Imagen de archivo del primer ministro francés, Michel Barnier. EFE/EPA/Dimitar Dilkoff / POOL

La izquierda y extrema derecha en Francia presentan sus mociones de censura contra Barnier

París (EFE).- La izquierda sa y la extrema derecha de Marine Le Pen presentaron este lunes, tal y como habían anunciado por la tarde, sendas mociones de censura contra el Gobierno del primer ministro, Michel Barnier.

El propio líder conservador abrió la puerta a su caída al recurrir a un mecanismo constitucional (el artículo 49.3) para aprobar los presupuestos de la Seguridad Social de 2025 saltándose el voto del Parlamento, dada su falta de apoyos políticos.

«La Izquierda presenta hoy esta moción de censura con gravedad y responsabilidad, porque nunca ha estado del lado de la inestabilidad y el caos. Pero la ausencia de diálogo, el desprecio a las propuestas presentadas y a la labor parlamentaria hacen necesaria la censura», señalaron en un comunicado los diputados coalición del Nuevo Frente Popular (NFP).

La medida interpuesta por ese grupo de izquierdas -que integra a los socialistas, insumisos, comunistas y ecologistas- es la que tiene más opciones de prosperar, ya que la líder de la extrema derecha, Marine Le Pen, afirmó inmediatamente que sus legisladores se sumarían para derrocar al actual Ejecutivo.

También su partido, Agrupación Nacional (RN, por sus siglas en francés), interpuso ya su propia moción de censura, si bien esta tiene menos visos de triunfar ya que la izquierda evita sistemáticamente unir sus votos a las iniciativas de Le Pen.

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El líder de la ultraderecha sa, Jordan Bardella, indicando el sentido del voto en un debate en Bruselas, el pasado noviembre. EFE/EPA/Olivier Hoslet

Mayoría absoluta

En cualquier caso sería la suma de los diputados de la izquierda, que es la primera fuerza en número de diputados, y los de la RN (que es el tercer mayor grupo en la Asamblea) la que permitiría alcanzar la mayoría absoluta necesaria para aprobar la moción de censura.

Desde el flanco conservador y el centro macronista, que eran las fuerzas que sostenían en minoría parlamentaria al Gobierno actual, se advirtió de que la caída del Ejecutivo de Barnier -quien llegó al poder el 5 de septiembre tras un verano de completo bloqueo político- sumiría a Francia en el caos y la dejaría en terreno «desconocido».

El presidente francés, Emmanuel Macron, que se encuentra en viaje de Estado en Arabia Saudí, por el momento no se ha pronunciado, si bien fuentes del Elíseo indicaron al canal BFM que el mandatario desea la «estabilidad», si bien ite que el futuro de Barnier está en manos de la Asamblea.

La votación de las mociones de censura se realizará previsiblemente el miércoles por la tarde, aunque también podría tener lugar el jueves por la mañana, en función de lo que acuerden las fuerzas parlamentarias.

La de la izquierda, al haber sido presentada antes, se debatiría en primer lugar.

Reuniones

En medio de la cuenta atrás para tratar de salvar al Gobierno francés, amenazado por una moción de censura por la izquierda y la extrema derecha, se multiplican las reuniones de última hora, tanto en el seno del Ejecutivo como de los diferentes partidos.

El primer ministro, Michel Barnier, mantuvo un encuentro con sus titulares de Economía, Antoine Armand, y Hacienda, Laurent Saint-Martin, después de que el presidente de la ultraderechista Agrupación Nacional (RN), Jordan Bardella, anunciara esta mañana que votarán a favor de la moción de censura.

También tiene previsto reunirse con los portavoces parlamentarios de los grupos que le sustentan en la Asamblea Nacional, macronistas, centristas y conservadores tradicionales, que juntos forman el grupo más numeroso, pero lejos de la mayoría absoluta.

El Ejecutivo, que carece de mayoría parlamentaria, debe presentar este lunes las cuentas de la Seguridad Social y, si como parece, no recibe el apoyo de la Asamblea, se expone a una moción de censura.

Contra el proyecto de presupuestos

El líder ultranacionalista ha advertido de que en el momento actual, su formación se inclina por tumbar al Ejecutivo, al que acusa de «despreciar al partido más votado del país».

«No podemos apoyar estas cuentas porque van en contra de las pequeñas empresas y de las clases medias», dijo el presidente del RN en una declaración a los medios en la que culpó al presidente, Emmanuel Macron, de la situación de «incertidumbre» que vive el país, tanto a nivel político como financiero.

Pero Bardella señaló que la solución no pasa por una dimisión de Macron sino por «tener en cuenta el resultado de las últimas legislativas» en las que su partido fue el más votado, con once millones de votos, pero tercero en número de parlamentarios, tras la coalición de izquierdas y los macronistas.

Las declaraciones del presidente del partido ultraderechista Agrupación Nacional (RN) se producen tras un fin de semana de negociaciones para tratar de salvar al Gobierno, que depende de sus 140 votos en la cámara baja.

Si Barnier adopta el presupuesto de la Seguridad Social sin voto parlamentario, la izquierda presentará una moción de censura y, si suma los votos de la ultraderecha, el Ejecutivo caerá.

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Michel Barnier (i) en una sesión de la Asamblea Nacional, el pasado noviembre. EFE/EPA/Teresa Suarez

Las cuentas de Barnier

El reloj corre hasta las 15.00 horas (13.00 GMT), cuando está previsto que llegue al pleno el proyecto de ley de finanzas de la Seguridad Social, el primer texto presupuestario que genera la controversia.

A esa hora, Barnier tiene ante si dos opciones: presentar el texto a votación, para lo que no tiene asegurada la mayoría, o aprobarlo sin voto parlamentario, lo que le expone a una moción de censura, que sería debatida el próximo miércoles y que, tanto la izquierda como la extrema derecha, han dicho que apoyarán.

El Ejecutivo viene alertando desde hace días del peligro que supondría una moción de censura o no adoptar el presupuesto.

Según Barnier, una «tormenta» se abatiría sobre la economía sa, que podría ver una subida de los intereses de su deuda.

El primer ministro había diseñado unas cuentas que incluían recortes por valor de 40.000 millones, a los que se sumarían 20.000 millones suplementarios de recaudación, sobre todo con una subida de impuestos a los más ricos y a las principales empresas.

Con ello, espera situar el déficit en el 5 % el año próximo para integrar las exigencias comunitarias, del 3 %, en 2029, una trayectoria validada por Bruselas.

El jefe del Gobierno puede también retirar el texto y adoptar sus medidas en diferentes decretos, pero eso no le garantiza la continuidad.