Ola Arafat (c), tras recibir su premio. EFE/Villar López

Ola Arafat, reconocida con el Premio Navarra de Colores por su defensa del pueblo palestino

Pamplona (EFE).- La entrega del Premio Navarra de Colores a la farmacéutica Ola Arafat, fundadora y directora general de la empresa Biotech DNA Catcher, ha supuesto el reconocimiento a la defensa de los derechos humanos del pueblo palestino. Este acto ha estado presidido por la presidenta del Gobierno de Navarra, María Chivite.

El acto también ha contado con la participación de Begoña Alfaro, vicepresidenta tercera y consejera de Vivienda, Juventud y Políticas Migratorias, quien ha abierto la entrega con un agradecimiento a la labor de todos los galardonados con los que cuenta este Premio. Hha solicitado que no se deje de denunciar ante las istraciones públicas situaciones de odio y racismo, entre otras cuestiones.

Nacida en Gaza, Arafat, de 47 años, llegó a Navarra en el año 2002 junto con su marido y desde entonces ha ejercido un papel destacado en el campo de la biotecnología, en el que su empresa ha recibido premios a nivel nacional e internacional, así como en el apoyo a las personas migrantes, con iniciativas como la plataforma Yala Nafarroa con Palestina o la recién creada Salam Gaza.

Autoridades y premiados posan en el Salón del Trono del Palacio de Navarra. EFE/Villar López

Comenzar desde cero

La premiada ha comenzado su discurso agradeciendo a Chivite y al Departamento de Vivienda, Juventud y Políticas Migratorias de Gobierno de Navarra la concesión de este reconocimiento. También ha recordado a Chaimae Daoud, la primera ganadora del Premio en 2021, quien le propuso como candidata en esta cuarta edición, a todas las entidades y personas que la han apoyado y, especialmente, a su familia.

Ha agradecido a su marido “el amor, la paciencia y el apoyo constante que me has dado” y la fortaleza con la que juntos han enfrentado los retos que les ha puesto la vida, así como a sus “cuatro joyas preciosas”, como se ha referido a sus hijos. De ellos ha asegurado que “son un ejemplo para la juventud y llevan en su ADN la lucha que os hemos enseñado papá y yo”, buscando el balance entre su raíz, Palestina, y Navarra.

Además, Arafat ha señalado qué significa llegar a un nuevo país, que “no es solo un cambio de lugar, es un proceso de adaptación, de aprender nuevas costumbres y, a veces, de comenzar de cero”.

Prejuicios y discriminaciones

Como tantas otras migrantes, Arafat ha compartido que ha tenido que soportar prejuicios y obstáculos, pero también ha experimentado “la belleza de la diversidad, el valor del esfuerzo y la fortaleza que nace de la solidaridad” y ha encontrado una fuente de inspiración en la comunidad migrante.

También ha denunciado la existencia de “una variedad de prejuicios y comentarios discriminatorios que se comparten y que se reproducen a diario”, como la idea de que los extranjeros son más machistas, aludiendo a su cultura, supuestas ayudas fiscales o el aumento del paro como consecuencia de la migración.

Ha apuntado que “está demostrado que las personas migrantes hacen prosperar la economía, el bienestar común y que la economía de Navarra creció un 4% en la última década gracias a la labor de estas personas”.

Entrega de un premio a Dbril Dieye (c) que ha trabajado contra el racismo y la xenofobia desde la Asociación Ad Jëf Gandiol. EFE/Villar López

Cambiar los discursos de odio y xenofobia

Arafat ha abogado por modificar estos discursos: “Hay que cambiar las gafas que las miran como algo alarmante porque esos discursos de fácil consumo no hacen más que alimentar el odio y la xenofobia”.

También ha dedicado sus palabras a “las más de 45.000 vidas asesinadas por las armas del ejército israelí y sin contar los tantos miles que siguen debajo de los escombros”, a aquellos que sobreviven en Gaza, recordando sus raíces.

“Cuando hablo de Gaza, hablo de mi madre y mis hermanos. Es verdad que las circunstancias no han permitido que me acompañéis hoy, pero siento vuestros ánimos, que me acompañan en todo momento”, ha asegurado.

Un compromiso de todos

La presidenta Chivite ha cerrado el acto destacando la diversidad cultural de Navarra: “No es sino la diversidad de personas, opiniones, criterios y estilos de vida la que nos obliga a comprender, a llegar acuerdos y a expandir nuestra conciencia».

Chivite ha mostrado que “ahora mismo siento carencias en este sentido porque los discursos de odio y del rechazo a los diferentes a los que asistimos diariamente solo tratan de mantener el statu quo». Ha destacado la importancia de afrontar esta realidad “con grandes dosis de comprensión, de empatía, pero también de corresponsabilidad” y que “la integración es una cosa de todos y todas”.

En relación a Gaza, ha declarado que “no hay justificación posible para que una víctima se convierta en victimario ni existe una respuesta proporcional ni justa al asesinato de inocentes y, aunque sea muy complicado dadas las circunstancias, solo espero que el genocidio que se está produciendo termine pronto”.

Dos accésits

Chivite también ha agradecido el apoyo del resto de premiados con los que también cuenta este premio, con dos accésit que han sido concedidos a María Carolina Gonzalo y Djibril Dieye.

En el caso de Gonzalo, el reconocimiento se ha debido a su labor en el Centro Social María Inmaculada de Pamplona que ofrece formación a mujeres inmigrantes para que puedan acceder al mercado laboral y el Proyecto Raíces, que conecta a personas migrantes con comunidades locales.

Por su parte, a Dieye se le ha destacado por su trayectoria contra el racismo y la xenofobia y a favor de la diversidad cultural a través de la asociación And Jëf Gandiol.