Imagen de los tres acusados del asesinato de un hombre por una deuda de drogas. EFE/Raquel Manzanares

La víctima del crimen de Viniegra «murió con mucho dolor», tras 23 heridas por golpes

Logroño (EFE).- El hombre que apareció asesinado en una sima de Viniegra de Arriba (La Rioja) en 2022 «murió sufriendo, con mucho dolor», debido a las 23 heridas y golpes que tenía en la cabeza, propinados por dos personas, tras los que le «remataron» con un tiro en la nuca, ha asegurado este miércoles el forense que hizo su autopsia.

Este médico ha declarado en la quinta jornada del juicio con jurado que se celebra en la Audiencia de La Rioja por la muerte violenta de un hombre el 9 de agosto de 2022 y por la que el fiscal pide 25 años y medio de prisión para un hombre y una mujer como presuntos autores de los delitos de asesinato y tenencia ilícita de armas; y 26 años para el tercer acusado, por los mismos delitos más otro contra la seguridad vial.

La acusación particular, ejercida por el hijo de la víctima, se ha sumado a las penas de las fiscalía; mientras que los abogados de los tres acusados han pedido la libre absolución de sus defendidos, ya que el letrado de la mujer sostiene que ella no participó en los hechos.

Dos de los acusados durante la primera sesión del juicio con jurado en la Audiencia de La Rioja. EFE/Raquel Manzanares

Muerte por disparo

En la vista oral, el forense ha explicado que las heridas en la cabeza, causadas algunas con un objeto y otras por golpes, tenían «signos vitales», como sangre e inflamación, por lo que cree que la causa de la muerte fue el disparo, realizado a más de un metro de distancia.

Ha puntualizado que también le pudieron dar primero el tiro y luego golpearle para asegurarse de su muerte, «pero no es lógico, teniendo un arma con la que disparar una segunda vez».

Cuando se realizó el levantamiento del cadáver, el 11 de agosto, consideró «evidente» que se trataba de una muerte homicida porque la víctima tenía dos bolsas atadas con bridas a la cabeza, de modo que, en un primer momento, creyó que el fallecimiento fue causado por asfixia.

Sin embargo, al realizar la autopsia, encontraron un proyectil alojado en el cráneo, con orificio de entrada en la zona occipital, pero sin salida.

Bolsas para no manchar

Como había un testigo del momento en el que lo arrojaron horas antes a la sima, de unos 50 metros de profundidad, ha indicado que la muerte no se produjo en ese lugar, ya que, por el estado de putrefacción del cadáver, llevaría fallecido entre 48 y 72 horas.

Ha explicado que los presuntos autores del crimen pudieron ponerle las bolsas para evitar que se manchase el vehículo en el que lo trasladaron.

En las uñas de este hombre no encontraron restos orgánicos de otras personas, ni había lesiones para protegerse, por lo que el forense sostiene que «no pudo defenderse».