Brasilia (EFE).- El senador Davi Alcolumbre y el diputado Hugo Motta, respaldados tanto por los partidos que apoyan al presidente Luiz Inácio Lula da Silva como por los alineados con el ultraderechista Jair Bolsonaro, fueron elegidos este sábado como presidentes del Senado y Cámara Baja de Brasil, para los dos próximos años.
Ambos asumieron sus cargos este mismo sábado, por lo que serán claves en el trámite de las iniciativas que el Gobierno de Lula presente a consideración del Congreso en los dos últimos años de mandato del líder progresista.
Pese a que tanto Alcolumbre como Motta se comprometieron a apoyar los proyectos impulsados por el Ejecutivo, también dijeron que respaldarán algunas de las iniciativas de la oposición bolsonarista e incluso le ofrecieron las primeras vicepresidencias en ambas cámaras a importantes aliados del líder ultraderechista.
Los nuevos presidentes del Congreso bicameral de Brasil pertenecen a partidos del llamado ‘centrao’, un grupo de filiaciones centroderechistas que es mayoritario en el Parlamento y el fiel de la balanza, ya que puede inclinarse a derecha o a izquierda según lo que les interese.
Se trata de partidos que apoyaron al Gobierno de Bolsonaro (2019-2022) y que ahora le garantizan la mayoría en el Congreso al de Lula.
Los dos vencedores recibieron llamadas telefónicas tanto del líder progresista como del dirigente ultraderechista, que han radicalizado las últimas elecciones en Brasil, cuando aún estaban en el plenario festejando sus victorias en las votaciones realizadas este sábado, en el primer día de sesiones tras un mes de receso legislativo.
Camino a la presidencia del Congreso de Brasil
El senador Davi Alcolumbre, cuya candidatura respaldaron tanto los partidos que apoyan al presidente Luiz Inácio Lula da Silva como los cercanos al ultraderechista Jair Bolsonaro, fue elegido este sábado como presidente del Senado de Brasil para los dos próximos años.

Alcolumbre, que también asumió la presidencia del Congreso bicameral de Brasil a partir de este mismo sábado, se comprometió en su campaña a apoyar las iniciativas de interés del Gobierno en los dos últimos años de gestión de Lula, pero también algunas de interés de la oposición bolsonarista.
El senador por el pequeño y poco poblado estado de Amapá, en la Amazonía brasileña, y miembro del partido centrista Uniao Brasil, consiguió reunir el respaldo de nueve formaciones de diferentes ideologías, incluyendo las de izquierda que apoyan a Lula y las opositoras de derecha lideradas por Bolsonaro.
Alcolumbre, que ya presidió el Senado en el período entre 2019 y 2020, en los dos primeros años de Gobierno de Bolsonaro, a cuya gestión apoyó decisivamente, obtuvo 73 votos de entre los 81 senadores brasileños en una votación realizada este sábado, cuando el Congreso reinició actividades tras un mes de receso parlamentario.
La votación
El nuevo presidente del Senado se impuso por amplia ventaja a los senadores Eduardo Girão y Marcos Pontes, de los derechistas partidos Novo y Partido Liberal, que disputaron la elección sin el apoyo de sus formaciones. Girão y Pontes obtuvieron cuatro votos cada uno.

Otros dos senadores que también se habían postulado al cargo, Soraya Thronicke y Marcos do Val, ambos integrantes de la formación derechista Podemos, retiraron su candidatura poco antes de la votación tras constatar que Alcolumbre contaba con el apoyo de casi todos sus pares.
El nuevo presidente del Senado también contaba con el apoyo incondicional del saliente, Rodrigo Pacheco, que comandó el Congreso entre 2021 y 2024, ha sido aliado de Lula en el Parlamento y un decisivo defensor de la democracia tras el intento de golpe de Estado del 8 de enero de 2023.
Alcolumbre no solo es uno de los políticos más influyentes del Congreso sino también, a sus 47 años, uno de los más jóvenes en el comando del Legislativo.
Además de mantener la influencia en el Senado en los últimos cuatro años gracias a que Pachecho era su sucesor y ahijado político, Alcolumbre articuló personalmente la inclusión de dos de Uniao Brasil en el gabinete de Lula.
El nuevo presidente de la Cámara Baja
Motta, del derechista partido Republicanos y representante por el también pequeño estado de Paraíba, se convirtió, a sus 35 años, en el legislador más joven en asumir la presidencia de la Cámara de Diputados, cargo estratégico que le da el poder de aceptar o rechazar peticiones de juicio político contra el jefe de Estado.
El nuevo presidente de la Cámara Baja consiguió el apoyo de 18 partidos, lo que le garantizó 444 votos de los 513 diputados del país.
El diputado Marcel Van Hattem, del derechista partido Novo, obtuvo 31 votos, y el pastor Henrique Vieira, del izquierdista Partido Socialismo y Libertad (PSOL), 22.
El nuevo presidente de la Cámara igualmente contó con el apoyo incondicional del saliente Arthur Lira, cuya vinculación a fuerzas de centro derecha no le impidió ser importante en la aprobación de las iniciativas del Legislativo en los dos primeros años de gestión de Lula.
Pese a su cercanía a Lira, Motta también cuenta entre sus padrinos políticos con legisladores que se han caracterizado por su férrea oposición a Lula, como el presidente del Partido Progresistas (PP), Ciro Nogueira, y el exdiputado Eduardo Cunha, que presidió la Cámara Baja entre 2015 y 2016 y fue responsable por impulsar el juicio político que concluyó con la destitución de Dilma Rousseff.
La relación entre el Congreso y el presidente de Brasil
Durante su anterior mandato el Congreso amplió su poder sobre el presupuesto del Gobierno mediante la creación de enmiendas que dan a cada parlamentario derecho a destinar recursos a sus bastiones electorales, práctica que se limitó en los últimos meses por la Corte Suprema.

En su campaña, por lo mismo, se comprometió a defender la independencia del Legislativo frente al Ejecutivo y a recuperar el amplio poder que tenía el Congreso sobre el presupuesto.
Pese a que ha dejado claro que defenderá las iniciativas de interés del Gobierno de Lula y las incluirá rápidamente en la pauta de votaciones, Alcolumbre también se comprometió con proyectos defendidos por la oposición derechista, incluso con la instalación de una comisión para estudiar una posible amnistía a los bolsonaristas condenados por el intento de golpe en 2023.
Para garantizar el respaldo de la derecha también se comprometió a ofrecerle la presidencia de importantes comisiones a de la oposición, lo que permitirá que el senador Flávio Bolsonaro, hijo del expresidente, asuma el comando de la Comisión de Seguridad Nacional.
La formación de Bolsonaro, el Partido Liberal, también tendrá derecho a la primera vicepresidencia del Senado, lo que aumenta significativamente el poder de la oposición en la mesa directiva del Congreso.