Planetario de Pamplona. EFE/ Jesús Diges

El Planetario de Pamplona, de la desolación a la esperanza

Pamplona (EFE).- Este viernes se cumple un mes desde que el fuego arrasó la sala Tornamira del Planetario de Pamplona y dañó gravemente su cúpula. Es un elemento que dota de su personalidad exterior al edificio pero que a su vez es imprescindible en el interior por acoger las proyecciones del firmamento y numerosas actividades.

Un mes después de su obligado cierre las sensaciones han evolucionado desde la desolación a la esperanza. El Gobierno de Navarra, al que pertenece la infraestructura a través de la empresa pública NICDO, ha recibido esta semana el informe definitivo del incendio, que no provocó daños personales, y que descarta una motivación criminal, al confirma un fallo eléctrico como su causa.

Ahora se avanzará en las posibilidades de recuperación del edificio y su reconstrucción, mientras ya se llevan a cabo en otras instalaciones algunas de las actividades que acogía.

La sala Tornamira, la más afectada

Fue a primeras horas de la mañana del 14 de enero cuando un vecino alertó a los servicios de emergencia del humo que salía desde dentro del edificio. Poco después los bomberos comprobaron que se había desatado un incendio, que llegó a comprometer la estructura por «riesgo de colapso» dadas las temperaturas alcanzadas en la sala Tornamira.

Esta era precisamente la joya de las instalaciones, al reunir sofisticados sistemas de proyección de estrellas, planetas, imágenes de todo tipo, vídeo y efectos especiales.

Cúpula del Planetario de Pamplona. EFE/ Jesús Diges

En ella se programaban proyecciones para todos los públicos con temáticas relacionadas con la astronomía, y su techo abombado se convertía en un paisaje lunar, una lejana galaxia o en un cielo estrellado gracias a un complejo mecanismo de lentes y motores.

La instalación recibe unas 170.000 visitas anualmente, de forma que en 2023, treinta años después de su inauguración, había recibido ya más de tres millones de visitantes, acogido cerca de mil exposiciones y realizado un centenar de producciones para eventos, conciertos y sesiones especiales en la ahora arrasada sala de proyecciones.

Las consecuencias «sentimentales» y de cultura científica

Independientemente del desastre económico, horas después, el investigador y divulgador científico Joaquín Sevilla advertía a EFE de las consecuencias «sentimentales» que para los navarros tenía lo ocurrido. También del riesgo de la pérdida de «una costumbre arraigada a la cultura científica».

El simulador del cielo por el que han pasado «prácticamente todas las personas de Pamplona y muchas de Navarra», que acerca el firmamento y su comportamiento forma parte del imaginario colectivo de los habitantes de Pamplona. Miles y miles de estudiantes han participado en sus programas divulgativos desde hace 30 años.

Por ello, advertía de que si se tarda años en recuperar este espacio que utilizan los colegios, la actividad será sustituida por otra, lo que puede poner en riesgo un trabajo que ha generado una costumbre de 30 años en Pamplona y gran parte de Navarra.

El edificio del Planetario es un signo distintivo de la ciudad. EFE/ Jesús Diges

«Probablemente tarde mucho tiempo», decía la consejera de Cultura, Rebeca Esnaola, tras su primera visita al espacio quemado. Es una impresión que deberá ahora ser modulada por decisiones en base a los informes definitivos, han señalado esta semana a EFE fuentes del departamento.

El Gobierno, dispuesto a recuperar y revitalizar el Planetario

No obstante, dos semanas después del suceso una nueva visita de Esnaola al edificio culminaba con otra reflexión, la disposición del Gobierno para recuperar las partes afectadas y para avanzar en el proyecto de «revitalización» del Planetario.

El Ejecutivo foral prepara ya la licitación del servicio de consultoría que le asesorará en la definición del proyecto de impulso y renovación del Planetario, que casualmente ya se estaba poniendo en marcha y el incendio ha acelerado.

El objetivo es impulsar una renovación integral del Planetario basada en “un modelo de centro que cuente con la innovación, la transversalidad y la hibridación de saberes como ejes vertebradores de su actividad”, en un edificio el que ahora se intervendrá para mejorar su eficiencia energética. Los fondos europeos serán el providencial recurso para ello.

Mientras, ya se trabaja en la reubicación de actividades que puedan adaptarse a otros espacios como la Biblioteca de Navarra, Baluarte o espacios de otras entidades que se han ofrecido a colaborar.

El objetivo, “mantener vivo el vínculo del Planetario con la ciudadanía” en el tiempo que dure su recuperación.