Logroño, (EFE).- La aplicación de la inteligencia artificial (IA) en los procesos industriales es ya una ventaja competitiva para las empresas que la implementan, por lo que no hay que tener miedo a su uso, ha explicado a EFE la directora del área de Cultura y Creatividad del Instituto Europeo de Tecnología, Áurea Rodríguez.
Esta experta en innovación y tecnología ha disertado sobre ‘Antes muerta que sin IA’ en un foro económico organizado por el diario La Rioja en Logroño.
La presencia de la IA en la vida cotidiana «avanza a pasos agigantados», ha defendido, aunque «hay empresas que la implementan en sus procesos desde hace cuatro décadas».
«La novedad está en la IA generativa, que habla nuestro lenguaje» y «eso nos permite automatizar procesos con nuestra voz, sin programar con un código», ha subrayado.
Ha indicado que muchos avances que se ven en la actualidad se esperaban para 2030, pero, con la pandemia de la covid, se produjo un avance importante, y, además, «se ha hecho una gran inversión porque hay una carrera por ver cuál es el modelo de referencia».
También ha reconocido que hay «cierto miedo» en la sociedad a la velocidad con la que avanza la IA y, «frente a eso, el arma es la educación, hay que formar a todo el mundo».
Cree que tampoco hay que estresarse con la IA porque está implementada desde hace mucho tiempo, lo que cambia ahora es la manera en la que las personas se relacionan con ella o las aplicaciones que se le da.
«Ahora mismo, si no usamos la IA estamos muertos», ha recalcado durante su intervención en el foro, y ha incidido en que China lleva dos décadas de adelanto en este campo.
España, de forma específica, «no está al día» en esta carrera por la IA y la innovación, ha considerado Rodríguez, para quien la Unión Europea se ha planteado una gran inversión en computación para las empresas porque «esta guerra va del control de los datos».
La próxima revolución será la aplicación de la IA a la robótica y a la tecnología del medio ambiente, ha asegurado.
«Todos los sectores y empresas vamos a acabar en esto y ahora el problema que se plantea no es la tecnología en sí, sino el talento para trabajar con ella, para entrenarla y darle nuevas capacidades», ha dicho.
Por ello, ha abogado por «un aprendizaje continuo» y por el fomento de «la creatividad, el pensamiento crítico y la enseñanza para resolver problemas complejos, que es lo que no entiende la IA».