Pamplona (EFE).- La magistrada Esther Erice ha recibido el Premio Berdinna 2025 por su relevancia como “referente para todo tipo de agentes judiciales en impartir justicia con perspectiva feminista”.
Es un reconocimiento que ha hecho extensivo a quienes desde las instituciones en una «sinergia irremplazable» con la sociedad civil colaboran en la lucha con la violencia sobre las mujeres.
Su contribución a la coordinación interinstitucional y social necesaria para combatir la violencia de género ha sido también destacada, por unanimidad, con el galardón que ha sido entregado por la presidenta del Gobierno, María Chivite, en un acto celebrado en el Salón del Trono del Palacio de Navarra.
La candidatura de Erice ha sido presentada por la Coordinadora de Organizaciones de Mujeres y/o Feministas (COMFIN) y elegida entre las 16 presentadas.
Paulatina concienciación
En su discurso, Erice ha remarcado que «la violencia contra las mujeres basada en la discriminación por el mero hecho de serlo, es la expresión más extrema de desigualdad entre hombres y mujeres y constituye la violación de Derechos Humanos más habitual de cuántas se convierten en las sociedades contemporáneas».

La magistrada ha reconocido que «lentamente» se ha producido una «paulatina concienciación que ha alcanzado su máxima visibilidad en los últimos años, si bien este proceso no está exento de dificultades y retrocesos».
A continuación ha repasado algunos de los pasos dados desde la Conferencia de Pekín de 1995, en la que se constató que las diferencias entre la igualdad formal que recogen los textos y la igualdad real «eran más que evidentes».
Trabajo institucional por la igualdad
La actividad de las instituciones con distinta intensidad no ha cesado desde entonces, ha indicado, comentando que se han implementado protocolos, firmados acuerdos interinstitucionales para la atención integral mujeres víctimas y aprobado leyes para actuar contra esta violencia.
También se han creado servicios de atención a quienes se ven inmersas en estos delitos. Al respecto, ha apuntado que «la mejora de la calidad de estos servicios, su especialización y la adecuación de su dimensión a las necesidades existentes continúa siendo una asignatura pendiente».
La situación actual, ha comentado, «dista mucho de aquella en que se produjo en los años 90 del siglo pasado, cuando comenzó este trabajo interinstitucional».
El número de mujeres fallecidas ha ido disminuyendo paulatinamente y se acrecientan las denuncias porque emerge la violencia que estaba oculta, así como las condenas.

Regresiones de derechos
En estos años la violencia entre las mujeres se ha ido transformando y adquiriendo nuevas manifestaciones. Así, ha manifestado, el Pacto de Estado recientemente aprobado recoge «violencias que estaban siempre pero que carecían de visibilidad social, como la económica o vicaria».
Ha alertado de que, junto a avances, se observan «regresiones que ponen en riesgo la seguridad, la libertad y los derechos de las mujeres, incluso el mantenimiento de la propia democracia, según Erice quien ha concluido instando «a vivir en esperanza activa».
Erice, un referente en su sector
A continuación, Chivite ha agradecido a quienes como Erice «trabajan por la igualdad de género, por caminar hacia una sociedad en la que avanzamos en esa igualdad que queremos que sea de verdad igualdad real y efectiva,».
De Erice, quien hace quince años se convirtió en la primera mujer en presidir la Audiencia de Navarra, ha destacado que es «referente» en su sector.
Le ha dado las gracias por contribuir a que las mujeres estén en todos los ámbitos de la sociedad, además en puestos de liderazgo y decisión.

Chivite ha valorado que «Navarra es una comunidad que desde hace años ha sido pionera en normativa y en desigualdad política» y fruto de ello es la comunidad en la que las mujeres consiguen «más logros», ha dicho en alusión al Índice de logro femenino de la Comisión Europea, que le sitúa como la región 26 en Europa.
Estrategia tóxica, peligrosa y antifeminista
Tras sostener que «en materia de igualdad siempre hay trabajo por hacer», ha manifestado que: «Si la igualdad es democracia, no podemos consentir que se institucionalicen los discursos machistas, misógenos, negacionistas de la igualdad y de la violencia machista».
“Tenemos que plantarnos política, institucional y socialmente. No debemos minimizar la capacidad de capilarizar hacia abajo de esta estrategia tóxica, peligrosa y antifeminista”, ha indicado.