Bilbao.- Construcción de vivienda residencial en el barrio bilbaíno de Zorrotzaurre. EFE/Luis Tejido

La vivienda es el problema más importante para los vascos

Bilbaoc (EFE).- El a la vivienda se ha convertido por primera vez en el problema más importante para la ciudadanía vasca, empatado con la atención sanitaria (41 %), según el Deustobarómetro.

El trabajo, basado en más mil entrevistas a mayores de 18 años del 19 de noviembre al 4 de diciembre, ha sido presentado este jueves en conferencia de prensa por los doctores en Sociología y profesores de Deusto María Silvestre y Braulio Gómez.

En comparación con el informe anterior, correspondiente al pasado verano, la preocupación por la vivienda ha subido más de veinte puntos, mientras que en el caso de la sanidad, persiste la percepción de problema, pero con tendencia descendente, ya que ha bajado seis puntos.

Manifestación para reivindicar el derecho a la vivienda, celebrada recientemente en Bilbao. EFE/Javier Zorrilla

El problema de la vivienda

El tercer lugar entre los principales problemas de los vascos se sitúa la subida de los precios (33,2 %), seguido de la delincuencia e inseguridad ciudadana (21,3) y la inmigración (17,4 %).

Otros resultados indican que el 12,5 % percibe los recortes públicos como principal problema; el 11,8 % cita el cambio climático; el 11,6 % a los políticos; el 10,4 % el paro; el 8,3 % la corrupción y el fraude, y un 2 % la relación con el Estado.

La vivienda en propiedad

La cultura de la propiedad es casi unánime en Euskadi con un 91 % que prefiere esa opción al alquiler; un 86 % que opina que comprar una casa es una inversión; un 75,8 % que cree que es la mejor forma de ahorrar y un 70 % que considera que alquilar es tirar el dinero.

El 31 % de la ciudadanía, sin embargo, cree que nunca podrá comprarse una casa y un 28 % aplaza esta posibilidad a más de diez años. Estas afirmaciones están más vinculadas al sector más joven de los encuestados (18 a 35 años), aunque la percepción del problema es general a todas las edades.

En lo referido a los desahucios por impago el 72 % mantiene que «en ningún caso» se debe desahuciar a una personas vulnerable, mientras que el posicionamiento frente a la «okupación» es muy diferente: el 84 % no encuentra ninguna justificación a esa ocupación por la fuerza y el 60 % apoya que existan empresas que utilizan métodos violentos para ayudar a los propietarios a recuperar sus casas.

María Silvestre ha vinculado este último dato a la percepción de que la actual legislación no es suficientemente resolutiva con este problema.

La mayoría de la población respalda la intervención del Estado en el mercado de la vivienda: el 70 % apoya la declaración de zonas tensionadas para poner topes a los alquileres; el 86 % es partidario de la construcción de viviendas sociales de alquiler; el 76 % de que aumenten las deducciones por alquiler, y el 75 % de que los ayuntamientos liberen más suelo para ampliar la oferta.

El 76 % establecería un máximo de dos viviendas en propiedad por persona.

La responsabilidad del problema de la vivienda se atribuye, en primer lugar, a los fondos de inversión(7,9 sobre 10), seguido de las instituciones públicas (Gobierno español, vasco y ayuntamientos (de 7,6 , 7,5 y 7,3, respectivamente), y a los grandes propietarios (7,5).

Más del 50 % prohibiría la concesión de nuevas licencias para viviendas turísticas.

Situación política y económica

Casi la mitad de los vascos, el 48 %, considera buena o muy buena la actual situación económica, aunque esta afirmación convive con la persistencia de bolsas de vulnerabilidad «compatibles con el empleo» y que se concretan en que el 40 % ha reducido gastos de ocio; el 31,8 % gastos en calefacción y electricidad; el 22,8 % no compra ropa o calzado aunque lo necesite, y el 21 % ha reducido los gastos en alimentación.

Los responsables del Deustobarómetro, Braulio Gómez, Iratxe Aristegi y María Silvestre (i a d), han presentado la edición de esta encuesta de la Universidad de Deusto correspondiente al invierno 2024. EFE/ Miguel Toña

La situación política vasca no se percibe como problema -el 39 % cree que es buena o muy buena- con un aprobado (5,7 sobre 10) para la calidad de la democracia en Euskadi, y un suspenso (4,6) para España.

Las preferencias sobre el modelo territorial se inclinan mayoritariamente por la misma autonomía (34 %) o más autonomía (32 %), y desaparecen «los dos agujeros negros», en palabras de Gómez, de la democracia vasca: el 88 % opina que no se justifica el uso de la violencia para alcanzar fines políticos y el 62 % se siente libre para expresar sus opiniones políticas.

El nivel de confianza en las instituciones sitúa por encima del 5 a la mayoría de las vascas, con la universidad y las pequeñas empresas a la cabeza, y suspenden las españolas. La puntuación más baja es para la Iglesia Católica, con un 2,9; seguida de la monarquía (3) y los partidos políticos (3,1).

El 64 % cree que el nuevo Gobierno Vasco ha cambiado poco o nada las políticas de los últimos años y el 84 % cree que el cambio climático influyó en la Dana que asoló la Comunidad Valenciana y causó más de 200 muertos.