Pamplona (EFE).- Diecisiete películas, diez largometrajes y siete cortometrajes, optarán a los premios de la decimonovena edición del festival ‘Punto de Vista’, que se celebra en Pamplona desde este lunes 24 de febrero al sábado 1 de marzo.
El festival Internacional de Cine Documental de Navarra, que propone más de 70 sesiones entre proyecciones y otras actividades relacionadas, es un espacio donde se darán cita profesionales y aficionados al cine de no-ficción.
En total habrá cuatro estrenos mundiales, cuatro internacionales, un estreno europeo, siete en España y un estreno en Navarra, en una selección a partir de las cerca de 900 películas que fueron inscritas.
En esta nueva edición, la última para Manuel Asín como su director artístico, la programación de ‘Punto de Vista’ se organiza en seis grandes apartados: Sección oficial, Focos, Lan, os, X Films y Programa de mediación.
La sección oficial del festival acoge este lunes la proyección de cuatro películas que exploran desde el cine etnográfico hasta la experimentación formal.
Se trata de ‘Bamssi’, de Mourad Ben Amor (26’, árabe), un relato construido a partir de imágenes con la urgencia de una historia de Instagram que teje un diálogo familiar entre Mourad y Fairuz, Túnez y el extranjero.
‘Materialsammlung’, de David Gómez (52’, español, alemán e ika), revisita la colección de piezas autóctonas reunida por el etnólogo alemán Theodor Preuss en Colombia hace más de un siglo, contraponiendo el pasado y el presente sin imponer un discurso.
Una película con un factor «político»
En rueda de prensa, su director ha subrayado que “es una película con un factor político, pero también tiene otros muchos aspectos: la relación con el archivo, con Alemania, con Colombia, con el pasado… va de enfrentarse a un suceso que ocurrió hace 100 años y buscar sus efectos en el presente”.
Sobre su enfoque documental, ha añadido que “hay un trabajo de documental etnográfico, con toda la dificultad que tiene: el invadir un espacio”, y ha destacado la importancia de las voces indígenas.
“Las comunidades indígenas no son comunidades ingenuas políticamente, tienen ciertos mensajes que quieren dar a conocer, quieren que se les retrate de una manera”, ha asegurado.
‘Writing Poems at the End of the World’, de Wonwoo Kim (30’, coreano), es un poemario visual, donde imágenes, sonidos y palabras se entrelazan evocando lo ausente, la memoria y la cadencia del tiempo.
Su director ha explicado que “el título ya explica directamente cuál es la finalidad» de la película, y ha afirmado que “escribir poemas es una actitud contra la situación al final del mundo”.
Sobre la estructura del filme, ha detallado que “cada capítulo es el número de días que quedan para el final del mundo”, en un reflejo de la “fragmentación del tiempo en momentos de crisis”.
“En los tiempos depresivos no existe esa conexión entre los días, cada día que acaba es el final”, ha reflexionado.
Por último, ‘La prunelle rouge’, de Pierre Louapre (57’, francés), se adentra en lo precario y lo marginal, explorando la resistencia a la sociedad de consumo a través de la fotografía, la escritura y el cine como formas de relectura de lo cotidiano.
El director ha defendido que “para algunos era una película improbable, con una imagen y sonido sucios”.
Sin montaje posterior
Sin embargo, ha señalado que el montaje no se realiza en posproducción sino en la propia concepción de la cinta: “Apenas hay un montaje posterior, se hace previamente en la cabeza, es un proceso que lleva mucho tiempo y que se hace de forma tradicional, sin ordenadores”.
Asimismo, ha reivindicado la inseparabilidad entre lo personal y lo político, ya que “lo íntimo y lo político siempre deben estar unidos. Es una cuestión de ética”.
El director ha expresado también su preocupación: “El problema es que la película va a se verá en un ordenador, cuando es exactamente lo que no busco”.