Avilés, 28 may (EFE).- El conductor del autobús de Alsa que sufrió un accidente de tráfico en septiembre de 2018 con un saldo de cinco muertos y catorce heridos ha perdido este miércoles los nervios durante el juicio y, sin que la jueza le diera la palabra, ha estallado desde el banquillo de acusados para clamar por su condición de víctima.
“¡Cómo voy a dormir bien después del accidente, con muertos, sin pierna! Veo cómo me calumnian en la opinión pública. Yo también soy una víctima”, ha dicho el conductor en la tercera jornada de un juicio en el que ha escuchado desde el lunes declaraciones y testimonios sobre su persona y sobre lo ocurrido.
En ese momento, la jueza le la ha pedido calma y se ha mostrado comprensiva, mientras el conductor insistía: “Lo estoy pasando fatal, igual que entiendo que lo pasan fatal las víctimas, pero yo también soy una víctima”.
El estallido del conductor para el que la Fiscalía pide una pena de cuatro años de prisión, seis de retirada del carné de conducir y otros seis de inhabilitación para ejercer la profesión, ha tenido lugar en la tercera jornada del juicio que se sigue en el Juzgado de lo Penal número 2 de Avilés sobre el accidente ocurrido en la AS-392 en el entronque con los s al Parque Empresarial Principado de Asturias (PEPA) en septiembre de 2018.
Declaración de un perito
Ha sido en el momento en el que uno de los peritos médicos de la defensa del conductor ha sido preguntado por algunos letrados de las víctimas por la calidad del sueño del acusado, antes y después del accidente, como un posible desencadenante de la crisis que provocó el accidente junto con un posible cuadro de estrés.
El perito ha indicado que no está claro el motivo que derivó en el desvanecimiento del conductor que provocó que el autobús impactara fatalmente contra una pilastra de la autovía, a la entrada de Avilés, pese a los antecedentes del acusado de haber tenido un episodio de epilepsia.
Según este perito, tras un episodio de epilepsia, el paciente, según la normativa vigente al respecto, debe permanecer asintomático durante cinco años, sin medicación, antes de retomar su puesto como conductor de autobuses.
En el caso del acusado, que sí estaba en tratamiento diario con un fármaco antiepiléptico, no debió haber recibido la condición de apto para conducir, sino que debió ser reubicado en otro puesto dentro de la empresa que fuera compatible con esa eventualidad.
Por su parte, el especialista del HUCA que atendió al conductor ha dicho ante el estrado que el acusado reconoció que no recordaba nada del accidente y que se había mostrado contrariado por sus antecedentes por epilepsia porque ello comprometía su carrera profesional como conductor de autobuses, por la que tenía vocación.
Más periciales
Buena parte de la sesión de este miércoles ha estado dedicada a las periciales sobre la reconstrucción del accidente y también de las simulaciones llevadas a cabo tanto por la Guardia Civil como por parte de empresas especializadas.
La presencia de elementos de contención de hormigón o metálicos, en lugar de los de material de plástico existente en el momento del accidente, podría haber direccionado el autobús y evitado su colisión con la pilastra que resultó fatal.
En las pruebas periciales ha quedado probado que el autobús circulaba por un tramo en obras restringido a 70 kilómetros y, debido a un agarrotamiento del conductor, el autobús fue acelerando en línea recta a 95 kilómetros por hora, sin un ademán de corregir la trayectoria, lo que hace indicar que el conductor había perdido la consciencia.
A la salida de los juzgados, la hija de unas de las fallecidas ha aclarado ante los periodistas que ha sido la Fiscalía la que ha sentado en el banquillo de acusados al conductor, pero ha afeado la actitud “victimista” de un hombre del esperaban perdón porque vive a diez kilómetros de distancia , “pero solo ven una cabeza bien alta y poco más”.
Mañana, jueves, tendrá lugar la última jornada del juicio que se sigue por este accidente que tuvo lugar el 3 de septiembre de 2018, con la comparecencia del acusado y las conclusiones de las partes. EFE