La percusionista y cantante estadounidense Terri Lyne Carrington (i) y su grupo han cerrado la primera noche en el Festival de Jazz de Vitoria-Gasteiz. En la foto, junto a la bailarina del grupo, Christiana Hunte (d). EFE/Adrián Ruiz Hierro

Terry Lyne reina en el inicio del jazz de Vitoria

Vitoria (EFE).- La baterista y galardonada con tres Grammy Terry Lyne Carrington reinó en la apertura del escenario principal del Festival de Jazz de Vitoria.

Mostró un dominio sublime de las baquetas a través de las que reivindicó el papel de la mujer en el jazz.

Acompañada por un cuarteto majestuoso, Terry Lyne llenó el recinto vitoriano con un recorrido por la historia del jazz.

Con piezas puras en las que la batería de la norteamericana tomó mucha presencia para llevar en volandas a sus compañeros.

En unas tablas que vieron flotar a la bailarina Christiana Hunte en varios de sus temas.

Ella también fue la encargada de leer y declamar varios textos que reclamaron el empoderamiento de la mujer.

’10 minutes till closing’ fue uno de los temas más aclamados por el público pero, en general todas sus composiciones recibieron una gran respuesta.

Terry Lyne reclama con su jazz el empoderamiento de la mujer

Varias de ellas estuvieron muy bien resueltas por la trompeta de una espectacular Milena Casado, que sustituyó el viento por su voz en más de una ocasión.

O como en ‘Circling’, donde la española tuvo mucha presencia.

El trance en el que entraba Aaron Parks con su piano le dio mucha fuerza a las composiciones de una Terry Lyne Carrington, que se echó a un lado en más de un tema, para que el jazz fluyera por su acompañantes.

Así sucedió con el contrabajo de Mats Sandahl, que no abandonó el ritmo de los suyos.

Sin apenas mirarse interpretaron un jazz perfecto y crearon una atmósfera ideal que dejó con ganas a los más ‘disfrutones’.

El vitoriano Martín Caminero regresa con su jazz a casa

Los grandes conciertos del Polideportivo de Mendizorroza los abrió el vitoriano Pablo Martín Caminero.

Regresó a su casa acompañado por al prestigiosa Bigband de Hamburgo (NDR).

Con ella se entregó a su público con una sorprendente fusión de culturas.

Empezó fuerte y con ritmo y con sonidos muy orquestales, que mantuvieron en vilo al público que se acercó al incansable recinto alavés.

El polideportivo volvió a soportar las altas temperaturas en el primer concierto, pero se refrescó con el contrabajo de Caminero.

Empastó con cada uno de los instrumentos que fueron tomando protagonismo a lo largo de un ‘setlist’ muy variado.

Arrancó con ‘Salto al vacío’ y desde este primer tema destacaron sobremanera los de la banda dirigida por Geir Lysne.’

Vientos, percusión y piano tuvieron su espacio y se encontraron una y otra vez con la destreza de Pablo Martín Caminero.

Les acompañó a la perfección en las apariciones que hacían entre las melodías.

Fue muy reconocido por el público el tema ’Soleá de Gasteiz’, con mucho tinte flamenco y que conllevó una espectacular limpieza sonora, que se palpó entre el respetable.

Pablo Martín Caminero no se despidió sin dejar de agradecer al Festival de Jazz el trabajo realizado para poder acoger a una banda de 16 músicos alemanes y entre los que se coló un bosnio, que sorprendió con numerosos toques flamencos.

Sobre todo con ‘Trianatrón’, con el que se despidió tras un exquisito concierto marcado por la improvisación, pero con el sello del contrabajista vasco, que se tomó la licencia de hacer un bis. EFE