Bilbao (EFE).- El Museo Guggenheim Bilbao acoge la exposición ‘Vito Acconci/Sergio Prego: YOU’, una muestra ‘singular» de la colaboración entre ambos y de sus afinidades artísticas.
La presentación de esta nueva exposición ha constituido también la primera comparecencia oficial ante los medios de comunicación de la nueva directora del museo, Miren Arzalluz.
Arzalluz comenzó su andadura en este cargo el pasado lunes, 1 de abril.
Según ha expuesto en dicho acto, la muestra reúne a dos artistas «de diferentes generaciones y procedencias, cuyas trayectorias artísticas se entrelazaron en Nueva York entre 1996 y 2002».
El resultado son dos espacios expositivos, que estarán en el museo bilbaíno hasta el 7 de septiembre.
En uno de ellos se exhiben vídeos de Prego en monitores analógicos y con una obra sonora de Acconci.
En el otro, dos grandes estructuras inflables, creadas por Sergio Prego, en las que se proyectan actuaciones (‘performances’) de Acconci.
Juntos en Nueva York
Acconci (Nueva York, 1940-2017) practicó la escritura experimental, el arte conceptual, el trabajo del cuerpo, el vídeo , la instalación multimedia y la arquitectura especulativa.
Prego (San Sebastián, 1969), por su parte, ha desempeñado su trabajo en Nueva York desde hace más de dos décadas.
Este artista ha explorado las cualidades escultóricas de la performance, el vídeo, las intervenciones espaciales, las esculturas y las obras de arquitectura ‘neumática’.
«Más que una exposición a dúo es un experimento», ha explicado el comisario Manuel Cirauqui.
«Es la extensión de la colaboración entre ambos», que han protagonizado cada uno por su cuenta exposiciones internacionales, y en el caso de Acconci grandes retrospectivas.
Cirauqui ha comentado que la denominación de ‘You’ responde «a un dedo que apunta».
«En este contexto es una expresión casi arrojadiza», ha dicho.
Ha destacado que Acconci «jugaba con la provocación para buscar la atención del espectador y le gustaba reirse, a veces hasta de la propia América».

Relación con Acconci
Sergio Prego, presente en el acto informativo, ha considerado que «lo más atractivo» de la muestra es que «refleja la relación con Acconci y cómo activó cuestiones en las que ya trabajaba».
Formado en el ambiente artístico de Arteleku durante la primera mitad de la década de los 90 del siglo pasado, Prego se trasladó después a Nueva York.
Allí trabajó en la construcción para ganar dinero, mientras realizaba sus obras.
Tras conocer a Acconci se incorporó a su estudio en el que era el único artista entre un grupo de ingenieros y arquitectos.
De él recuerda que era un trabajador «incansable, apenas tenía otra vida» .
También rememora que era «muy generoso con la gente» que trabajaba en su estudio.
«Era muy cercano, fue una relación muy enriquecedora».
La exposición
En los videos de Prego que abren la exposición se ve al artista, o sus colaboradores, levitando o componiendo posiciones corporales imposibles mediante el ensamblaje de imágenes fijas como si fueran animaciones en 3D.
Mientras se reproducen los vídeos se escucha, simultáneamente, la obra sonora de Acconci ‘Cinta corriendo’ (1069).
Esta pieza es un registro de una actuación que desarrolló en Central Park y que consistió en correr, contar cada paso y grabar su voz cuando se detiene para recuperar el aliento antes de volver a ponerse en marcha.
El espacio central expone sobre los inflables de Prego tres vídeos históricos de Acconci.
Estos vídeos buscan «señalar e incomodar al espectador», según ha apuntado Cirauqui.
En uno de ellos (‘Centros’, 1971) aparece apuntando directamente con el dedo a la cámara;.
En el segundo (‘Encender’,1974) se percibe una confrontación desafiante al espectador con un primerísimo plano de la nuca de Acconci mientras tararea para sí mismo, primero líricamente y luego agresivamente.
La tercera pieza (‘Tres estudios de adaptación’, 1970) es un filme experimental.
En estas imágenes, Acconci se resiste a tres acciones simples: esquivar pelotas; mantener los ojos abiertos con la cara cubierta de jabón, e intentar introducirse el puño entero dentro de la boca. EFE