Puerto Príncipe (EFE).- Un nuevo ataque de la coalición de bandas Vivre Ensemble (Vivir Juntos) causó en las últimas horas varios muertos en Delmas 30, en el área metropolitana de Puerto Príncipe, la capital de Haití, mientras numerosas personas abandonan el barrio huyendo de la violencia.
La población deja masivamente esa área para ir hacia campamentos de desplazados u otras zonas que aún no están bajo control directo de las bandas armadas, en medio de casas incendiadas y los intensos tiroteos que se registran desde la pasada madrugada.
En las imágenes que circulan por las redes sociales puede verse cómo por la autopista de Delmas algunas personas transportan muertos en carretillas, mientras que otras escapan con sus pertenencias a la cabeza y niños de la mano.
Con este ataque, en el que algunas personas fueron asesinadas dentro de sus propias casas, las bandas que forman parte de Vivre Ensemble, dirigida por el expolicía Jimmy Chérizier alias ‘Barbecue’, marcan el territorio conquistado, lo que constituye una amenaza para las zonas limítrofes, cuyos vecinos también empiezan a huir.

Situación crítica de seguridad
Las bandas siguen apoderándose de territorios, a pesar de la presencia desde junio de 2024 de la Misión Multinacional de Apoyo a la Seguridad (MSS) en Haití, sin que la situación de seguridad apenas haya mejorado.
Ante la inseguridad y la violencia reinante en la parte baja de la ciudad de Puerto Príncipe, la embajada de Francia en Haití permanece cerrada al público.
Todo ello se produce después de que el domingo pasado muriera un oficial keniano durante una operación contra las bandas llevada a cabo por la MSS y la Policía Nacional de Haití (PNH) en la base de Gran Griff, en el departamento de Artibonite (oeste del país).
Los operativos contra las bandas continúan y la Policía Nacional informó de que abatió a cinco pandilleros y decomisó tres armas en la comuna de Leogane, en el sur de Puerto Príncipe, durante una operación llevada a cabo el lunes por las unidades de élite SWAT y la Unidad Temporal Antibandas (UTAG).
La seguridad condiciona las elecciones y la transición
Al cumplir sus 100 primeros días al frente del Gobierno, el primer ministro haitiano, Alix Didier Fils-Aimé, subrayó en un discurso que «la seguridad es la condición para el éxito de la transición. Sin seguridad no habrá recuperación económica. No habrá referéndum sin seguridad. No habrá elecciones sin seguridad».
«Nos comprometemos firmemente a permitir que la Policía, las Fuerzas Armadas, la MSS y la justicia pongan a las bandas en su verdadero lugar. Estamos en guerra contra las bandas. Esta guerra requiere de muchos recursos», dijo.
«Nuestro compromiso con el restablecimiento de la seguridad se caracteriza por una inversión masiva en equipos para la PNH y una mejor atención a los policías y empleados civiles» de ese cuerpo, agregó.

La seguridad y la situación humanitaria, el referéndum constitucional, la celebración de comicios, la recuperación económica, la justicia y el Estado de derecho constituyen los cinco grandes proyectos del Gobierno, según el primer ministro, quien insistió en que «las elecciones constituyen el objetivo final de la transición, mientras que la seguridad es la condición».
En 2024, según datos verificados por la ONU, al menos 5.626 personas murieron en Haití como consecuencia de las acciones de bandas criminales (un millar más que el año anterior), 2.213 resultaron heridas y secuestraron a 1.494.
La comunidad humanitaria, «profundamente» alarmada por aumento de la violencia
La comunidad humanitaria que trabaja en Haití expresó su preocupación por el aumento reciente de la violencia en el país, en particular por la multiplicación de masacres y ataques armados de pandillas.
«Estamos profundamente alarmados y consternados por la inaceptable e inhumana intensidad de la violencia que se abate sobre Haití», declararon las instituciones humanitarias nacionales e internacionales en un comunicado conjunto al que EFE tuvo este martes.
Esta ola de violencia extrema ha provocado desde finales de enero numerosas muertes y el desplazamiento de más de 6.000 personas, 2.000 de ellas en los municipios de Delmas, Puerto Príncipe y Pétion-ville, así como más de 4.100 en Kenscoff, en las alturas de la capital, apuntaron las organizaciones.
«Familias enteras fueron brutalmente aniquiladas en sus hogares, mientras que otras, incluidos niños y bebés, fueron asesinadas cuando intentaban escapar», se lamentaron.
Este episodio se produce tras la masacre de Wharf Jérémie el pasado diciembre, en la que fueron ejecutadas varias decenas de personas, en su mayoría ancianos.
«Condenamos con la mayor firmeza cualquier ataque contra la población civil y las infraestructuras, como el que tuvo como objetivo el hospital de la Universidad Estatal de Haití el 13 de febrero», consideró la coordinadora de las instituciones humanitarias en el país, Ulrika Richardson.
La responsable añadió que «estos actos violan los derechos humanos y privan a los más vulnerables de servicios vitales esenciales».
Según estas instituciones, el día a día de muchos haitianos está marcado por la violencia, el miedo, el agotamiento, el hambre, las enfermedades y la incertidumbre del mañana. Las mujeres, las niñas y los niños se enfrentan a una amenaza creciente, en particular la de la violencia sexual.