Marta Crespo viajará a la Antártida el 28 de enero. EFE/Cedida

Marta Crespo, ingeniera agrícola de Pamplona, pone rumbo a la Antártida

Pamplona (EFE).- La ingeniera agrícola pamplonesa Marta Crespo, especializada en tecnología fotovoltaica en Acciona, pondrá el 28 de enero rumbo a la Antártida en una nueva edición de la expedición que esta empresa y Homeward Bound han puesto en marcha para llevar a 116 mujeres de 22 nacionalidades al continente helado.

Este viaje científico y divulgativo comenzará en Ushuaia (Argentina) y en el mismo participarán ocho mujeres españolas.

Se trata de Edith Guedella (bióloga ambiental responsable de Sostenibilidad del área de Construcción de Acciona), María González (ingeniera de Caminos en Acciona), Marta Crespo (ingeniera agrónoma), Alba Fernández (bióloga molecular), Paula Moraga (catedrática de Estadística en la Universidad Rey Abdullah de Ciencia y Tecnología), Rosa Castizo (directora del Observatorio ‘La Rábida’ de Desarrollo Sostenible y Cambio Climático), y Anna González (bióloga molecular).

También viajará con ellas la meteoróloga Mercedes Martín, para contribuir a la divulgación tanto del programa Homeward Bound como de la problemática del calentamiento global, visibilizada en la Antártida.

Programa anual de liderazgo femenino

La expedición a la Antártida es la culminación del programa anual de liderazgo femenino Homeward Bound, cuyo objetivo es generar redes internacionales e interdisciplinares de mujeres con profesiones científicas o tecnológicas (STEM) para contribuir a hacer frente a los retos más acuciantes del planeta, como la emergencia climática.

Durante el viaje, ha comentado, además de continuar con la formación, «avanzaremos con los proyectos colaborativos y buscaremos sinergias para poder empezar otros nuevos. La idea es que sigamos trabajando juntas también después del viaje”.

En el estudio del cambio climático, la Antártida es un punto de referencia fundamental, ya que, según ha destacado, «está considerada la ‘zona cero’ dado que todo lo que ocurre ahí se traslada al resto del planeta y todo lo que ocurre en el planeta tiene sus consecuencias en la Antártida».

Crespo está especializada en en tecnología fotovoltaica en Acciona, EFE/Cedida

La Antártida, termómetro de la salud del planeta

Por ello, ha asegurado, «voy a poder conocer de primera mano la repercusión del estado del planeta en la Antártida. Lo que no sé con seguridad es exactamente lo que me voy a encontrar, es decir, el registro de temperaturas actuales, el estado de los glaciares y su retroceso en los últimos años, etc».

En todo caso, «la ventaja de ir con una comunidad de científicas es que vamos a poder compartir este tipo de información al tiempo que somos testigos de ello», ha valorado.

La Antártida es considerada como un ‘termómetro’ del estado de salud del planeta, porque sus temperaturas extremas muestran la situación del sistema climático global, ha explicado Crespo. Además, es una zona extremadamente sensible y vulnerable a los efectos del cambio climático y por ello «cualquier alteración en el hielo y en la temperatura puede indicar variaciones en la salud del clima del planeta”, ha destacado.

Red de mujeres científicas

Esta expedición es el broche final a un año de formación e intercambio de conocimiento centrado en la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), para que las participantes den testimonio del estado crítico del planeta.

Esta formación, ha subrayado Crespo, «ha sido súper enriquecedora, ha estado principalmente centrada en desarrollar habilidades de liderazgo, estrategia, comunicación y visibilidad con el objetivo común de poder aportar en la consecución de Objetivos de Desarrollo Sostenible».

La ingeniera agrícola Marta Crespo. EFE/Cedida

Además, «un aspecto muy valioso es el de pasar a formar parte de una red de mujeres científicas con experiencias diversas, pero unidas por un modelo de liderazgo compartido, y enfocadas en la sostenibilidad y el cambio climático como prioridades”, ha manifestado.

En ese sentido, Homeward Bound tiene como objetivo crear una red internacional de 10.000 mujeres profesionales de disciplinas STEM para que colaboren en proyectos de diversos ámbitos científicos y geográficos, dando así visibilidad a las mujeres en la ciencia.

La brecha de género en la ciencia

Crespo ha puesto de relieve que durante mucho tiempo las mujeres «han estado poco representadas en la investigación científica en general y también en las mesas de decisión».

Aunque la situación ha mejorado en los últimos años, ha apuntado, «todavía hay una brecha de género, con menos mujeres ocupando posiciones de liderazgo en ciencia, política y en la toma de decisiones sobre el cambio climático. Esto ha hecho que nuestros puntos de vista y conocimientos a menudo no sean tomados en cuenta en muchas discusiones y soluciones”.

“No solo hay que dar mayor visibilidad para promover la igualdad de género sino también para enriquecer el conocimiento y la innovación. Las perspectivas y enfoques diversos son claves para resolver problemas complejos, y el cambio climático es uno de ellos”, ha considerado.

Un proyecto personal sobre las abejas

En este momento, Crespo está inmersa en un proyecto personal de apicultura tratando de preservar el papel esencial que tienen las abejas en el mantenimiento de la salud del planeta.

Se trata, ha señalado, de «un pequeño proyecto familiar de unas pocas colmenas. Surge hace dos años cuando, a raíz de unas conversaciones con apicultores debido a la problemática de aquel momento de la avispa asiática, somos conscientes del problema real de desaparición de la abeja a nivel mundial».

La ingeniera agrícola ha explicado que las abejas tienen «un papel esencial en la polinización de muchas plantas que consumimos y, sin su labor, muchos ecosistemas y cultivos podrían verse afectados. Causas hay muchas pero entre ellas están el cambio climático, el uso de pesticidas y la pérdida de hábitats naturales”.