Vitoria (EFE).- Dos tercios de los presos en las cárceles vascas tienen problemas de salud mental y/o adicciones.
Así lo han explicado la directora de la Red de Salud Mental de Álava, Eguzkiñe de Miguel, y el jefe de Unidad de Atención Primaria del centro penitenciario de Zaballa, Asier López de Arkaute.
Ambos han presentado el XV Congreso Nacional de la Sociedad Española de Sanidad Penitenciaria (SESP).
Se celebra en Vitoria desde este jueves al 25 de mayo.
Han explicado que atienden en el centro de salud que Osakidetza tiene en el propio centro de Zaballa a unos 500 de los 800 reclusos.
De estos 500, el 80 por ciento de los presos tiene problemas de adicciones y otro 7 % tiene brotes psicóticos.
Los porcentajes en las otras dos prisiones vascas, Martutene y Basauri, son los mismos.
En total los afectados son menos porque esas dos prisiones son más pequeñas.
Ha cambiado el perfil de los presos y sus adicciones
Ambos han precisado que ha cambiado el perfil de los internos, que antes eran muy marginales, con s de drogas por vía intravenosa.
Ahora se han modificado los hábitos y hay muchas más politoxicomanías.
«Muchos jóvenes consumen de todo», han lamentado, y han hecho hincapié en el alto consumo de cannabis, que está relacionado con síntomas psicóticos y con esquizofrenias tempranas.
También hay un problema de envejecimiento entre los reclusos, sumado a que entran en prisión personas muy mayores -en Zaballa ha estado un recluso con 93 años-, personas que muchas veces no tienen dónde ir a su salida lo que les genera estrés y angustia.
En Euskadi a los reclusos se les aplica un tratamiento individualizado.
Cuando van a salir de la cárcel se les concierta una cita con su centro de salud o de atención a toxicómanos para que haya continuidad en el tratamiento.
Además, también se colabora con asociaciones como ‘Proyecto hombre’ para que puedan salir en tercer grado con una atención a sus toxicomanías.
En el resto del Estado faltan médicos para atender a los presos
En el resto del Estado faltan médicos en las prisiones
La situación en las prisiones vascas es diferente a la del resto del Estado, ya que la sanidad penitenciaria está transferida a Euskadi, como a Navarra y Cataluña, pero no a las otras 14 autonomías.
José Joaquín Antón Basanta, presidente de la Sociedad Española de Sanidad penitenciaria (SESP), ha denunciado que no hay médicos suficientes para atender a los reclusos.
En cifras, no llegan ni a un cuarto las plazas de médicos de prisiones cubiertas: De 500 previstos que hay en la relación de puestos de trabajo actualmente solo se ocupan unas 120.
La situación llega al punto de que se convocaron cien plazas de médicos de prisiones y solo se cubrieron 14.
El motivo es que a los médicos ahora «no les falta trabajo», pueden elegir y en prisiones cobran casi mil euros menos que en otras plazas.
Solo se atienden las urgencias de los presos
La consecuencia es que muchas prisiones tienen un médico o ninguno, solo se atienden las urgencias, a veces por vía telemática, y desde las enfermerías se deriva a los enfermos a los hospitales.
Esto afecta a morbimortalidad (la tasas de muertes) de una población reclusa que ya de por sí es marginal.
Además, afecta a la salud general: «Si a un paciente en la cárcel no le tratas la tuberculosis, cuando salga la va a contagiar».
Por ello, han pedido más atención y medios para la sanidad penitenciaria, para que se recuperen los estándares de calidad que tenían antes.
Sobre los suicidios en prisión, han explicado que, a pesar de que muchos de los reclusos tienen factores de riesgo, las tasas de suicidio en las prisiones españolas son muy inferiores a las de otros países europeos como Suiza, Francia o los nórdicos. EFE