán Volkswagen consumara el cierre de su fábrica de Audi en Bruselas, que se convierte en la primera planta del fabricante cancelada en Europa y conlleva la supresión de 3.000 empleos industriales.

Los mercados aplaudieron el anuncio, con subidas inmediatas en Bolsa cercanas al 5 % para Volkswagen y al 4 % para Renault que se fueron apagando hacia el cierre de la sesión y que se evaporaron definitivamente el martes, en vísperas de que se conozcan todos los detalles del plan para la automoción que presentará el comisario de Transportes, Apostolos Tzitzikostas.

Volkswagen cierra fábrica Audi en Bruselas. En la imagen, Detalle del logo de Volkswagen en un vehículo en una imagen de archivo. EFE/EPA/GREGOR FISCHER
Detalle del logo de Volkswagen en un vehículo en una imagen de archivo. EFE/EPA/GREGOR FISCHER

Se espera que el comisario griego ofrezca detalles sobre otros puntos del plan esbozados por Von der Leyen, como permitir ayudas directas a los productores europeos de baterías y la «introducción gradual» de requisitos europeos para los componentes, además de impulsar una alianza empresarial para la producción de chips para vehículos autónomos.

Los constructores celebraron la rebaja, aunque con cautela y sólo como alivio de urgencia para una industria que pide más ajustes para no perder competitividad respecto a China y Estados Unidos.

El máximo responsable de Mercedes-Benz y actual presidente de la Asociación Europea de Fabricantes de Automóviles (ACEA), Ola Källenius, consideró positivo pero no suficiente el alivio propuesto.

«Apreciamos el enfoque en la aceleración del despliegue de la conducción autónoma y las medidas de alivio de CO2 propuestas para 2025 para automóviles de pasajeros y furgonetas. Pero permítanme ser claro sobre nuestra principal preocupación: ¿cómo trazamos el camino hacia 2035 con la flexibilidad y el pragmatismo necesarios para que esta transición funcione?», dijo Källenius en un comunicado.

También los fabricantes de componentes automovilísticos apuntaron a que se están dando pasos «en la dirección correcta», según indicó el secretario general de la patronal europea del sector, Clepa, Benjamin Krieger.

«El diálogo estratégico ha generado expectativas sobre un apoyo significativo a una industria que enfrenta un difícil equilibrio entre grandes inversiones, una demanda débil y una regulación restrictiva», agregó Krieger, quien reclamó una transición «tanto ambiciosa como alcanzable de manera realista».

Sin embargo, la plataforma ecologista Transport & Environment consideró que la decisión retrasará la producción de vehículos eléctricos, pues los fabricantes tendrán ahora «menos presión para ofrecer modelos más asequibles», indicó esa ONG en un comunicado.


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