Logroño (EFE).- Enfermería de Atención Primaria iniciará, el próximo mes de junio, un programa de fragilidad mediante sensores, con el fin de detectar el riesgo de caídas en las personas mayores y anticipar un plan terapéutico.
La consejera de Salud, María Martín, ha participado este lunes, en el que se conmemora el Día Internacional de la Enfermería, en la presentación de este plan, enmarcada en la Estrategia de Atención al Paciente Mayor Complejo de La Rioja, cuyo objetivo es fomentar la autonomía, el autocuidado y la atención al cuidador.

«Este programa nos permite adelantarnos preventivamente y poner en marcha las acciones y protocolos necesarios para evitar el progreso rápido hacia fases de fragilidad, que llevan a las personas mayores a ser seres muy vulnerables y, en la mayor parte de los casos, dependientes”, ha indicado la consejera.
Sensores conectados
En este acto también ha participado la directora de Enfermería de Atención Primaria, Victoria Musitu, quien ha explicado que, ante una sospecha de fragilidad, el profesional de enfermería o el médico podrán conocer el riesgo a través de unos sensores que se colocan al paciente a modo de cinturón conectados a una tableta, a la que se volcarán los datos y, de ahí a la historia clínica.
Esos sensores recogen diferentes movimientos del paciente, por ejemplo, en marcha y cuando se incorpora de una silla; y se genera un informe de riesgo de fragilidad y caídas.
Ha añadido que si en el informe se confirma este riesgo, se inician las acciones necesarias para evitar el progreso rápido hacia fases de fragilidad; y si es elevado, se podrá derivar al paciente al fisioterapeuta para establecer terapias en individuales o grupales.