José Carlos Rodríguez
Santiago de Compostela, (EFE).- El director de cine gallego Lois Patiño estrena en el Festival de Rotterdam su cuarto largometraje, ‘Ariel’, un «híbrido» que adapta ‘La tempestad’ de Shakespeare y con el que explora conceptos como la libertad o el destino, adentrándose «poco a poco» en el terreno de la ficción.
‘Ariel’ es mi película más narrativa, mi proceso natural hacia la ficción. Responde a un interés mío personal en ir entrando poco a poco y de creer en el poder revelador de la ficción», asegura el cineasta en una entrevista con Efe.
Sin embargo, Patiño (Vigo, 1983), baluarte del cine experimental y transgresor y uno de los referentes del Novo Cinema Galego, puntualiza rápidamente que «no se lo termina de creer del todo».
Su trabajo, que tiene como motor la «búsqueda de nuevos lenguajes cinematográficos», le ha llevado, por el momento, hacia películas más documentales, con un marcado cariz antropológico.
El paisaje y la relación del mismo con las personas que lo habitan, el tiempo suspendido, la espiritualidad, el mito o la muerte son algunos de los temas que Patiño ha tratado en películas como ‘Costa da morte’, ‘Lúa vermella’ o la más reciente, ‘Samsara’, que obtuvo el premio especial del Jurado en la sección Encounters, dedicada a las nuevas voces del cine, en el Festival de Berlín.
«Yo partía de algo más contemplativo, pero en ‘Ariel’ se establece un diálogo con el teatro y, aunque hay una presencia del paisaje y de los elementos naturales y una experiencia sensorial por momentos, también hay una construcción de ficción mayor», declara Patiño.
Shakespeare en las Azores
La película lleva el universo de Shakespeare a las Azores contemporáneas, en concreto a la isla de Faial, donde transcurre la trama.
Fragmentos de ‘Hamlet’, ‘Macbeth’ u ‘Otelo’, pero sobre todo, de ‘La tempestad’ componen una obra en la que Patiño juega con personajes que se descubren a sí mismos, que toman conciencia de su existencia como personajes.
«Hay un juego entre realidad y ficción. Son seres atrapados en esta isla donde el tiempo no fluye de la misma manera, en la que son prisioneros de la obra de teatro que Shakespeare a escrito para ellos», explica el director.
En esa descontextualización emergen nuevos significados de las frases del dramaturgo inglés, generando «un extrañamiento» marcado por el «humor» y que entronca con el «teatro del absurdo» de Samuel Becket o la cuestión central de la obra de Pirandello ‘Seis personajes en busca de autor’.
Esa «extrañeza» le sirve a Patiño, según cuenta, para abordar «cuestiones existenciales» que se pueden extrapolar a la experiencia humana, como es el concepto de «libertad» y dentro de ella «la elección, el libre albedrío o el miedo a la libertad».
Además, el director ve un «paralelismo» entre estos personajes y los «fantasmas», seres espectrales que habitan entre la vida y la muerte, que están «atrapados en un lugar atemporal, donde el tiempo está suspendido».
«Los personajes tienen su destino escrito por Shakespeare y buscan rebelarse. Hay un paralelismo que podemos establecer con nosotros y nuestro margen de libertad, que varía en función de la cultura y el contexto económico de cada uno. Pero el margen de libertad también depende de nuestro miedo y de nuestra valentía», explica.
Autor «plenamente vigente»
Patiño asegura que Shakespeare es un autor «plenamente vigente», debido a que consigue dotar «de una enorme profundidad» las emociones humanas y de trasladarlo a palabras con un «enorme poder evocador».
El proyecto, que en un principio iba a realizarse a dos manos, con Matías Piñeiro junto a Patiño, surgió hace siete años y la pandemia, los «marcados plazos» y la incopatibilidad de agendas hicieron imposible que Piñeiro continuara, por lo que Patiño tuvo que continuar con la película en solitario.
Aunque la película cuenta con actores no profesionales, incluye en su elenco como protagonistas a Irene Escolar y Agustina Muñoz, además de a intérpretes de la antigua compañía Voadora (Marta Pazos, Hugo Torres y José Díaz, que hacen de sí mismos).
Estreno mundial en Rotterdam
Patiño estrenó mundialmente ‘Ariel’ en la sección Harbour del Festival de Cine de Rotterdam el pasado sábado y espera que la película «llegue a un público mayor» que sus otros largometrajes, ya que tiene «un mayor potencial» al ser «más narrativa».
No obstante, insiste en que su vocación está sobre todo en «proponer experiencias audiovisuales diferentes» y en «la búsqueda artística».
El gallego trabaja actualmente en una exposición individual que presentará en el Centro de Cultura Contemporánea de Barcelona y prepara además un largometraje con la productora Elástica, de María Zamora, en coproducción con Matrioska, que se rodará en Filipinas.
También está editando un cortometraje que gira en torno al ecosistema de las playas de Zanzíbar, donde también rodó ‘Samsara’. EFE