Colegio de Nuestra Señora de Begoña de Bilbao, condenado a pagar 40.000 euros a una familia por no actuar ante el acoso escolar sufrido por su hija cuando tenía 5 años. EFE/Luis Tejido.

Un colegio de Bilbao deberá pagar 40.000 euros por no actuar ante el acoso a una niña de 5 años

Bilbao (EFE).- El colegio concertado Nuestra Señora de Begoña de Bilbao ha sido condenado a pagar 40.000 euros a una familia por no actuar ante el acoso escolar sufrido por su hija cuando tenía 5 años.

En el curso 2021-2022 la niña padeció «constantes agresiones» físicas e incluso de índole sexual, intimidación y acoso por parte de una compañera de clase durante meses y hasta que los padres decidieron cambiarla de centro.

El fallo del Juzgado de Primera Instancia número 8 de Bilbao establece que el centro no hizo lo suficiente para evitar estas agresiones.

La abogada Celia Larracea, que presentó la denuncia por la que el colegio Nuestra Señora de Begoña de Bilbao ha sido condenado a pagar 40.000 euros a una familia por no actuar ante el acoso escolar sufrido por su hija cuando tenía 5 años. EFE/Luis Tejido

Estrés postraumático

La resolución recoge el relato de la psiquiatra del Servicio Vasco de Salud que trató a la menor.

Esta especialista apreció que estaba «extraordinariamente enferma» con «un cuadro propio de estrés postraumático severo como reacción ante una situación de maltrato y abuso de naturaleza sexual».


Durante el juicio también expuso que el centro «hizo oídos y ojos sordos al sufrimiento» de la niña, a la que prescribió ansiolíticos para combatir el cuadro que presentaba.


Tres años después, la menor continúa recibiendo tratamiento psiquiátrico y medicación. La familia se ha mudado para alejarse del infierno vivido.


Los hechos ocurrieron cuando la víctima cursaba tercero de Infantil.

La agresora, un año mayor, comenzó a acosarla, golpearla y quitarle la comida.

El colegio, «mero espectador»

Incluso «en ocasiones irrumpió en el baño para quitarle los pantalones cuando se encontraba haciendo sus necesidades y en otras le introdujo rotuladores en la vagina», según se indica en el fallo.


El magistrado considera acreditado que no se trató de una situación «aislada ni puntual; se prolongó al menos desde septiembre de 2021 hasta marzo de 2022 sin que (el centro) lograse articular ninguna solución que pusiera fin a la misma».


«No hay rastro alguno de que se arbitrase -o siquiera se llegara a considerar la posibilidad- en ningún momento medida alguna que atajase las agresiones y protegiese a la menor», se argumenta en el fallo.

La sentencia remarca que «el centro se convirtió en mero espectador».


«Las pruebas muestran de forma clara y sin asomo de duda el fracaso del centro a la hora de resolver lo sucedido y garantizar la protección de la menor», resuelve el magistrado. EFE