Plasencia (Cáceres), 18 mar (EFE).- El Gobierno extremeño no reparará la balsa de riego de Jarandilla de la Vera, cuya estructura cedió este lunes y provocó una avenida de agua que causó daños materiales, sino que construirá una nueva en otro emplazamiento, un periodo de tiempo que preocupa a los agricultores que dependen de esta infraestructura.
La actual se construyó en 1994 sobre una zona de dominio público hidráulico, en concreto sobre un arroyo que fue soterrado mediante una bóveda que lo encauza, algo «impensable» hoy día, ha afirmado el consejero de Presidencia, Abel Bautista, en rueda de prensa al término de la reunión del Consejo de Gobierno.
Un socavón en el fondo de la charca provocó la entrada de una masa de agua en parte de la población, con calles inundadas, la carretera EX-119 cortada, una treinta de vehículos arrastrados y un matrimonio aislado en su vivienda.
La balsa, que abastece de riego a unas 360 hectáreas de tabaco y pimentón, principalmente, fue revisada en 2022 por técnicos de la Confederación Hidrográfica del Tajo (CHT) y diez años antes se acometieron obras de parcheado en su estructura.
Seguridad y titularidad
En consecuencia, la istración autonómica va a iniciar los trámites para buscar el emplazamiento oportuno para una nueva, redactar el correspondiente proyecto y gestionar los trámites que correspondan.
Bautista ha aclarado que aunque la titularidad de la balsa es de la Junta de Extremadura, la explotación está a cargo de la comunidad de regantes, algo a tener en cuenta porque «en caso de cesión de explotación, las obligaciones del propietario corresponden también al titular de la concesión».
Ha precisado también que las competencias en materia de seguridad corresponden a la istración General del Estado a través de la CHT, al tratarse en este caso de una balsa construida sobre el dominio público hidráulico.
En consecuencia, ha explicado, corresponde a la Confederación la inspección permanente del cauce aguas arriba, aguas abajo y también sobre las agua que discurren bajo la propia charca, «algo que cobra relevancia a la hora de determinar la responsabilidad y la causa de la rotura de la balsa».
Dos hipótesis
Sobre este último, ha informado de que aún no puede determinarse un motivo concreto, aunque se barajan dos hipótesis, el colapso de la estructura de la balsa motivado por el peso del agua, y que se haya producido un taponamiento en el encauzamiento del arroyo.
En cuanto a la afectación de la esta avenida de agua 0a la carretera EX-119, ha informado de que se mantiene cerrado al tráfico un carril y de que se ha encargado un informe de daños y posibles soluciones de reparación a la concesionaria del mantenimiento de la vía.
Agricultores
En opinión del presidente de la Comunidad de Regantes Jaranda y Jarandilleja, Bienvenido Cañadas, la rotura de la balsa de riego deja en una «situación comprometida» a unas 140 familias de agricultores cuyas explotaciones dependen del agua de esta infraestructura.
La balsa, de 310.000 metros cúbicos de capacidad y de uso agrario, abastecía a unas 360 hectáreas de cultivo, sobre todo tabaco, pimentón, cerezo e higueras, así como huertos familiares.
«En total unas 360 hectáreas se riegan en julio y agosto prácticamente desde esta balsa, ya que el aporte de las gargantas es mínimo, por lo que ahora tenemos que ver cómo podemos afrontar la catástrofe que nos viene este verano y los problemas que vamos a tener dentro de la comunidad de regantes, al no tener la capacidad de agua», ha apuntado en declaraciones a los periodistas.
«Creemos que este año va a ser malo y así se lo estoy diciendo a los agricultores; malo porque no habrá agua», ha dicho.