Escenificación del encierro. EFE/ Jesús Diges

LAB escenifica en un ‘encierro’ la indefensión del personal de las residencias privadas

Pamplona (EFE).- Medio centenar de trabajadores y trabajadoras de las residencias privadas de Navarra han escenificado sus problemas para negociar un convenio sectorial con la parodia de un encierro de toros. Ha sido en el mismo recorrido que el que se realiza en los Sanfermines, en el que se ha evidenciado su «indefensión».

La movilización ha tenido lugar en la jornada de huelga convocada por LAB en el sector, en el que «el bloqueo continuado» de las patronales y el Gobierno foral impide avanzar en la firma del primer convenio. «Ante la «indefensión que vive este sector y la evidente falta de recursos que tienen las trabajadoras que cuidan a nuestros mayores».

«Las residencias están gestionadas por patronales que sólo buscan su lucro con el esfuerzo de estas trabajadoras, sin mirar en ningún momento por el bienestar de las cuidadoras ni de las personas que son cuidadas», han lamentado desde LAB. También considera que en esta situación el Gobierno de Navarra está «muy cómodo delegando la gestión en empresas privadas y fondos buitre».

Lanzamiento de billetes

Con todo ello, medio centenar de trabajadores y trabajadoras, muchos de ellos apoyados en muletas y bastones, e incluso en andadores y sillas de ruedas para representar a las personas a las que atienden en su jornada laboral, se han congregado en la Cuesta de Santo Domingo de Pamplona bajo la hornacina de San Fermín.

Allí ha comenzado una parodia en la que una de las trabajadoras, que simulaba ser de la patronal, ha lanzado billetes de 50, 100 y 500 euros a sus compañeros. Mientras tanto, y con el pañuelo rojo al cuello, cantaban con la conocida tonadilla de la petición de protección a San Fermín antes de los encierros sanfermineros otra similar con en la que solicitaban «un buen convenio» que mejore sus circunstancias actuales.

Desde allí, y tras una pancarta con el lema ‘Nafarroko zahar egoitzak hitzarmenaren negoziazioa Orain’ para pedir la negociación de sus condiciones, el grupo se ha dirigido en tono festivo, azuzado por tres toros de cartón piedra, por el recorrido real del encierro. Han atravesado la Plaza Consistorial, y las calles Mercaderes y Estafeta, hasta las puertas de la Plaza de Toros, donde se han concentrado.

Jornada de huelga

En su recorrido han coreado constantemente lemas como «A quien cuida hay que cuidar», «Somos empleadas, no somos esclavas», «De residencias, convenio provincial», «Residencias públicas y dignas» o «Fuera fondos buitre de los cuidados».

En declaraciones a los periodistas, Maite Olano ha recordado que los sindicatos llevan 4 años intentando pactar un convenio navarro de residencias, una realidad que «no llega». Por eso su sindicato, LAB, comenzó hace meses a protestar con diferentes movilizaciones hasta llegar a la jornada de huelga de este miércoles.

Con unos 5.000 trabajadores, se trata este de un sector «realmente necesario, porque todos podemos llegar a necesitar esas residencias que están privatizadas. Las hay que solo piensan económicamente en qué ganancia dan nuestros abuelos», ha dicho. Ha añadido que, dado el concierto que mantienen con el Gobierno de Navarra, este tiene «la obligación de buscar una salida a esto».

Un sector precarizado

Ha reconocido que, al ser el primer convenio de Navarra, no contendría el cien por cien de sus demandas, «pero sí unas bases de mejora. Estamos hablando de un sector feminizado, que vive con 1.792 horas, que trabaja 24 horas con sueldos que no llegan muchas veces a los 1.100 euros», lo que obliga a muchos a tener dobles trabajos.

Por ello, entre sus demandas está la reducción de horas y el aumento del sueldo base, en un sector en el que «mucha gente vive de ello y no entendemos esa precariedad».

En cuanto a las negociaciones, Olano ha lamentado que ya en julio, y tras 6 meses «sin ningún tipo de negociación», LAB llamó de nuevo a la reunión de la mesa y la patronal les avanzó que en octubre convocarían una reunión, pero «esa llamada nunca se da».

«No o podemos entender que llevamos cuatro años sin que las trabajadoras tengan una mejora», de forma que con los sueldos actuales y el encarecimiento de la vida «a veces no merece la pena ir a trabajar».